El pasado mes de octubre, para Timor Oriental, una joven república nacida en 2002, se cumplió uno de los grandes objetivos nacionales, el integrarse al bloque regional ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste de Asia), organización formada ahora por 11 estados, con más de 678 millones de habitantes y que constituyen en su conjunto son el cuarto bloque económico global. La nación timorense enfrenta ahora una serie de desafíos, por las responsabilidades que tiene que afrontar como miembro pleno de la citada organización regional, pero también representa una serie de oportunidades para romper con las pesadas cadenas del subdesarrollo. Esta reseña elaborada por el investigador Dr, Alejandro Suárez Saponaro nos ofrece una dimensión de la oportunidad para este jóven país y lo que representa para ASEAN la plena incorporación de Timor Oriental al bloque del Sudeste Asiático..
En la 47ª Cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste de Asia (ASEAN), desarrollada en Kuala Lumpur, dio la bienvenida a Timor Este como miembro pleno de dicha organización internacional. El primer ministro timorense Kay Rala Xanana Gusmao, en su discurso señaló “un sueño hecho realidad”, refiriéndose a la incorporación de su país a la cuarta economía del mundo, que representa el espacio ASEAN y un verdadero objetivo nacional. A respecto, también se pronunció el jefe de estado de Timor Este y Premio Nobel de la Paz, José Ramos Horta por medio de una carta publicada en el sitio oficial de la presidencia de dicho país: «Este logro histórico representa mucho más que un reconocimiento diplomático, simboliza el cumplimiento de las aspiraciones de nuestra nación de situarnos como iguales entre nuestros vecinos regionales, contribuir significativamente a la paz y la prosperidad y garantizar un futuro mejor para las generaciones venideras».
El proceso de incorporación a la Asociación de Naciones del Sudeste de Asia fue complejo, demandó 14 años. Timor Este un país que alcanzó su independencia en mayo de 2002, con altos niveles de subdesarrollo, transitó un largo camino para consolidar sus instituciones, adecuar la legislación y formar personal para el desafío que significa ser parte de un espacio donde se encuentran economías pujantes como Singapur o Vietnam. En 2022, Dili alcanzó el estatus de país observador, abriendo camino a participar a numerosas reuniones y cumbres de la organización.
El espacio ASEAN nació en 1967 y hoy día, estamos un área de 11 países que representan el 8% del comercio mundial, el 5% del valor agregado manufacturero global y atrajo el 17% de la inversión extranjera directa mundial. El bloque se ha convertido en el principal socio comercial de China, el segundo de Japón, el tercero de Corea del Sur y el cuarto de Estados Unidos. A partir de la década del 70, las naciones del Sudeste de Asia iniciaron un largo camino para transformar sus economías, la mayoría basadas en la agricultura y otras actividades primarias. La existencia de estrategias de largo plazo, permitieron a estos países conocidos en los 90 como “tigres asiáticos” incrementaron progresivamente su participación en cuatro indicadores clave: producción, comercio, valor agregado manufacturero e inversión extranjera directa (IED). El desarrollo se ha visto impulsado por la transformación estructural en las industrias, la tecnología y el capital humano, junto con la mejora de la infraestructura y las instituciones. Los gobiernos de estas economías han logrado convertir ventajas latentes en fortalezas, capitalizando las ventajas propias de los países que se industrializaron y desarrollaron tecnología recientemente. A pesar de los éxitos, uno de los grandes retos de los países de ASEAN es la innovación tecnológica y la fuerte dependencia de multinacionales extranjeras. Es por ello que muchos observadores consideran que los países del bloque deben apostar al camino seguido por Taiwán y Corea del Sur, apostando a la innovación tecnológica autóctona. Ejemplo de ello el camino seguido por Malasia en el estado de Penang, donde surgieron empresas locales especializadas en automatización de fábricas e inspección de semiconductores. Otros desafíos, una mayor integración institucional para generar mayor cohesión, especialmente ante la creciente competencia geopolítica entre Estados Unidos y China, dos grandes mercados para los países de la ASEAN.
