Compartimos las reflexiones del experto en Sudeste Asiático Lic. Ezequiel Ramoneda, en el marco del taller que presento con la consigna “Multiculturalidad en Sudeste Asiático”, dictado el 6 de Agosto en la Escuela de Graduados del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires. El taller del Coordinador del Centro de Estudios del Sudeste Asiático del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de La Plata fue una actividad en agenda de los encuentros que se brindaron en torno al concurso de formación “Concepto Multiculturalismo” 2013.
Antes de entrar al tema en cuestión, la Multiculturalidad en Sudeste Asiático, es decir los procesos multiculturales que tuvieron lugar y afectaron a las culturas de los distintos pueblos de la mencionada región, es necesario antes explicar y definir que entiendo por multiculturalidad.
Se puede entender a la cultura como un todo complejo que incluye conocimientos y saberes, técnicas y artes, valores y normas, lenguas y expresiones, significados y creencias, costumbres y pautas de sociabilidad generados, compartidos y acumulados por los miembros de un grupo social o pueblo transmitidos de generación en generación para satisfacer las necesidades que tienen y resolver las dificultades que enfrentan. Desde la materialización de la cultura de un pueblo en distintas prácticas culturales en función de las particularidades ambientales y sociales, pasando por la especialización de un elemento cultural frente a otros que permita la coexistencia de subculturas en una cultural más grande, hasta la consolidación de culturas distintas pertenecientes a distintos pueblos, explican la existencia de la diversidad cultural.
La importancia de la resistencia del arraigo espacial, la permanencia temporal, la herencia identitaria (el conjunto de rasgos que identifican y a la vez distinguen a un grupo de otros), dan la apariencia cerrada de la cultura de un pueblo. Ahora bien se puede entender también a la cultura como la facultad adaptativa distintiva del ser humano en tanto tal. De aquí que la cultura de un grupo puede transformarse por cambios en alguno de los elementos ambientales o sociales, indicando que aunque duras, no son cerradas sino abiertas, dinámicas.
Todavía más, hacia el interior, la cultura no es homogénea e igualitaria. La apariencia de homogeneidad la pueden dar nuevamente sus materializaciones. Pero existen relaciones jerárquicas de poder hacia el interior de un grupo, que establecen quienes dominan y quienes son dominados, entre aquellos quienes tienen los medios y los instrumentos para mantenerse en el poder a lo largo del tiempo y aquellos que no. Al haber una correlación entre el poder material y el poder cultural, se puede apreciar entonces la existencia de una alta cultura o cultura oficial promovida por la elite, y una baja cultura o cultura popular o de masas mantenida por la población, de complejas relaciones de interacción e influencia. Una y otra culturas no son estables, sino que pueden no sólo modificarse dentro del mismo grupo, sino también alternarse en el poder. También se puede mencionar procesos de culturización de culturas foráneas a culturas indígenas, de culturas dominantes a culturas subordinadas. Es decir las culturas son complejas.
De aquí que considere la multiculturalidad, un estado en que prevalece la asimetría de poder, la diferencia entre culturas, anterior y pasaje a la interculturalidad, un estado en que prevalece la simetría de poder, la igualdad entre culturas, aunque ambos sin carga peyorativa. Mientras que la interculturalidad se plantea desde la posición de igualdad (aunque no desde la identificación) la multiculturalidad se plantea desde la diferencia. Sin restar importancia a la interculturalidad, con sus presupuestos igualitarios y de respeto, una perspectiva multicultural permite analizar y criticar desde donde se realiza la relación cultural. Como llego el interlocutor o potestante cultural a la posición en que se encuentra, y desde donde el interlocutor cultural inicia y mantiene la relación. Una visión intercultural acrítica podría esconder doble intenciones, como también el proceso histórico por medio del cual el potestante cultural llego a su posición hegemónica o desde la cual utiliza su poder cultural para influir, mientras que una visión multicultural permitiría develarlas.
Teniendo presente esto, la relativa apertura, dinamismo y complejidad de la cultura, propongo la siguiente definición de multiculturalidad superadora de una mera diversidad de culturas materializadas cerradas, o de relaciones interculturales de presupuesto igualitario.
Entiendo por multiculturalidad un fenómeno abierto, dinámico y complejo de procesos de relacionamiento y mutua influencia entre culturas en un orden social determinado acotado o amplio, en función de la convivencia/asimilación o resistencia entre ellas según sus capacidades y recursos en pos de su sobrevivencia social y permanencia temporal.
Teniendo esto presente, se puede aplicar la noción de lo multicultural desde la consolidación de una cultura hegemónica como en los procesos de construcción nacional hacia dentro de los estados o en los procesos de transculturización de la cultura de un estado foráneo hegemónico sobre una estado indígena subordinado, hasta el establecimiento de un marco intercultural que permite la convivencia de distintas culturas, o de relaciones multiculturales en un contexto internacional.
Lic. Ezequiel Ramoneda
Coordinador del Centro de Estudios del Sudeste Asiático del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de La Plata.