Compartimos el testimonio y experiencia de la especialista Florencia Grieco. La investigadora de la organización CADAL que viajó a Corea del Norte y pudo experimentar cómo es la vida de los norcoreanos bajo el régimen de Kim Jong-un. Esta entrevista nos ilustra muchos detalles de lo que ocurre con los Derechos Humanos, es algo excepcional que un investigador visite Pyongyan; pero Florencia Grieco (miembro de la organización CADAL) visitó dos veces Corea del Norte y aquí nos comparte sus impresiones. Y en Equilibrium Global nos vemos interesados en contribuir a que se conozca de la situación en Corea del Norte y buscamos este testimonio en primera persona cuando paralelamente, se lleva a cabo en la Ciudad de Buenos Aires la muestra “Corea del norte bajo la lupa” en el Centro Cultural San Martín.
Pregunta: ¿puede compartir una breve reseña institucional de CADAL para que nuestra audiencia conozca de la labor de esta organización y de sus objetivos?
Florencia Grieco: el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) es una fundación que trabaja por la defensa y el respeto de los derechos humanos en todo el mundo, enfocándose en los individuos que sufren severas restricciones a sus libertades y promueve la solidaridad democrática internacional en colaboración con activistas y organizaciones de la sociedad civil. Asimismo, con el objeto de realizar estos objetivos, CADAL realiza varias actividades tales como la producción de publicaciones y videos educativos para difundir valores democráticos; organiza conferencias nacionales e internacionales con el fin de educar a estudiantes, graduados universitarios y profesionales y generar conciencia de la situación de Derechos Humanos a nivel global y regional; y lidera proyectos vinculados a la temática trabajando en conjunto con think tanks y otros organismos defensores y promotores de la defensa de los Derechos Humanos. Además, apoya a activistas democráticos y organizaciones de la sociedad civil, formula propuestas y peticiones a gobiernos y elabora análisis, encuestas e investigaciones que contribuyen al buen gobierno.
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Pregunta: Ud comenta de diferentes proyectos, qué han estado desarrollando particularmente sobre el proyecto de Corea del Norte.
Florencia Grieco: el Proyecto “Corea del Norte bajo la lupa” es el proyecto más reciente que lanzó CADAL a fines del año pasado. El mismo consiste en llenar el vacío de información y desinformación existente en el continente con una propuesta innovadora y de fuentes confiables y de primer nivel, así como acercar la temática del conflicto de la península coreana y la violación de los Derechos Humanos en el país.
El sitio que lanzamos desde CADAL posee contenidos exclusivos, fotos inéditas tomadas en el país y artículos de las organizaciones de derechos humanos y de los medios especializados más reconocidos del mundo traducidos del inglés de forma gratuita para quien desee interiorizarse en el tema. Asimismo, estamos trabajando en presentar reseñas de libros, entrevistas con actores destacados y monitorear la situación de Corea del Norte ante la Organización de las Naciones Unidas.
Pregunta: la muestra que hace referencia, qué mensaje tiene para el público que no está familiarizado con lo que ocurre en Corea del Norte. ¿Cuál sería la idea-fuerza que Ud. considera que transmite el material de esta muestra?
Florencia Grieco: las fotos de Corea del Norte que son parte de esta muestra no son fotos profesionales, y no podrían serlo.
Las pocas imágenes que conocemos del país provienen de fuentes oficiales: es decir, de los medios estatales que deciden qué, cómo y cuándo mostrar algo al resto del mundo. Excepcionalmente, algunos medios extranjeros pueden ingresar a Corea del Norte para cubrir grandes eventos (en general, desfiles militares), pero eso no significa que tengan acceso más allá de los lugares que el gobierno elige en cada ocasión. Por eso, muy raramente vemos escenas comunes y corrientes de la vida en Corea del Norte.
Esto es justamente lo que se puede ver en esta muestra: una mirada íntima, personal, lo más cercana posible a las historias invisibles de Corea del Norte, donde la mayoría de sus 26 millones de habitantes viven, como pueden, de espaldas al mundo.
Las fotos fueron tomadas en mis dos viajes al país, en 2015 y 2017, justo antes de que Kim Jong Un completase el programa nuclear y, desde ese lugar de fuerza relativa, iniciase su diplomacia personal con Xi, Trump y Moon Jae-in, los presidentes de China, Estados Unidos y Corea del Sur.
Pasé un mes en total recorriendo Corea del Norte, donde ningún extranjero es abandonado a su suerte y voluntad. La compañía de dos guías norcoreanos es inexcusable desde el principio del día hasta el final de la noche, y difícilmente haya un momento a solas para registrar los detalles de lo que se ve sin levantar sospechas. Escribir las impresiones del viaje solo puede ser un recurso de emergencia: para eso están las fotos. Ese es el valor de estas imágenes: son el registro más directo, y más fiel que un extranjero de paso puede tener del país y de su gente.
