Reportamos de un nuevo encuentro semanal para el debate de la actualidad internacional en radio, en oportunidad de celebrar el 6º año de trabajo de Equilibrium Global, nos visitó en los estudios, el analista internacional Dr. Marcelo Montes con quien abordamos el tema de la crisis en Ucrania.
Los sucesos en el este de Ucrania y las fricciones entre Rusia y Occidente han sido un tema recurrente en la generación de contenidos de nuestro medio, siendo considerados un factor clave de la geopolítica y en especial dinámica durante el 2014, el año en el que se corrieron las fronteras.
Para un intenso debate en la radio, nos visitó el académico Marcelo Montes, una voz calificada y experto en asuntos de política exterior de Rusia, Doctor en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), profesor de Política Internacional de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), miembro del Grupo Eurasia del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) y de la Cátedra Rusia del Instituto de Relaciones Internacionales (IRI) de la Universidad Nacional de La Plata.
El punto de partida para la charla con el Dr. Montes sobre tres ejes previos que contextualizamos para remarcar la línea de comunicación que ha tenido Equilibrium Global sobre el tema de la crisis en Ucrania. Ellos son los siguientes:
1) que este suceso no se puede disociar de la cumbre de Vilnius en Noviembre 2013 donde el legítimo pero corrupto presidente ucraniano Viktor Yanukovich dijo que no a la firma del tratado de “Asociación Oriental” y luego se desató el “efecto Maidán” que terminó con su gobierno;
2) el error de cálculo de la diplomacia europea, que no supo nunca medir la respuesta de Rusia. Precisamente, el 2014 es recordado como “el año que Europa perdió a Rusia”;
3) ha existido una batalla, pero también en los medios de comunicación. Los combatientes en las regiones de Donest y Lugansk han sido categorizados por “terroristas” para Kiev y “autodefensas” para Moscú, pero desde Equilibrium Global identificamos que éstos no se sienten nacionales ucranianos.
Al respecto, el Dr. Montes se enfocó a un análisis de lo que ha sucedido en Ucrania como un asunto de política interna, argumentando que ha sido la propia elite ucraniana la que, considerando el antecedente previo de la llamada “Revolución Naranja” de 2004 y sin haber logrado el consenso suficiente para definir de modo claro, la inserción económico-comercial, la identidad cultural y la relación estadual-regional, la gran responsable de la enorme crisis desatada a partir del “no” en Vilnius. Tanto Yanukovich como la entonces oposición, fueron copartícipes de las políticas llevadas a cabo desde el propio nacimiento de la república ucraniana, unitaria desde su origen, el “capitalismo de amigos” u oligárquico que generaron, la corrupción generalizada y los ajustes y desajustes estructurales que llevaron a un grado de anomia y violencia sociopolítica, que llevó al Euromaidán de febrero de 2014. A partir de allí, las fuerzas que tomaron el control revolucionario, fueron profundamente reaccionarias. Tanto el gobierno provisional de Yatseniuk como los sectores de “Priivy Sektor” (extrema derecha ucraniana y antirrusa), lideraron durante meses hasta la elección de Poroshenko como Presidente, un proceso revanchista virulento que provocó el genuino temor y rechazo de las poblaciones tanto ruso-étnicas (en la Península de Crimea) como las ruso-lingûísticas (el sudeste, Donbass). Mientras las primeras, en una zona estratégica y simbólicamente relevante para la nacionalidad rusa, eligieron volver a la égida de Moscú, las segundas, escogieron el camino violento, con el apoyo logístico del Kremlin, peo sin la intervención directa. Esto les permitió sin embargo, poner en riesgo la propia integridad del territorio ucraniano, obstaculizando hasta el día de hoy, la legalidad de la autoridad de Kiev, ubicando a Ucrania, casi al borde de ser un Estado fallido, al menos, en esa región, en el marco de una “guerra híbrida”, no librada entre fuerzas regulares o convencionales, sino entre dos bandos cuasi irregulares, con la presencia de “voluntarios globalizados” en ambos.
Más allá de las consideraciones geopolíticas que bien puede explicar el Dr. Alberto Hutschenreuter, la presencia y responsabilidad de los actores externos no debe ser sobreestimada. A los tres más relevantes (Rusia, Unión Europea y Estados Unidos u OTAN), la crisis les llegó de manera sorpresiva, sin haber previsto ni las causas y mucho menos, los efectos. La UE pudo haber planeado mejor los escenarios en caso de un “no” de Ucrania, haber negociado y tenido éxito en la negociación para garantizar una transición pacífica, con o sin Yanukovich y evitar quedar relegada a un papel secundaria, tras los dictados de Washington. Incluso, Alemania podría haber actuado con un mayor perfil de lo que lo hizo, sobre todo en el primer semestre de 2014, como sí lo hizo en la reciente crisis griega, por ejemplo, salvando las distancias políticas y económicas con el caso ucraniano. Rusia aprovechó la circunstancia de quedarse con Crimea pero luego, sobre todo, a partir de las sanciones occidentales y el asedio físico de la OTAN a 200 km. de San Petersburgo, no adoptó ninguna decisión que pudiera provocar una crisis bélica de mayor proporciones. Los “halcones” de Estados Unidos, presionaron a Obama, por mayores castigos a Moscú y no ayudaron a un encarrilamiento normal del conflicto, sino todo lo contrario, logrando por ejemplo, que el nacionalismo ruso crezca y la figura de Putin alcance una enorme popularidad en el plano doméstico. Como conclusión, sin exagerar, Rusia se aleja de Occidente en 2014 pero no lo suficiente como para generar un polo contrahegemónico porque sigue siendo la UE la principal socia comercial rusa, no todas son convergencias con China por parte de Moscú y tampoco Rusia está en condiciones militares de enfrentar a la OTAN, muy superior en términos tecnológicos.
