Comparte este contenido

Se decía que luego del hostigamiento que #DonaldTrump planteó contra su vecino del sur, durante su campaña y ya sentado en la Casa Blanca contra, México debía mirar hacia América Latina desde otra perspectiva. Eso, parece estar ocurriendo. Se inician las #IIRondadeNegociaciones en la Cancillería Argentina. Los expertos Dra Constanza Mazzina (Argentina) y Mg. Juan José Sainz de la Maza (México) explican el contexto que define en forma categórica una realidad: es tiempo de oportunidades en América Latina.

Mientras en Argentina se debatía acerca de un paro nacional de labores y sus alcances o limitaciones, cerca, muy cerca, otra Argentina empezaba a abrirse al mundo. El World Economic Forum on Latin America tuvo lugar a la sombra de los vaivenes argentinos cotidianos, con menos prensa que las manifestaciones, pero con resultados de largo plazo. Más de 1,200 líderes del mundo, entre cancilleres, ministros y empresarios, concurrieron al evento. Éste puede ser entendido como la antesala de la reunión del G20, mesa privilegiada donde se sientan en común países desarrollados y emergentes, que tendrá lugar el año próximo, también en Argentina.
En este marco, la agenda de la política exterior argentina se acelera. El tiempo de Argentina parece estar marcado por el ritmo que sus nuevos socios le reclaman y que sus propias necesidades internas le imponen.
En todos los casos, esto constituye una oportunidad para Argentina y para la región. Si Argentina concreta el apoyo de los dos grandes de América Latina, Brasil y México, tiene la gran chance de ser la vocera de una región a la deriva, pero también de afianzar una agenda propia para el beneficio de una Latinoamérica que siempre buscó y priorizó interlocutores y socios externos.
Los tres socios forman parte del G20, y ya han comenzado las reuniones trilaterales para fijar la agenda y delinear posibilidades y puntos de encuentro. Argentina delegó en los primeros años del siglo XXI el liderazgo subregional al Brasil de Lula da Silva. Luego del impeachment a su sucesora, Dilma Rousseff, Brasil se debate en una larga agonía jaqueado por la corrupción que le impide ejercer el liderazgo que tuvo en los últimos años. Por su parte, México se vinculó estrechamente con los Estados Unidos desde la firma del TLCAN a inicios de los años noventa, sin embargo, esa relación especial parece quedar en entredicho en las vicisitudes políticas del Presidente Donald Trump. En aquella época, Argentina veía en la Venezuela de Chávez un socio y un amigo, pero dejaba de lado a otros socios cercanos, y posiblemente más confiables que el proyecto bolivariano, como Chile o Uruguay.  Hoy los tres grandes del continente tienen un llamado para unirse, como nunca antes.   El destino parece inexorable.
Con una agenda marcada por los jaques a la democracia y la amplísima brecha entre ricos y pobres, la región es el lugar en el mundo donde se combina la más grande brecha con la aceptación a las reglas de juego democráticas. Esto constituye un enorme desafío para todos y, un país como Argentina, tiene la inmensa oportunidad, pero también la responsabilidad de forjar una región capaz de consolidar la democracia y reducir las inequidades.

Dra Constanza Mazzina
Doctora en Ciencia Política. Docente en grado y postgrado. Investigadora  

Mg. Juan José Sainz de la Maza
Licenciado en Estudios del Desarrollo Internacional por la Universidad de California (UCLA) y Master en Administración de Empresas No Lucrativas por la Universidad de San Diego (USD), candidato a Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Belgrano en Argentina.

Translate »