ASEAN: una potencia económica global. Los desafíos del desarrollo desequilibrado entre los miembros del bloque.
El crecimiento económico, más allá de cierto estancamiento, la denominada “guerra arancelaria” de Estados Unidos y cierto escepticismo de organizaciones internacionales de crédito, auguran que para el 2030, ASEAN tendrá 470 millones de personas de clase media. Los altos índices de población joven exigen también la generación de oportunidades laborales, donde las ciudades jugarán un rol relevante, estimándose que hacia 2050 estas crecerán en más de 70 millones de personas. Las altas tasas de natalidad generan una mayor presión a los sectores productores de alimentos, el gran desafío para las naciones del Sudeste de Asia. Para garantizar su propia seguridad alimentaria, las principales economías de la ASEAN han impulsado iniciativas para alcanzar la autosuficiencia agroalimentaria. Mientras tanto, los países del bloque han priorizado el comercio intrarregional y la cooperación agrícola entre sí para lograr la seguridad del suministro. Ambas tendencias implican que el Sudeste Asiático requiere soluciones tecnológicas adicionales para aumentar el rendimiento y mejorar la eficiencia de la producción. En países como Myanmar y Camboya, la agricultura sigue teniendo un fuerte impacto en el PIB, debiendo lidiar con cambios en la dieta de los principales mercados consumidores y el desafío del cambio climático (se estima que los fenómenos meteorológicos entre 2008-2018, causaron pérdidas de unos US$ 21.000 millones). La creciente demanda de alimentos significó en 2020, la importación de US$ 61.000 millones de productos agrícolas.
La industrialización puede ser un factor de incremento de los desequilibrios entre los estados miembros.
La modernización de los sectores industriales en Indonesia, Vietnam, Tailandia y Malasia, en particular, se vieron impulsados por un sólido apoyo político y una integración estratégica en la cadena de valor global. Vietnam se ha beneficiado de una importante inversión extranjera directa (IED), que alcanzó los 25.350 millones de dólares en 2024, mientras que el sector de procesamiento y manufactura creció un 9,83 % interanual, con un aumento significativo en la industria electrónica. En 2023, Vietnam se convirtió en el segundo mayor exportador mundial de teléfonos inteligentes, principalmente debido al traslado de empresas como Samsung y Apple desde China, explotando con habilidad la creciente hostilidad entre Washington y Pekín. En el caso de Tailandia, apostó como nicho de mercado la industria de vehículos eléctricos bajo la estrategia “Tailandia 4.0”, logrando producir el 45% de la producción del espacio ASEAN. Malasia con su “Plan Maestro” posee aproximadamente cerca del 13% de la cuota global en empaquetado y prueba de semiconductores. Indonesia gracias a sus reservas de níquel, busca posicionarse como referente en el procesamiento de este mineral y se un centro global de fabricación de baterías para vehículos eléctricos.
En 2020, los estados miembros de ASEAN se unieron junto a Australia, China, Japón, Nueva Zelanda y Corea del Sur para formar la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) , un acuerdo de libre comercio que se venía gestando desde 2012. Si bien la RCEP no reduce drásticamente los aranceles, abarca a un mayor porcentaje de la población mundial (el 30 %) que cualquier otro acuerdo comercial y promueve la integración económica entre el noreste y el sudeste asiático. La ASEAN también es parte de seis acuerdos de libre comercio con países ajenos al grupo, como la India, Australia, Nueva Zelanda y Corea del Sur.
Los países de ASEAN que tienen una estrategia de desarrollo industrial, están llevando a cabo importantes reestructuraciones de su sector manufacturero, ascendiendo en la cadena global de suministros apostando a las industrias “verdes”, autopartes y productos de alta tecnología. Al mismo tiempo, la extracción de recursos, el ensamblaje con uso intensivo de mano de obra y el procesamiento de baja tecnología ocupan un lugar más prominente en las economías de menor crecimiento. Actualmente, el comercio intra-ASEAN representa una parte importante (el 21,5 %) del comercio total del bloque, y esta proporción aumenta a medida que avanza la integración económica de la ASEAN.
