Mientras siguen corriendo los ríos de tinta en la prensa internacional para analizar el efecto de las fricciones políticas entre Rusia y la Unión Europea sobre el “asunto Ucrania”, sin resonancia en los medios occidentales, desde la región conocemos otra noticia que tiene altas implicancias geopolíticas en la misma línea de choque de los continuos intereses entre Moscú y Occidente. En nuestro espacio “Equilibrium Global” hemos realizado varias descripciones sobre el conflicto “adormecido” en el territorio que reclama autonomía dentro de Moldavia: Transnistria.
Transnistria es un territorio con independencia de facto y que tiene Gobierno, bandera, himno y hasta una moneda propia; pero su economía depende de Rusia. Moscú tiene tropas militares y este territorio ubicado al borde del río Dniéster es muy sensible para los intereses rusos, puesto que significaría un ingreso directo hacia los Balcanes.
Ahora, según el Comité de Seguridad del Estado de Transnistria, denuncian que las autoridades de Moldavia han recibido en Chisinau a altos funcionarios de los Estados Unidos y Rumania, donde se ha acordado finalizar el plazo del estatuto de neutralidad de Moldavia para la posterior entrada en la OTAN.[1]
“Moldavia se compromete en un futuro próximo a cooperar con las necesidades de las bases militares de la OTAN, en particular los campos de aviación cerca de asentamientos Cahul (sur) y Marculesti (norte)”, dice el documento oficial que se publica también en la prensa rusa.[2] Los dirigentes de la República de Moldavia han recibido las garantías de los Estados Unidos que proporcionarían asistencia técnica y financiera en el proceso de integración europea; así como se ha manifestado el apoyo a la parte moldava para las negociaciones bajo el formato «5 +2», integrado por Moldavia y Transnistria como partes del conflicto; Rusia y Ucrania como garantes intermediarios de OSCE; y Europa y Estados Unidos en rol de mediadores.
Advertencia desde posición Transnistria
De acuerdo con las voces oficiales de Transnistria: «dada la situación geopolítica de la República de Moldavia, la finalización de condición de neutralidad no se justifica ni económica ni políticamente, ya que no hay amenaza que pueda poner en peligro su seguridad futura.»[3] Es una traba y un problema encarar esta la solución porque las autoridades moldavas pueden utilizar a las fuerzas armadas únicamente si el poder estatal del gobierno moldavo se viera finalizado, de modo tal que si se avanza en la finalización de la neutralidad se estarían violando todos los acuerdos alcanzados anteriormente e infringiendo al derecho internacional. No sería posible que los socios occidentales de Moldavia y de Rumania se encaminen hacia la propuesta de Estados Unidos a favor de fortalecer el componente militar, porque este desequilibrio representaría el detrimento de las relaciones pacíficas con los países vecinos.
La posición de Transnistria reclama que, en términos de las relaciones entre Moldavia y Transnistria, la base de los cimientos de la paz y la seguridad en el Dniéster han sido durante 21 años las operaciones de mantenimiento de paz tripartitas, llevadas a cabo bajo los auspicios de Rusia, quien oficia de garante a favor de Transnistria. Aquí vemos cómo entra en juego la manipulación de Moscú para revertir a su favor los intereses geopolíticos.
Perspectiva Moldavia
Consultando la perspectiva de Chisinau, la experta Svetlana Cebotari aclara que es muy poco probable el ingreso de Moldavia a la OTAN, “antes de ingresar en la Alianza Euroatlántica, Moldavia tiene que cambiar su Constitución Nacional, más precisamente su art. Nº 11 que garantiza la neutralidad de la República”. Por consiguiente, se puede entrever las visibles especulaciones de las autoridades de Transnistria.
Svetlana Cebotari aclara sobre la situación que hoy se vive en Moldavia: “En el presente, no es oportuno para Moldavia buscar la adhesión a la OTAN siendo que el conflicto con Transnistria aún no está resuelto; en el pasado hemos tenido una guerra civil y asfixiar a las partes podría ocasionar una repetición de esa tragedia. Desde Moldavia es necesario el oficio diplomático para esta prioridad que representa resolver el problema de la integridad territorial. Sabemos que en Transnistria están presentes las fuerzas armadas de Rusia, entonces cabe preguntarse en este caso si tenemos una neutralidad no reconocida.”
La voz de la experta académica Cebotari en Chisinau nos remarca que los primeros pasos para Moldavia son ingresar a la Unión Europea y no la OTAN. También, ante cualquier determinación hacia el conflicto con Transnistria, Chisinau debe resolver y analizar a fondo la relación con Moscú; también como se perfilarían las cosas entre Chisinau y Bruselas y esto esta atado a la complejidad propia que tienen hoy Rusia y la UE. Si consideramos la dependencia de Europa del gas ruso, desde Alemania a los Balcanes (Serbia depende en un 90% del gas ruso); esto es algo que suma expectativas negativas para que Bruselas se implique en la solución del conflicto entre Moldavia y Transnistria al poner en riesgo la relación dependiente que tiene con Rusia.
Pero el rumbo que pueda tomar el país depende del color político que tomen los esfuerzos que vendrán, en pocos meses habrá un nuevo proceso electoral y es importante tener en cuenta que gran parte de la población es pro-comunista. Sumado a que se ha perdido confianza en los partidos que alientan el eje pro Europa, se ha erosionado la confianza en estas propuestas producto de las acciones de los actuales gobernantes.
Una aclaración final compartimos desde Chisinau: La Republica Moldavia tiene una efectiva colaboración con OTAN en el programa: “Partenariado por la Paz» que ha empezado el 14 de marzo de 1994 y que también el 6 de julio de 2006 se ampliado con la firmar del “Plano Individual de Acciones y Partenariado Republica Moldova -OTAN (IPAP Moldova -OTAN); siendo según Cebotari esta colaboración es muy positiva para los intereses de Moldavia siendo que la misma disminuye la influencia de Rusia.
El territorio separatista de Transnistria en Moldavia está sin dudas que bastante lejos de la atención en Sudamérica, pero en esta distancia de lo que sucede en la región no debe confundirse con un “silencio” que nos lleve a ignorar lo que está pasando; siendo que en materia de geopolítica sigue habiendo mucho ruido en el espacio postsoviético con las muy intensas fricciones entre Rusia y la Unión Europea.
Desarrollo & Contenido
Vanina Fattori
[1] Sitio Web de Comité de Seguridad Estatal de Transnistia, http://www.kgb-pmr.com/news/263
[2] Medio ruso, Regnum, http://regnum.ru/news/polit/1751594.html
[3] Ibid.
Svetlana Cebotari: Relaciones Internacionales Moldova State University. Periodista, Director in Department of International Relations Moldava University.