Producto de la crisis económica que afectó principalmente a varios países del viejo continente, la caída del estado de bienestar para muchos ciudadanos en Europa es medible desde varios factores, es innegable cuando se observan las tasas de desempleo y otros indicadores. Desde “Equilibrium Global” procuramos dar atención a muchas de las iniciativas que tienen que ver con el desarrollo de la “gobernanza” o como se interpreta este concepto: “buenas prácticas de gobierno”. Muchas veces, este debate está centrado en expertos o en quienes analizan las políticas sociales de los Estados, pero pocas de estas iniciativas llegan a tener visibilidad mediática.
Compartimos un interesante informe publicado por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) que nos ofrece ciertas impresiones sobre los factores que miden el bienestar en las personas. Puesto que el “bienestar” puede ser interpretado por múltiples variables, la OCDE se ha centrado en medir los resultados desiguales de bienestar entre los diferentes grupos de la sociedad.
Los resultados del trabajo titulado “How´s life?” muestran cómo ciertos factores comparativos de bienestar pueden ayudar a mejorar las agendas políticas de los países respecto a el bienestar de las personas.
En los últimos 20 años los países de la OCDE han hecho considerables progresos en muchas áreas de bienestar, sin embargo esta tendencia no se traduce en el mantenimiento de puestos de trabajo, y aún más importante, esconde una gran diversidad de patrones entre y dentro de los países. Se observa que los países con mayores ingresos tienen más dificultades para encontrar un balance entre el bienestar y la vida laboral. También se observa una relación entre las personas con menos ingresos y ser menos saludable, además de una menor participación en la comunidad, por lo que experimentan menor bienestar en la vida.
El bienestar y la crisis financiera global
La crisis ha tenido grandes implicaciones para el bienestar económico de los hogares, como el aumento del desempleo, la incidencia de trabajo temporal, trabajo a tiempo parcial involuntario, la inseguridad económica y la pobreza. La satisfacción con la vida y la confianza en las instituciones se redujo sustancialmente en aquellos países afectados por la crisis, mientras las personas aumentaron su nivel de stress.
Sin embargo no hubo mayor cambio en los niveles de salud de las personas, puesto que los efectos de la crisis serán visibles en el largo plazo, como problemas de salud o afectaran a segmentos específicos de la sociedad, permaneciendo invisible para las estadísticas nacionales. Sin embargo, también es posible que algunas de las consecuencias a corto plazo de la crisis no están adecuadamente reflejadas en las herramientas de medición existentes. Se subraya la necesidad de indicadores más oportunos y específicos que puedan seguir los movimientos del corto plazo en el bienestar ya que son fundamentales para informar sobre las políticas a seguir durante y después de la crisis.
Crecimiento no es igual a bienestar
Al igual que el informe de la OCDE, un nuevo paradigma económico plantea que el ingreso per cápita no es suficiente para medir el bienestar de las naciones.
Chile por ejemplo tiene un ingreso per cápita de 15 mil 400 dólares – uno de los más altos de Latinoamérica– sin embargo, es uno de los países que tiene la peor distribución del mismo, en donde el 10 por ciento más rico, concentra un 40 por ciento de los ingresos nacionales, versus un 0,9 del 10 por ciento más pobre. Al respecto la OCDE ha advertido a Chile sobre la necesidad de mejorar los niveles de negociación colectiva y mejorar sustantivamente el salario mínimo.
Actualmente Chile tiene una baja calificación en muchos temas en comparación con la mayoría de los países en el Índice para una Vida Mejor. En general, los chilenos están menos satisfechos con su vida que el promedio de la OCDE. El 77% de las personas dicen tener más experiencias positivas en un día normal (sentimientos de paz, satisfacción por sus logros, gozo, etc.) que negativas (dolor, preocupación, tristeza, aburrimiento, etc.). Esta cifra es menor que el promedio de la OCDE de 80%.
Muchas complejidades afectan las decisiones para el sector público, hacer un equilibrio entre todas las variables requiere de un gran liderazgo y muchos países han materializado importantes logros y por ello, son admirados y reconocidos en el mundo.
El desafío de mejorar la “gobernanza” pone al gobierno como uno de los actores principales en esta tarea de brindar lo que conocemos como “estado de bienestar” y entre las claves para avanzar en este sentido los expertos suelen citar los siguientes puntos: transparencia, eficacia, equidad, legalidad-legitimidad pero también hay un punto insustituible y de generalizado uso: participación. Desde el uso inteligente de las herramientas tecnológicas la OCDE brinda un elemento de interacción para el ciudadano, se trata del acceso a la iniciativa “Tu índice para una vida mejor”: http://www.oecdbetterlifeindex.org/es/
Desarrollo & Contenido
Eric Paredes – Relaciones Internacionales Universidad de Palermo