En 2024, Singapur tenía el PIB per cápita más alto de la ASEAN, con US$ 92.930, seguido de Malasia con US$ 13.140 dólares, Tailandia con US$ 7.770 e Indonesia con US$ 5.030. En contraste, Camboya, Laos y Myanmar, cuyas economías dependen en gran medida de la fabricación textil de baja cualificación, las exportaciones de materias primas y otras industrias básicas, presentaban un PIB per cápita mucho menor: 2.870, 2.100 y 1.180 dólares, respectivamente. Timor Este nuevo miembro del bloque, tienen un PIB per cápita de US$ 1310. El incremento de los desequilibrios económicos es un factor a considerar, dado que puede ser un riesgo para la cohesión de ASEAN. Es por ello que demanda fortalecer los mecanismos de coordinación. Existe una tendencia para compensar desigualdades por medio de esfuerzos de la ASEAN por fortalecer sus mecanismos internos para apoyar el desarrollo equitativo. Iniciativas existentes como el Plan Maestro de Conectividad de la ASEAN 2025 y la Iniciativa para la Integración de la ASEAN y la Reducción de la Brecha de Desarrollo (IAI y NDG) han sentado las bases para el progreso.
Geopolítica y Seguridad. En la búsqueda de alternativas a la competencia Estados Unidos – China.
La competencia Estados Unidos – China afecta a los países de ASEAN, que optaron por diversificar sus vínculos como quedó reflejado en la reunión conjunta en Arabia Saudita, entre líderes del citado bloque asiático y el Consejo de Cooperación del Golfo. La Unión Europea busca un acercamiento e incrementar el comercio de manera sustancial con ASEAN hacia 2027. La presencia en la 47 Cumbre de Kuala Lumpur, contó con la presencia del presidente brasileño Luis Inácio “Lula” Da Silva, quien expresó el interés de su país de alcanzar acuerdos de integración económica con el bloque asiático. Cabe destacar que Brasilia es el único país de América Latina que tiene un acuerdo de Socio de Diálogo Sectorial con ASEAN enfocada en la coordinación en temas políticos y multisectoriales. En el encuentro entre el presidente “Lula” Da Silva y el Secretario General de ASEAN, Dr. Kao Kim Hourn, hablaron de fortalecer una serie de áreas de interés común: seguridad alimentaria, cambio climático, energía, inversiones, intercambio cultural y turismo. El vínculo se ve reforzado por ser parte Indonesia – miembro de ASEAN – junto con Brasil en los BRICS.
ASEAN enfrenta desafíos en el plano de la seguridad, tanto con actores externos como dentro del mismo bloque. China cuenta con una serie de diferendos con estados miembros en relación a la delimitación de espacios marítimos en el Mar de la China Meridional y la cuestión de las islas Spartley y Paracelso (la cuestión marítima con Pekín afecta a los siguientes miembros del bloque: Brunéi, Indonesia, Malasia, Filipinas y Vietnam); la crisis de Myanmar, desatada con el golpe de 2021 y el estallido del conflicto interno; la crisis fronteriza entre Camboya y Tailandia en 2025, con choques armados; la postura de algunos estados miembros respecto a China; y la competencia geopolítica entre Washington y Pekín, impacta en la política exterior de los países miembros. La cuestión arancelaria, ha sido un factor de presión de Washington que resultó exitoso en algunos casos. En el caso de Indonesia, se observa un acercamiento a China con la posible adquisición de cazas J-10C, además se observa que hay una mayor inversión de empresas chinas en sectores manufactureros en Vietnam e Indonesia. La fuerte dependencia de las exportaciones hacia el mercado estadounidense, sin ninguna duda alimenta un sentimiento de hostilidad hacia Estados Unidos. A pesar del golpe recibido, los acuerdos suscriptos por Camboya y Malasia, y las declaraciones conjuntas de Tailandia y Vietnam, realizando concesiones a las presiones de Washington, sentaron un precedente, donde la credibilidad estadounidense puede verse entredicho.
