Desde Venezuela, especialista Virginia Nehme nos presenta este informe sobre la dinámica y evolución de la Diplomacia Digital con un enfoque actualizado para las Relaciones Internacionales.
Lord Palmerston, primer ministro británico, recibió por primera vez un telegrama en su despacho en 1850, su reacción fue exclamar: “¡Dios mío, este es el fin de la diplomacia!”. Podemos asegurar que Lord Palmerston se equivocaba, pero, ¿cuál sería su reacción si viera los numerosos intercambios entre diplomáticos, embajadas, organizaciones y líderes mundiales a través de las redes sociales o las reuniones de organismos internacionales o conversaciones entre presidentes vía Zoom o Skype en la actualidad?
La diplomacia como la historia ha evolucionado a través del tiempo y los hechos que le acompañan. Conocemos que la diplomacia se divide en tres períodos: el primero inicia con la diplomacia antigua hasta el siglo XV, el segundo corresponde a partir del siglo XV hasta la época moderna basándose en el derecho internacional, y el tercer periodo surge a partir de las guerras mundiales hasta la actualidad. (Morales Manuel, 1996).
Lo que se conoce como Diplomacia Pública recientemente, con la globalización ha evolucionado y es ahora lo que conocemos como diplomacia digital. A principios de siglo, la diplomacia tenía la interpretación estricta de toda comunicación entre el gobierno de un país y el gobierno de otro. La comunicación internacional entre el gobierno de un país y la población de otro estaba prohibida por la comunidad internacional y se consideraba una violación de la soberanía.
Fueron tres los acontecimientos mundiales durante los años veinte y treinta, los que alteraron la definición y la práctica de la diplomacia. El primero fue el uso generalizado y la gran popularidad de la radio. La segunda fue la revolución bolchevique de 1917 y el ascenso de los nazis al poder en 1933 y la tercera fue el uso de la radio para las propagandas políticas e ideológicas del momento. Tanto Rusia como Alemania hablaron directamente con las poblaciones de las naciones vecinas, eludiendo así a sus respectivos gobiernos. De esta manera, se dio origen a la Diplomacia Pública.
El término “diplomacia digital” ha sido rescatado por el académico Corneliu Bjola, profesor de estudios diplomáticos en la Universidad de Oxford, que expone que: “La diplomacia digital es el uso de las redes sociales con fines diplomáticos. La diplomacia podría cambiar prácticas de cómo los diplomáticos participan en la gestión información, diplomacia pública, planificación estratégica, negociaciones internacionales o incluso gestión de crisis” (2015). Podríamos afirmar entonces que el concepto de diplomacia digital contiene, determinadas características:
- Uso de las redes sociales y plataformas digitales.
- Nuevas herramientas para difundir, recoger y medir información
- Alcance de audiencias más amplias
- Mantiene los objetivos esenciales de la diplomacia
- Transparencia y responsabilidad
“La diplomacia pública se refiere a los procesos en los que los países buscan cumplir sus objetivos de política exterior mediante la comunicación con públicos extranjeros. También es una herramienta para crear un clima positivo entre las poblaciones extranjeras para facilitar la aceptación de las políticas. Tras las revoluciones de los años veinte y treinta, numerosos países comenzaron a practicar la Diplomacia Pública”. (Ilan Menor, 2019).
Al parecer existen dos escuelas de pensamiento con respecto a la diplomacia digital. La primera afirma que es una nueva herramienta en la conducción de la Diplomacia Pública, mientras que otros sostienen que aumenta la capacidad de interactuar con públicos extranjeros y participar activamente con ellos, lo que permite la transición del monólogo al diálogo. Partiendo de ambas perspectivas el autor Ilan Manor adopta el concepto de la Diplomacia digital como “el uso creciente de las TIC y las plataformas de redes sociales por parte de un país para lograr sus objetivos de política exterior y practicar la Diplomacia pública”.
Actualmente la principal herramienta de comunicación y trabajo, es el internet, que se ha convertido en el medio principal, por el cual los Estados mediante sus Ministerios de Relaciones Exteriores y funcionarios han comenzado a desarrollar y comunicar sus intereses en el entorno digital, de esta manera se ha abierto escena a nuevos actores, recursos y procesos para permitir una participación y comunicación más constante, directa y orgánica. Partiendo de este concepto, observamos la afirmación del académico Manfredi (2014) citando a Hocking (2006) quién señala que:
“La diplomacia se ha convertido en una actividad que consiste en la creación de redes, abrazando una amplia gama de estados y actores no estatales que se centran en la gestión de asuntos que demandan recursos sobre los cuales ningún participante por si solo posee el monopolio». (p.342)
Es decir, la participación y comunicación de los diferentes actores prueban está afirmación de una diplomacia de red, ya que se puede observar que las actividades digitales ocupan un mayor espacio en la agenda y actividades de las relaciones internacionales. Internet y las nuevas herramientas, como las redes sociales, son parte de la transformación de la actividad diplomática, observando como las funciones centrales, representar, proteger y promover los intereses de un Estado ante la comunidad internacional se ven influenciados por los medios digitales y las redes sociales en tiempo real.
