El atentado del 7 de enero de 2015, contra la redacción de la publicación Charlie Hebdo, en Paris (seguido por otras acciones terroristas en esa ciudad), recibió el repudio oficial de India –incluyendo un contacto telefónico del Primer Ministro Modi con el Presidente Hollande- y de parte de importantes figuras políticas e intelectuales del país, aunque también puso en evidencia los diferentes análisis sobre la situación y lo que subyace a ello, el debate entre modelos identitarios en India, la presencia de las tradiciones en esos modelos y los usos de la historia en ese marco.
Los sucesos de París se suman a la turbulencia de las aguas entre la India y Pakistán, que venían de semanas signadas por hostilidades en distintos frentes (la frontera de Cachemira y un supuesto fallido intento terrorista a través de un bote paquistaní aparentemente cargado con explosivos que estallara tras ser interceptado por la Guardia Costera india, resultando todos sus ocupantes muertos), habiendo recibido ambos, en tal circunstancia, el pedido de China de actuar con moderación.
De igual modo, el debate se reactualiza y crece con la campaña de reconversión (the hindúes convertidos a otras creencias) “Ghar Wapsi”, desarrollado por Vishva Hindu Parishad (VHP) y Bajrang Dal, asociados del RSS, el proyecto de convertir a la Bhagavad Gita en libro nacional, el reemplazo del idioma alemán por el sánscrito en algunos colegios (que motivó un diálogo específico sobre el tema entre Modi y Merkel) y el acto público de Sakshi Maharaj (BJP), que se refirió a Nathuram Godse –asesino de Gandhi-como un “nacionalista”, aunque luego se retractó, entre otros hechos.
Mientras Mani Shankar Aiyar, del Partido del Congreso repudió las distintas acciones terroristas, también señaló la muerte de islámicos inocentes en distintas ofensivas militares como la de Estados Unidos en Irak y Afganistán, preguntándose luego por qué la gente menos ponderosa no debería responder? Aiyar fue atacado vía Twitter, tras sus dichos y de igual manera, el modo como los diferentes medios de la India reflejaron sus declaraciones, evidenció la posición de los mismos (más allá de la defensa ejercida por Aiyar, señalando que él “es Gandhiano, no un terrorista”). Por su parte, los estrategas del Partido del Congreso se apresuraron a tomar distancia de sus dichos, señalando que la posición del partido fue señalada por quien lo dirige, Sonia Gandhi, que condenara el crimen inmediatamente conocida su noticia.
Por otro lado, T.K. Arun, editor de The Economic Times, repudió también las acciones terroristas pero señaló que creía que los caricaturistas de Charlie Hebdo debían enfrentar acciones legales por su mal uso de la libertad, aludiendo de igual modo a la xenophobia contra minorías subalternas y recordando que algunos países, entre ellos Inglaterra, tienen leyes contra la blasfemia. M. J. Akbar, por su parte, en el Blog de The Times of India, señala que para él se trata de un conflicto épico entre la presencia y la promesa de la modernidad.
Hace pocas semanas, diversos medios se encargaron de comentar lo dicho por el Primer Ministro Modi en un evento de ciencia (acerca de la vinculación entre desarrollos modernos de la ciencia y el conocimiento de la India Antigua) y la controversia que ello generó, incluyendo comentarios del ex Ministro Shashi Taroor. A ello respondieron ciudadanos como Sharmil Ravinder que, en The Times of India expresó: “Un (dios) Ganesha de piedra no puede beber leche y la cirugía plástica en el dios elefante es etiquetada de absurda. Sin embargo una Madre de piedra puede llorar sangre y la veracidad de la Inmaculada Concepción no es debatida. Nuestros textos sostienen que incluso varios dioses y diosas hindúes tuvieron sus descendientes vía concepción inmaculada. ¿Por qué no hablar del significado de estos acontecimientos tan cuidadosamente redactados en escrituras religiosas como la base para las modernas técnicas reproductivas, tales como IUI y Fertilización In Vitro? Pero serán discutidas? Soy una hindú orgullosa y devota, disfruto el debate y aliento las narrativas multiples, soy liberal, no me avergüenzo de mi religión y no permitiré que la misma sea puesta en ridículo y voy a poner en evidencia mi conocimiento “limitado” sin miedo a ser sometida a desgaste. Pero cuántos lo hacen? ”
De igual manera, otros ciudadanos participan de los intercambios en distintas redes sociales y medios, tales como Rana Ayyub, quien coincide con Owen Jones en dar la impopular batalla de defender a los islámicos porque, sostiene, es la acción correcta a tomar. En esa temática, Sagarikha Gose, Editora Consultiva de The Times of India, contesta las diferentes posiciones y desde su artículo “Yes, we kahn” se pregunta por la emergencia del liderazgo en la comunidad islámica de la India-apuntando la presencia fulgurante de Asaduddin Owaisi, presidente del partido All India Majlis-e-Ittehadul Muslimeen, miembro del Lok Sabha, por Hyderabad-, y apunta que que el 16avo Lok Sabha posee la menor cantidad de islámicos desde las elecciones de 1952; solo 24, agregando que el único candidato islámico que presentara el BJP fue Shahnawaz Hussain. En su alegato, hace un señalamiento capital, que merece recordarse: “Más allá de los intolerantes que gritan, hay una verdad silenciosa más acogedora: los musulmanes indios no serían la segunda comunidad más grande en el mundo, si el hindú verdadero fuera antimusulmán”.
Puede que el acerto de Gose se complemente con lo señalado por Akbar: “En un mensaje maravilloso, Gandhi apeló a que la Gita debiera ser leído con el ojo de un hindú y el Corán con el ojo de un islámico: con compasión, no (de manera) injuriosa. Swami Vivekananda,quien buscó el resurgimiento de la India a través de una una filosofía india única, era igualmente directo: si naciste hindú, decía, sé un buen hindú; si naciste islámico, se´uno bueno, y ello hará de ambos buenos indios”.
De acuerdo al conocido Anthropological Survey of India, el país posee 4,635 comunidades, que dan cuenta de su enorme diversidad y riqueza –hecho recordado por el Vicepresidente de la India, Hamid Ansari, al inaugurar el vigésimo quinto período de sesiones del congreso-. En ese marco, cabe recordar que las identidades no son algo acabado ni estático, rehaciéndose y reafirmándose en las relaciones de unos y otros diariamente. El peso que en ellas tiene “lo tradicional” (no siendo obvio a qué se refiere cada uno cuando alude a ello) encuentra distintos espacios que hacen sus usos en/de la historia y por lo tanto en la lectura y hechura de la misma. Atendiendo a lo mencionado, cabe entonces señalar que el desarrollo que menta la nueva gestión no solamente precisa/ está obligado a ocuparse de la prosperidad material sino de continuar asegurando como característica del mismo la “inclusividad” del modelo identitario. En tal búsqueda parece sumarse ahora una presencia de mayor peso del actor que se alzó con la victoria de las elecciones en Nueva Delhi, el partido Aam Aadmi (AAP), que en su búsqueda de un lugar en distintos estados indios, desafió la “ola” de victorias que siguieron al triunfo de Modi y parece constituir una amenaza de trasvase de votos para el Partido del Congreso, con una oposición marcada a la corrupción, la violencia comunal y la política casteística como parte de su perfil.
Por Dra. Lía Rodriguez de la Vega
Analista Internacional – Académica
Comité de Asuntos Asiáticos del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales CARI
Directora de la Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y Africa ALADAA