En este juego de equilibrios para evitar en la dependencia excesiva, los países de la ASEAN mantienen mecanismos de cooperación en materia de defensa con Estados Unidos, pero con limitaciones, dado que se observa de manera creciente, la apuesta a la diversificación de proveedores y la apuesta a la transferencia de tecnología.
Las oportunidades y desafíos de Timor Este en ASEAN.
El ingreso de Timor Este estuvo apoyado por Indonesia y Australia, luego de una larga espera, plantea una serie de oportunidades. Yakarta es un importante inversor en la economía timorense, estimándose en más de US$ 500 millones y Canberra provee ayudas a Dili por más de US$ 100 millones. Estados Unidos también fue importante contribuyente en ayuda externa a Timor Este, por US$ 200 millones, destinadas como otros socios de dicho país asiático al desarrollo económico y fortalecimiento institucional. China también es otro contribuyente en materia de asistencia, sin entrar en el círculo vicioso del endeudamiento. Muchos consideraban que las relaciones cercanas entre Pekín y Dili, serían un obstáculo para el ingreso al bloque ASEAN. Los líderes timorenses actuaron con inteligencia y apuesta al multilateralismo, estando los resultados a la vista. La prudencia y el equilibrio le permitieron al país mantener un alto grado de autonomía estratégica. El país precisa mantener su margen de maniobra, siguiendo con esta inteligente política.
ASEAN cuenta con varios países que son economías emergentes (Singapur, Vietnam, Indonesia, Tailandia), un vasto mercado de más de 670 millones de consumidores. Los analistas especializados como en medios oficiales señalan las ventajas que Timor Este ser parte de ASEAN: acceso a mercados más amplios, atracción de inversión extranjera directa (IED), facilitación de la movilidad de personas y mejora de la adquisición de habilidades. El argumento principal es que la armonización de las regulaciones y políticas económicas nacionales con los estándares de la ASEAN promoverá la reforma institucional, estimulará la inversión privada, diversificará la economía y generará empleo.
La pertenencia al bloque, constituye una poderosa herramienta geopolítica, especialmente ante actores como China o Estados Unidos, pudiendo aprovechar los mecanismos de seguridad de ASEAN para promover escenarios de cooperación con dichas potencias. Las cumbres constituyen una oportunidad para fortalecer lazos políticos, entablar diálogo con actores de la región como fuera de ella. Previo a la adhesión del país a la ASEAN, arribaron empresarios de la región para explorar la posibilidad de invertir en Timor Este. esto es evidencia de la importancia de la adhesión de Dili a dicho bloque regional.
La economía timorense en la más pequeña de la región – casi US$ 2.000 millones de PIB – y fuertemente dependiente del petróleo y el gas, cuyas reservas están por agotarse, por ende, depende el financiamiento del país del fondo creado con las regalías de la exportación de hidrocarburos. El estado es el principal empleador, por ende, el país tiene que transitar un largo proceso para que el sector privado sea el gran generador de empleo. Dado las características de la economía local, la vulnerabilidad del sector agrícola (del cual depende el 70% de la población) como del pequeño sector manufacturero, requerirá un programa de adhesión gradual al régimen del Área de Libre Comercio de la ASEAN.
El crecimiento demográfico de los países del Sudeste de Asia y el crecimiento de la demanda de alimentos, puede ser una oportunidad para Timor Este. En la actualidad exporta café, cocos, clavo y vainilla, pero a pequeña escala. El país precisa desarrollar infraestructuras, capacitación de recursos humanos, modernizar el sector agrícola, podrá ser competitivo, exportar alimentos y mejorar los ingresos de la población rural, afectada por altos niveles de pobreza.