Respecto a la batalla propagandística, como en toda guerra híbrida, quien gana la guerra de las percepciones y el “soft power”, tiene inclinada la balanza hacia un lado en detrimento del otro. En tal sentido, Ucrania asomó como la “´victima” inicial del proceso, acosada por la siempre “imperialista” y “agresiva” Rusia, pero con el tiempo, ésta fue reequilibrando el choque discursivo, sobre todo luego del episodio de la caída del avión malasio, hace un año, cuando quedó claro que los dos bandos en pugna en territorio ucraniano, son incontrolables, gozando de una autonomía muy poco propicia para negociar acuerdos o lograr consensos. La evolución de la situación marca una demora en el proceso de Ucrania en la UE y mucho menos en la OTAN, habrá que esperar cinco o seis años más, y una Rusia que seguirá obstaculizando vía los rebeldes, tal decisión, mientras diversifica sus relaciones exteriores con otras regiones del mundo, por ejemplo, América Latina, para no quedar atada a las contradicciones europeas.
Federalización
Editorialistas y observadores en todo el mundo han reflexionado en estos meses que lleva la crisis en Ucrania sobre un tema que se instaló desde los gobiernos de Kiev y de Moscú, que es la solución de la “federalización” o no, para resolver la integridad y contención para las provincias separatistas del Este. En este asunto, Montes ha tenido una opinión sostenida, favorable a un status jurídico federalista de Ucrania, pero considera que Kiev, por el contrario, si bien, ha encarado un proceso de debate constitucional, no ha avanzado nada en el cambio de tal unitarismo del país y Poroschenko ha ratificado el mismo. Así, la vía pedida por Moscú y los rebeldes prorrusos, de mayor autonomía, hasta ahora ha sido vetada por el gobierno ucraniano, por lo que, la situación permanece empantanada o en un “impasse”. Sólo la UE podría presionar a Kiev en tal sentido.
Asunto Irán
Finalmente el analista rosarino Marcelo Montes nos dejó algunas reflexiones sobre el reciente acuerdo nuclear de las potencias con Irán, donde opinó que se trata una vez más, de un proceso encabezado por ambos líderes, uno, el iraní, Rouhani, al inicio de su mandato, explicitando la necesidad de sacar a Irán del ostracismo internacional, en virtud de su propia necesidad económica interna y el otro, Obama, al final de su permanencia de 8 años en la Casa Blanca, con más deudas que superávits en su política exterior, pero dispuesto ahora a generar señales inequívocas de cambio hacia una mayor concordia en las relaciones internacionales, privilegiando, obviamente, el interés nacional americano, de alterar el equilibrio de fuerzas regionales, en Medio Oriente.
En tal sentido, subraya el Dr. Montes, ahora sí, claramente, en términos geopolíticos y realistas, dada la amenaza de ISIS, Estados Unidos necesita a Irán para tener mayores posibilidades de éxito en su lucha contra tal ejército irregular de combatientes pro-califato, pero sin duda, que esto le deparará recelos y encontronazos evidentes con sus aliados, el histórico, Israel y el estratégico, Arabia Saudita. Parece Washington decidido a que en esta nueva fase de conflicto, el shiismo puede ser una carta más útil, en términos pragmáticos, que el sunismo, por lo que tal decisión mientras intente resolver la tensión global en la región, puede deparar nuevas divisiones, al interior del propio mundo musulmán. Cabe esperar entonces las acciones de Israel en función de tales movimientos, y del poderoso lobby judío en Washington, que seguramente se abroquelará tras la facción triunfante en la primaria del Partido Republicano, lo cual, sin embargo, al extremizarse, lo relegará ante la precandidata demócrata, Hillary Clinton.
El analista Marcelo Montes nos ha visitado nuevamente en nuestro semanario radial de actualidad internacional, como cada sábado donde compartimos entrevistas a diplomáticos, referentes académicos, corresponsales, líderes de ONGs y observadores. Aquí el reporte junto a este experto en temas de Rusia para el abordaje de la situación en el Este de Ucrania.
Desarrollo & Contenido
Martín Rafael López – Relaciones Internacionales Universidad Católica de La Plata
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