Son muchos los Estados que han transformado a manera de desarrollar su acción diplomática y exterior, su punto de encuentro es que todos han creado y continúan creando estrategias basadas en los cambios que han experimentado con las Tecnologías De Información Y Comunicación (TIC) para crear una política exterior que implementa las herramientas digitales con el objetivo de facilitar la comunicación de las misiones diplomáticas, el servicio exterior y el contacto con las sociedades, pero cada uno de esos Estados adopta las estrategia de acuerdo con su acción exterior, su política exterior y sus instrumentos preferentes (diplomacia convencional, asistencia consular, cooperación al desarrollo o acción cultural, captación de inversiones e internacionalización, entre otros).
Manfredi (2014) cita al autor Joseph Nye (2013) quién hablaba de:
“Una diplomacia 3.0, que abraza la sociedad de la información y reconoce el poder de los ciudadanos para comunicarse, relacionarse y establecer conexiones. Las redes sociales y la influencia digital extienden la idea de poder hacia nuevos ámbitos de relación”. (p.343)
Se observa entonces, como la influencia de la diplomacia digital permite que la ciudadanía pueda expresarse, crear relaciones reales y conexiones más poderosas y más cercanas bien sea con las instituciones públicas, las misiones diplomáticas e incluso con los funcionarios diplomáticos, algo que en épocas anteriores, era inimaginable y que ahora no solo mejora el intercambio entre ciudadanos y Estado, sino también permite comunicar de manera más clara y directa la política exterior, así como representar los intereses del Estado.
Por otro lado el autor Phil Seib (2012) sostiene que:
“La era en la que los diplomáticos hablaban solo con otros diplomáticos y programaban sus conversaciones a su gusto ha pasado. Estamos ante un nuevo tiempo, las nuevas prácticas diplomáticas tienen que desempeñarse para triunfar en la era del tiempo real”. (p.343)
Si bien los ministerios de asuntos exteriores de todo el mundo han estado ansiosos por adoptar la Diplomacia digital, cada ministerio define y practica esta forma de diplomacia de una manera diferente, vemos por ejemplo como el Ministerio de Asuntos Exteriores de España lo aborda de manera más dinámica con programas interactivos como los podcast en donde comparten información de interés sobre la actividad exterior, e historia de la nación, igualmente los Estados Unidos a través de sus Embajadas en las diferentes plataformas digitales realizan live o videos en vivo con invitados especiales en temas de interés, muy diferente a la acción en redes que despliega el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia a través de su red de representaciones diplomáticas en el mundo, en donde abordan las interacciones con un enfoque cultural y participativo. Como estos, encontraremos muchísimas mas iniciativas innovadoras que día a día están desarrollando los ministerios en aras de establecer una comunicación digital más transparente y directa con sus públicos.
La pandemia como impulso para la diplomacia digital
Este evento mundial como consecuencia del COVID-19 sin duda, ha transformado aun mas la manera de relacionarnos y comunicarnos con el mundo, todos los procesos o patrones que conocíamos se han vistos forzados a innovar y transformarse o desaparecer. Durante estos últimos meses, las relaciones internacionales se han enfocado aún más al espacio digital. Desde las Naciones Unidas, organismo principal de la comunidad internacional, la OMS con un bot dedicado a luchar contra la desinformación a través de un número WhatsApp habilitado en cuatro idiomas, a través del cual cualquier ciudadano del mundo puede interactuar, hasta los Ministerios de Exteriores y sus representaciones diplomáticas, han transformado su manera de accionar y comunicarse, enfocando sus esfuerzos en tres puntos claves:
– Ofrecer asistencia consular a ciudadanos varados en el extranjero y luchar contra la desinformación, proyectando una imagen favorable para sus gobiernos como respuesta frente a una pandemia global.
– Brindar la adquisición de equipos muy necesarios de otras naciones, incluidas máquinas de ventilación y equipo de protección para médicos (acción que muchos han denominado “diplomacia médica”).
– Fomentar colaboraciones internacionales a través de las cuales los científicos puedan buscar conjuntamente una vacuna contra el coronavirus.