La ubicación geográfica el país, lo puede transformar en un verdadero centro logístico internacional. Timor Este. Dili cuenta con un acuerdo con la Unión Europea de aranceles más bajos, cuando su adhesión a la Organización Mundial de Comercio sea una realidad, agregándose el Acuerdo Provisional de Asociación Económica UE-Estados del Pacífico, con una política arancelaria preferencial, al cual el gobierno timorense mostró su interés de ser parte. Esto permitiría colaborar con empresas de países de ASEAN para desarrollar su capacidad exportadora hacia la Unión Europea u otros mercados. La construcción del puerto de Tibar, con capacidad de operar con más de 7.500 TEU, es el primer proyecto de asociación pública privada y llevado a cabo de manera exitosa, abre un abanico de posibilidades, para utilizar dicha herramienta para proyectos de desarrollo del país. Por la proximidad de la citada terminal marítima, de rutas que conectan el Sudeste de Asia con Australia, lo podrá convertir en un centro de trasbordo, también posibilitará la instalación de industrias, orientadas a la exportación.
El desarrollo del proyecto de explotación petrolera Greater Sunrise, es de vital importancia para generar recursos para el desarrollo de infraestructuras, diversificar la economía e impulsar al sector privado.
El turismo ofrece también posibilidades, pero ello exige mejorar las comunicaciones y las conexiones internacionales. La cercanía de Bali, centro saturado de turistas, de Dili (500 millas) y a dos horas de vuelo, podrá ser una oportunidad para impulsar un sector turístico sustentable.
Los desafíos del ingreso al bloque ASEAN abarcan distintos aspectos:
Seguridad: el incremento del tráfico internacional, generará atención a redes criminales, ello demanda reformas y mejoras en el sistema de seguridad, inteligencia, cooperación, control de fronteras. Esto debe ser considerado de amplia prioridad.
Vulnerabilidad del sector agrícola y manufacturero local. Las reformas deben estar orientados en primer lugar a garantizar la seguridad alimentaria de Timor Este e incrementar la oferta exportadora de alimentos, mejorando la calidad de vida del sector rural. Aprovechar la cercanía geográfica con Indonesia para el desarrollo de proyectos complementarios.
Infraestructura escasamente desarrollada. El modelo de participación pública privada, puede ser una solución para el desarrollo del aeropuerto internacional, carreteras, puertos y también una red ferroviaria. El país debe mejorar su conectividad vía marítima y aérea.
Sistema financiero de desarrollo limitado. Esto afecta el acceso al crédito y limita la expansión del sector privado.
Limitaciones en los recursos humanos, que impactará en la participación en foros/cumbres/reuniones técnicas en el ámbito ASEAN y en la captación de inversiones. El implementar figuras como “embajadores de buena voluntad” y “cónsules honorarios” contribuirán, con una inteligente selección de profesionales extranjeros, a proyectar la imagen del país, como solución hasta el desarrollo de un cuerpo diplomático que cubras las necesidades de la política exterior del país.
Los desafíos son muchos, como las oportunidades. Timor Este es un país con una elevada capacidad de resiliencia. Desde 2002 hasta el presente, transitó un difícil camino, con una pesada herencia por años de ocupación, que costó cientos de miles de vidas, contra todo pronóstico el país logró transformarse una democracia con altos índices de libertad y estabilidad institucional. ASEAN a pesar del reto que significa, estamos ante una victoria histórica para el liderazgo timorense.
Por Dr. Alejandro Suárez Saponaro. Abogado. Magíster en Defensa Nacional. Columnista de la revista Defensa y Seguridad, y de Diario El Minuto (Chile). Co autor del libro, junto al Dr. Alberto Maestre Fuentes: Del Infierno al Paraíso. Una historia de Timor Oriental. Íbera Ediciones. 2024.