Pregunta: Ud. ha estado en este país asiático. No es común que argentinos, que ciudadanos de nuestra región, viajen a Pyongyang y tengan una experiencia de ser testigos de la vida que llevan los ciudadanos bajo el régimen de Kim jong un. Puede compartir algunas impresiones, ¿cuáles son algunas de las consideraciones que puede compartir para que podamos aproximarnos a la situación real que atraviesa el país?
Florencia Grieco: Corea del Norte es uno de los países más pobres, represivos y herméticos del mundo. Gobernado durante 73 años por tres generaciones de la familia Kim, sin acceso a Internet, con controles que impiden que sus ciudadanos salgan del país y un sistema de vigilancia las 24 horas para los pocos extranjeros que llegan cada año, es difícil saber cómo es y qué ocurre dentro del “reino ermitaño”. Este secretismo característico de Corea del Norte se agudizó durante la pandemia con el estricto cierre de fronteras ordenado por Kim Jong Un, que en diciembre de 2021 cumplió diez años en el poder.
En mis dos viajes a Corea del Norte estuve en total un mes y durante ese tiempo pude registrar con mi teléfono celular todo tipo de escenas cotidianas, sin poder detenerme más que unos segundos cada vez. Esta limitación transmite la intimidad de ese viaje personal por un país imposible: aislado, desconectado, extraño, lejano, desconfiado, donde la monotonía de los paisajes y la repetición de los hábitos bajo la mirada vigilante de los Kim aportan un carácter de irrealidad tan onírico como opresivo.
Desde Pyongyang, capital del país y hogar de los ciudadanos norcoreanos privilegiados, hasta la frontera con Corea del Sur, la más militarizada del planeta y última reliquia de la Guerra Fría, pasando pequeños pueblos sin agua ni energía eléctrica que ningún occidental visitó antes, el viaje me permitió acercarme a esa vida diaria invisible, que no sale en las noticias.
Hay un fragmento corto de mi libro que me parece que resume cómo fueron esos días en Corea del Norte:
”Hubo una mañana que salí del hotel sabiendo que ya no iba a volver a Pyongyang. Estaba por emprender una travesía que iba a llevarme a través del este y el norte del país hasta llegar a Rason, una zona económica especial en la triple frontera de Corea del Norte, China y Rusia. Era una expedición al confín norcoreano, con otros guías, otros paisajes y otras reglas.
–No tomen fotos, no está permitido, no pueden hacerlo –fue la primera indicación, algo áspera, del señor Kim, uno de mis guías.
Mientras el polvo de los caminos sin asfaltar se estrellaba contra las ventanillas de la combi y los pozos en la ruta nos sacudían de un asiento a otro, me arrastré hasta las primeras filas para preguntarle al otro guía algo que me inquietaba. Necesitaba saber si en alguno de los hoteles donde íbamos a hospedarnos en el interior podría hacer llamadas internacionales. Su respuesta fue tan concluyente como la de su compañero:
–No. Es imposible. No.
Incomunicada, circulando por rutas ajadas y vacías, atravesando pueblos sombríos sin nombre ni agua ni electricidad, empecé a extrañar Pyongyang de un modo perturbador, como podría añorar el departamento de una tía lejana que huele a talco y anís. Pero no podía volver porque no estaba paseando. Estaba enredada en un circuito de sentido único en el que las reglas del viajero habían sido suspendidas: no había modo de detenernos, de improvisar, de desistir del viaje, de abandonarlo. La única forma de salir de Corea del Norte era internándonos en ella, atravesando sus entrañas pastosas hasta que la frontera china volviese a aparecer, auspiciosa, en el horizonte.”
Mg. Florencia Grieco. Periodista. Lic. En Ciencias Políticas por la Universidad de Buenos Aires. Maestría en RRII por la Universidad de Bologna. Fue editora de publicaciones de la Comisión Europea y consultora del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Trabajó como editora de la sección Mundo en los diarios Crítica de la Argentina y Página/12. Es autora del libro “En Corea del Norte: viaje a la última dinastía comunista” (Editorial DEBATE)
En Twitter @flowergrieco
Muestra «Corea del Norte bajo la lupa» en el Centro Cultural San Martín de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. https://elculturalsanmartin.ar/en-corea-del-norte/
Proyecto » en organización CADAL https://cadal.org/corea-del-norte-bajo-la-lupa/
Por Lautaro Piersigilli. Relaciones Interancionales Universidad de Belgrano
En Twitter: @LautaroPiersig1