Muchos vuelos de repatriación desde diferentes naciones del mundo se han realizado gracias a la cooperación entre las diferentes embajadas implicadas, así como los gobiernos, y el éxito de cada uno de esos vuelos podemos verlos a través de las diferentes cuentas en redes sociales de las embajadas, como una especie de documentación de la labor diplomática frente a esta crisis, eso es también diplomacia digital. Pero además, la tecnología puede ofrecer beneficios adicionales a los diplomáticos en acción, en tres áreas fundamentales:
1- La diplomacia consular y el uso de canales digitales y bots para conversar con ciudadanos en el extranjero
2- El uso de las redes sociales que los tiempos de crisis ofrecen oportunidades para los Estados que buscan administrar su imagen.
3- Combatir las teorías de desinformación y conspiración que confunden a los ciudadanos y erosionan la confianza en el gobierno.
A pesar de que la red social o plataforma digital más fuerte para accionar la diplomacia digital es Twitter, después de las páginas web oficiales, Instagram, Facebook, y Youtube también están presentes en los canales de comunicación diplomáticos. Sin embargo, lo que es más sorprendente aún es TikTok, que sorpresivamente se ha convertido en una red para diplomacia digital. Desde la ONU y la OMS, hasta otras organizaciones internaciones, ONG, políticos y líderes mundiales se han sumado a esta red social.
«Nos unimos a [TikTok] para brindarle asesoramiento de salud pública confiable y oportuno», escribió la OMS en la descripción de su primer video, que ha alcanzado más de 34 millones de visitas.
“¿Te estás lavando las manos correctamente? Nuestro primer video #TikTok muestra cómo mantenerse a salvo y ayudar a luchar contra # COVID19. Síganos en nuestra nueva cuenta TikTok para obtener actualizaciones # COVID19 y mucho más «.
La lista de quienes se han unido, sigue en ascenso, y esto ha inspirado al investigador sobre la diplomacia digital, Andrea Sandre quién afirma: “Tendremos que esperar y ver si el contenido de las organizaciones que operan en el espacio diplomático, multilateral y de asuntos exteriores continúa siendo exitoso y atractivo, especialmente cuando se unen más organizaciones, gobiernos, embajadas y diplomáticos. La clave en esta etapa es que todas esas organizaciones exploren la plataforma, aprendan de las mejores prácticas y creen otras nuevas, y se asocien con micro y macro influencers en campañas que van más allá de la lógica detrás de Twitter, Facebook e Instagram”.
La diplomacia digital ha tomado mayor protagonismo, porque los ciudadanos cada vez más están conectados en las plataformas digitales, las nuevas (y las próximas) generaciones interactúan más por estos medios para informarse, conocer aspectos culturales, acceder a servicios, interactuar con los mandatarios y sus representantes para plantear dudas, sugerencias, quejas y recomendaciones.
El futuro de la diplomacia digital lo vemos hoy, en un contexto mundial que nos impulsa aún más a apoyarnos en estas herramientas. Sin embargo, como todo proceso evolutivo, es cambiante y quienes la desarrollen en este caso, desde los ministerios, organizaciones internacionales, diplomáticos y líderes mundiales, deben ir creando y mejorando estrategias para un uso eficiente de la misma en las relaciones internacionales, siendo la comunicación digital de fundamental cuidado, hay que saber cómo transmitir la información, la manera en la que se redactan los textos, y lo que desean transmitir a través de imágenes o videos, el desarrollo e impulso de campañas en diferentes temáticas, y la lucha contra la desinformación son detalles que siempre hay que vigilar porque son muy versátiles, dependen del contexto global que constantemente cambia, por lo que deben estar preparados para continuar innovando el plan comunicacional para alcanzar mayor eficiencia, eficacia y éxito en las relaciones internacionales.
Por Virginia Nehme. Relaciones Internacionales de la Universidad de Santa María, Venezuela. Ex colaboradora en Embajada del Líbano y embajada de Francia en Venezuela. Marketing y comunicaciones digitales. En Twitter: @virginianehme
Bibliografía
-Bjola, C. Y Holmes M. (2015) Digital Diplomacy Theory and Practise. Routledge New Diplomacy Studies.
-Manor, Ilan. (2019) ¿Qué es la diplomacia digital? Disponible en: https://digdipblog.com/countries-on-twitter-and-facebook/ [Consulta: 2019, 18 junio].
-Manfredi J. (2014). Taxonomía De La Diplomacia Digital En La Agenda De Las Nuevas Relaciones Internacionales. Trabajo Especial de Grado publicado, Universidad de Castilla – La Mancha. España.
-Morales M., (1996). Diplomacia Contemporánea Teoría Y Práctica. Santo Domingo, República Dominicana.
-Sandre, A. (2020) La diplomacia digital en TikTok está creciendo. Disponible en: https://medium.com/digital-diplomacy/digital-diplomacy-on-tiktok-is-growing-8ad1eb940719 [Consulta: 2020, 23 junio].
-Seib, P. (2012) Real-time Diplomacy. Politics and Power in The Social Media Era. New York : Palgrave MacMillan