Desde nuestra red de alianzas con think-tanks en diferentes capitales del mundo, compartimos esta colaboración desde Islamabad. Escribe Muhammad Asif Noor, el Jefe Editor de Revista de Pakistán “The Diplomatic Insight”, analizando el conflicto de Nagorno-Karabaj desde la perspectiva de los derechos humanos. El Director del Institute of Peace and Diplomacy (IPD) explica los sucesos del conflicto territorial entre Armenia y Azerbaiyán. Presentando en su descripción del rol de terceros actores en los oficios de la diplomacia internacional frente al conflicto de Nagorno – Karabaj, que como dice el Presidente de Azerbaiyán: «es la mayor amenaza a la paz y la estabilidad en la región»
«Amargamente pagamos por esta madurez, amargo era el precio para la trituración de nuestra gran confianza, un aplastamiento que nos recuerda el 9 de enero de 1905. Nosotros, primero el pueblo de Karabaj, luego el pueblo de Armenia, marchamos hacia el palacio de invierno, a la plaza de Lenin en Stepanakert, la plaza del teatro en Ereván, convencidos de que el poder central nos lo entendería. Marchamos con palabras de confianza en la tierra del socialismo, en el pueblo ruso, en la Perestroika, con retratos de la secretaria general del partido, MS Gorbachov. Pero en contra de nosotros se abrió fuego. El fuego era las soluciones injustas del Politburó y el Soviet Supremo, mentiras creadas con la ayuda de la información de masas, una oscura propaganda que fue testigo de la benevolencia mal disimulada a la parte azerbaiyana. El fuego era Sumgait.”
Silva Kaputikian, 1988.
El conflicto de Nagorno – Karabaj en la región caucásica se encuentra vigente desde hace décadas, padeciendo la continua línea de violaciones a los derechos humanos por las fuerzas armenias, que ocupan el territorio periférico desde el momento de inicio de este conflicto. Muchos informes de carácter internacional han señalado los crímenes de guerra de Armenia en la región, incluyendo las graves violaciones a los Convenios de Ginebra, relativo al trato de rehenes y asesinatos de prisioneros de guerra.
Por consiguiente, el desplazamiento de las personas, que han huido para salvar sus vidas, se convirtieron en refugiados y en una amenaza para el medio ambiente político y estratégico de la región. De acuerdo informes internacionales, alrededor de 250.000 azeríes se refugiaron en Azerbaiyán, debido al temor de la limpieza étnica y asesinatos en el momento del alto el fuego en 1994.
En el contexto de la situación política regional e internacional contemporánea, donde la seguridad humana es la primera prioridad de muchos Estados Nacionales, este tipo de situaciones no son aceptables bajo ninguna ley internacional, siendo las personas quienes se enfrentan a la peor parte de esta violencia.
La política de genocidio, utilizada por las fuerzas armenias durante el período de 1988 hasta 1989, ha matado a miles de personas inocentes. El conflicto necesita una solución justa y recta, siendo su sociedad quien también ofrece una cuota de confianza a las partes involucradas y a la comunidad internacional para hallar la paz deseada.
Los orígenes se pueden se remontar a los tiempos del Imperio ruso, cuando extiende sus fronteras alrededor de la región, teniendo cada vez mayor acceso ruso a orillas del Golfo Pérsico. Rusia comenzó a explotar el factor de Armenia ya en el siglo XVIII. También se cree que el conflicto deviene del expansionismo y de una política de agresión, destinada a ampliar el territorio armenio por la fuerza a costa del territorio de otro Estado soberano.
Sin embargo, las hostilidades de Armenia comenzaron a cobrar mayor fuerza a fines de 1991 y principios de 1992; la masacre de Jodyali, por las fuerzas armenias en febrero de 1992, causó que estalle una guerra. Human Rights Watch llamó a esta situación como «la más grande masacre de conflicto». El crimen fue destinado exclusivamente a los azerbaiyanos de esta ciudad.
