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Gran parte de los últimos análisis que se han hecho sobre la situación actual de los BRICS arriban a conclusiones poco alentadoras para el futuro próximo del bloque. Este tipo de trabajos parten de un lugar común, que es la ralentización actual del crecimiento económico de los mismos, contrastable con el dinamismo que los caracterizó, fundamentalmente, durante la crisis económico-financiera de 2008 donde se constituyeron como el motor de la recuperación económica mundial.
Si bien las tasas de crecimiento de los BRICS no desmienten esta situación de desaceleración, en esta nota, consideramos que los datos económicos son insuficientes para pronosticar una situación de peligro para el desarrollo del grupo y, en efecto, para su constitución como polo de poder de la política internacional del siglo XXI.

La variable económica
Entre los años 2000 y 2007 cuando se consolida la sigla BRIC(S) [1] como referencia a un grupo de países emergentes que hacia el año 2010 representarían en conjunto el 10% del PBI mundial, los países miembros tuvieron tasas de crecimiento cercanas al 8% en promedio y un conjunto de otras variables que daban cuenta de un potencial importante por parte del bloque; por ejemplo, acumulaban cerca del 40% de las reservas mundiales de dólares. Estos datos, sumados a las características continentales de sus mercados internos, los recursos naturales, entre otros, generaron en algunos observadores una lectura de fantasía de los BRICS, esto es, una idealización poco cercana a la realidad. En este sentido, ejemplifican esta lectura artificial aquellas interpretaciones que ven en la desaceleración económica un estancamiento del proceso de formación del bloque. Más allá de los rasgos excepcionales que reúnen los países miembros, los mismos no integran un esquema intra sistémico “impermeable” a las fuerzas del sistema, sino, que se ven condicionados por dichas fuerzas. Por lo cual, los ciclos económicos del capitalismo los afectan y, en efecto, las diferentes variables económicas no pueden continuar exponiendo datos positivos indeterminadamente. Al respecto, los números “desalentadores” que presenta el grupo, son parte de la coyuntura de la economía mundial (y la interdependencia) y no un fenómeno estructural que sí indicaría una situación de crisis constitutiva para los BRICS.Brics.32
Efectivamente, Brasil está inmerso en una profunda recesión y, recientemente, devaluó su ya depreciada moneda  (el real, el 27 de julio). En estos días, en el marco de la caída de la demanda de los productos de exportación por pérdida de competitividad, China ha vivido varios sucesos de depreciación de su moneda (el yuan se devaluó el 11 y 12 de agosto) y una ligera apreciación frente al dólar (un 0,05%) el 13 de agosto. Por su parte, la economía rusa está siendo afectada por la caída de los precios internacionales del petróleo y las sanciones impuestas por Occidente por el conflicto de Ucrania. India, registró en 2012-2013 el crecimiento económico más bajo en diez años y se alejó de las tasas de crecimiento del 9%. Por último, si bien la magnitud de la economía sudafricana no es comparable con ninguno de sus socios, viene teniendo un crecimiento bajo del 2,4% en promedio en los últimos años.

CRECIMIENTO ANUAL DEL PBI EN PORCENTAJE
PAÍS 2010 2011 2012 2013 2014
BRASIL 7,6 3,9 1,8 2,7 0,1
RUSIA 4,5 4,3 3,4 1,3 0,6
INDIA 10,3 6,6 5,1 6,9 7,4
CHINA 10,6 9,5 7,8 7,7 7,4
SUDÁFRICA 3,0 3,2 2,2 2,2 1,5

FUENTE: elaboración propia en base a datos del Banco Mundial. Disponible en: http://datos.bancomundial.org/indicador/NY.GDP.MKTP.KD.ZG

Puesto que la base económica condiciona pero no determina lo político, es claro que esta situación hace más dificultosa la consolidación del espacio. Sin embargo, este condicionamiento no necesariamente representa una crisis del proceso de construcción del esquema. A pesar de las dificultades financieras, en marzo del corriente se anunció la fundación del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) de los BRICS [2] que a fines de 2015 estará en funcionamiento con un capital de 100.000 millones de dólares y, recientemente, fue elegido el primer directorio del mismo en la ciudad rusa de Ufá. Por el carácter eminentemente institucional del banco, las tesis pesimistas sobre los BRICS encuentran poco margen de vitalidad. En términos generales, el establecimiento de instancias de este tipo, estrechan los vínculos entre los socios de un espacio y, en consecuencia, evidencian un esfuerzo por consolidar dichos lazos.

Naturaleza y relaciones intra-bloque
Otro elemento importante para evitar una lectura de fantasía de los BRICS y, en efecto, no caer en el pesimismo, es tener presente que la naturaleza del bloque se limita a un foro de coordinación de posiciones sobre un número limitado de problemas que apunta a convertirse en un instrumento válido de cooperación estratégica y cotidiana sobre los temas clave de la política y la economía mundiales [3]. Por lo tanto, no puede esperarse del esquema niveles de institucionalización como presentan otros polos de poder ya consolidados, fundamentalmente, porque los BRICS tienen actualmente una naturaleza particular que está en proceso de evolución (construcción). A modo de ejemplo, los BRICS no representan ni una alianza militar (OTAN), ni una unión aduanera ni mucho menos un proceso enmarcado en el derecho comunitario (Unión Europea).
Asimismo, las tesis pesimistas se nutren de una eventual dificultad generada al interior del foro fruto de las relaciones (competitivas) bilaterales entre los socios, por ejemplo, las que podrían surgir a nivel de los negocios internacionales y del comercio: India y China se vinculan más con la oferta de tecnología y servicios; mientras que Brasil y Rusia con la oferta de materias primas[4]. A nivel geopolítico, las relaciones entre China e India son las más difíciles de compatibilizar, esencialmente, por la hipótesis de conflicto que India posee respecto de Pakistán y el juego que China despliega sobre éste último país. En la misma línea, otras dinámicas geopolíticas entre ambos estados parecen irreconciliables. Sin embargo, frente a estas dificultades de la alta política, los dos países siguen afianzando sus lazos en el espacio BRICS sin que eso signifique claudicar sus intereses. Gran parte del resto de los elementos que alimentan las visiones pesimistas son situaciones hipotéticas cuyos resultados abstractos son difíciles de analizar. Por el alto valor que representa la aspiración de los BRICS de construir un mundo más ecuánime en términos de poder, puede presumirse que la cooperación -sin perder las diferencias- seguirá alentando el fortalecimiento del grupo.

Desarrollo y Contenido
Maximiliano Barreto. Lic. En Relaciones Internacionales (UNR), docente adscripto a la Cátedra de Política Internacional Latinoamericana (UNR).

[1]Inicialmente la sigla del grupo fue BRIC en correspondencia con las iniciales de Brasil, Rusia, India y China. Pasó a ser BRICS en el año 2011 cuando Sudáfrica se sumó al bloque.
[2]Ya acordado en la cumbre de Fortaleza, Brasil en 2014.
[3]Manoela Carvalho, “BRICS como actor de cambio en el poder global”. Disponible en: http://equilibriumglobal.com/brics-como-actor-de-cambio-en-el-poder-global/
[4]“BRIC: Gigantes en medio de la crisis”. Disponible en: http://investiga.ide.edu.ec/index.php/bric-gigantes-en-medio-de-la-crisis

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