Entre Mayo de 1992 y 1994 fueron ocupados seis distritos de Azerbaiyán. Consecuentemente, el número de refugiados y población desplazada es de más de 1 millón, de hecho es el Estado que posee el mayor número per capita de desplazados internos. El conflicto se intensificó, aún más, después de la independencia de Azerbaiyán y Armenia. Pero finalmente se llegó a un alto el fuego en Mayo de 1994 a través de negociaciones de Rusia.
Desde esta fecha hasta el día de hoy, Azerbaiyán se ha posicionado para la búsqueda de una resolución de controversias pacífica del conflicto, manteniendo en foco la triste situación de derechos humanos. Uno de los principales factores para la resolución del conflicto es el pedido azerbaiyano de conseguir un regreso seguro de sus refugiados mediante la creación de «zonas de amortiguamientos”, pero una vez que el territorio ocupado se devuelva. Según los reportes internacionales, las casas, campos de los azeríes, que han huido de su tierra para refugiarse, han sido quemadas o minadas por los armenios. Es importante que previo al deseo de regresar, se haga presente la necesidad de crear zonas seguras.
Implicancias de OSCE como mediador
Encontramos diversas iniciativas presentadas por las potencias internacionales y regionales para una solución pacífica y justa de Nagorno – Karabaj. Una de ellas es la creación del Grupo de Minsk, iniciado por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), a los fines de fomentar una resolución negociada y pacífica al conflicto. Los principales objetivos del proceso de mediación dirigido por el Grupo de Minsk se engloban en proporcionar un marco adecuado para la resolución de conflictos, asegurando el proceso de negociación, convenciendo a las dos partes para detener los conflictos armados en búsqueda hacia una conferencia de Minsk. También, promover el proceso de paz mediante el despliegue de fuerzas de paz multinacionales de la OSCE en la región.
El Grupo de Minsk está encabezado por una co – presidencia compuesta por Francia, Rusia y Estados Unidos. Por otra parte, también incluye los siguientes Estados partícipes: Bielorrusia, Alemania, Italia, Portugal, Países Bajos, Suecia, Finlandia, Turquía, así como Armenia y Azerbaiyán. Se puede entrever que Azerbaiyán demuestra un cierto grado de desconfianza o de pesimismo por sobre este Grupo, porque los países que lo co-presiden (Rusia, Francia y EEUU) cuentan en sus respectivas sociedades con un gran número de comunidad armenia, lo que puede generar algún tipo de presión para truncar o desviar el proceso de paz. Pero, también, Bakú reclama que esta herramienta de resolución no exige como debería a Armenia para devolver los territorios ocupados, lo que prolonga indefinidamente las negociaciones. Es menester resaltar que, el proceso de paz iniciado por el Grupo de Minsk se encuentra en un triste estado, porque prácticamente no se han registrado avances.
El bloqueo de las posiciones de ambos estados, es decir, peticiones que chocan entre sí, han provocado un punto muerto en las prácticas negociadoras. El presidente de Azerbaiyán, dio un comunicado de prensa sobre el territorio en disputa y allí comentó, «el problema más importante del pueblo de Azerbaiyán y del propio Estado, sigue siendo la agresión de Armenia contra nosotros, actitud que dio comienzo al conflicto de Karabaj, un conflicto que aún sigue sin resolverse. El conflicto de Nagorno – Karabaj es la mayor amenaza a la paz y la estabilidad en la región». Asimismo, agregó que la OSCE, Consejo de Europa, el Parlamento Europeo, organizaciones internacionales de la OCI y más, han adoptado documentos que expresaban su apoyo a la integridad territorial de Azerbaiyán. Pero Armenia ignora las opiniones de actores de la comunidad internacional.
Durante muchos años la solución estuvo bajo la capacidad de acción y resolución de OSCE, sin embargo, al parecer, no hay un solución a la vista. También es muy importante señalar que, debido a la posición destructiva de Armenia, el conflicto sigue sin resolverse.
A los fines de poder alcanzar una resolución se debe responder bajo los mecanismos de resolución pacíficos, basados en el derecho internacional y haciendo hincapié en el principio de integridad territorial, un principio que respalda la postura de Azerbaiyán desde hace tiempo.
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Vanina Soledad Fattori
Muhammad Asif Noor es Jefe Editor de: www.thediplomaticinsight.com