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Desde la red de alianzas con think-tanks y expertos en diferentes capitales del mundo, la académica Svetlana Cebotari, comparte desde Chisináu su perspectiva tras el acuerdo Moldavia, Georgia y Ucrania con la Unión Europea. Moldavia, uno de los países con mayor atraso económico en Europa, observa con gran optimismo este formalismo logrado con la Unión Europea. Pero, por otro lado, espera con incertidumbre las próximas jugadas que pueda emprender Rusia como respuesta a estos «re-posicionamientos» en el «tablero euroasiático». 

El 27 de junio la República de Moldavia ha firmado el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, el principal documento que posiciona oficialmente al país en el camino europeo, no solamente a nivel económico sino también a nivel político. Las negociaciones para la firma del Acuerdo de Asociación y el Acuerdo de Libre Comercio, son gestiones iniciadas entre Bruselas y Chisináu lanzadas en enero del 2010. El primer paso fue dado en noviembre de 2013, en Vilnus, cuando se sellaron los compromisos sobre las líneas generales del Acuerdo de Asociación. Paralelamente a esto, se daba inicio a la crisis en Ucrania tras el rechazo de la firma de Kiev por parte del entonces presidente ucraniano Victor Yanukovich.
Otro mometo importante en las relaciones entre la Unión Europea (UE) y Moldavia ha sido el 28 de abril, cuando se ha materializado que Moldavia obtenga un libre régimen de visados con la UE (a partir de entonces los ciudadanos moldavos que tienen el pasaporte biométrico pueden viajar libremente durante 90 días en el espacio de la UE).
Desde el prisma de Chisináu, los acuerdos de asociación de Moldavia, Georgia y Ucraina son vistos como un avance para su política exterior desde la relevancia del concepto de desarrollar un “partenariado”.

Orientación pro-europea.

El principal objetivo es la asociación política y la integración económica, desde los intereses de Chisináu; mientras que para Europa, hay muchos otros elementos de la geopolítica al extender influencia en el espacio post-soviético. Para la República de Moldavia, la integración en el bloque europeo significa la posibilidad de dar pasos firmes a la necesaria restructuración y para abrir pasos a las reformas económicas, en el mejoramiento de la vida social del país con peores índices socio-económicos del continente. Tengamos presente, el acuerdo exige la cooperación en el fortalecimiento del Estado de Derecho, el avance de las reformas judiciales, la lucha contra la corrupción, el respeto de los derechos y las libertades fundamentales y el fortalecimiento de las instituciones democráticas. Además, las reformas están previstas en una serie de áreas claves, incluyendo la gestión pública, la justicia, la policía, la protección de los consumidores y sectores como la energía, el transporte, la protección del medio ambiente , la educación, la juventud y la cultura. Se prevé la creación de un «Consejo de Asociación» y el establecimiento de varios comités y subcomités que trabajarán en la confección de normas de procedimiento en las políticas de diferentes esferas. Todo se trata de un gran desafío para los moldavos, que mantienen firmes sus expectativas por lo que representa avanzar hacia nuevos formatos de gobernanza para adoptar standares europeos.

En lo inmediato, los beneficios para Moldavia estarán en la asistencia en la modernización del sector agrícola, una necesidad indiscutible para el país. El acuerdo contempla el impulso de las comunidades rurales orientado a producir productos de mayor calidad. Esto representará un avance significativo que permitirá que los productos moldavos puedan llegar a los exigentes mercados de las ciudadaes de europa central. A cambio, Europa pedirá por mejoras en la regulación de los servicios financieros, a fin de garantizar la protección y salvaguarda del sistema financiero del país y de los inversores.

Perspectivas desde Chisináu.

La UE ha abierto las puertas para los países con este esquema de «partenariado», y espera extender su influencia en una zona, en la cual hasta ahora solo la Federación Rusa era la única que desarrollaba una política de intento permanente de imposición de sus intereses geo-políticos y geo-estratégicos.
En la opinión del Primer Ministro de Moldavia, Iurie Leanca, en 2015 Moldavia podrá oficialmente firmar su adhesión como miembro pleno a la la UE. Por otro lado, según el jefe del gobierno, este paso no se contradice ni se contrapone con el Acuerdo de Libre Comercio con la CEI, la Comunidad de Estados Independientes.
Analizando la opinión pública en lo que se refiere al proceso de integración europea del país y en conformidad con los datos del Barómetro de la Opinión Pública, según un sondeo realizado en el periodo del 28 de marzo al 13 abril de 2014, en la cual fueron entrevistados 1115 ciudadanos de 75 localidades, mas de un 60% de las respuestas consideran que la firma del Acuerdo de Asociación es muy importante para el futuro del país. El 33 % respondió que lo consideran no tan importante y el 40 % espera que la asociación con la UE contribuya al aumento de su calidad de vida.

El panorama geopolítico.

La firma del Acuerdo de la UE con los paises ex-republicas soviéticas Ucraina, Georgia y la Republica de Moldavia es un suceso de suma relevancia para las ambiciones geopolíticas de la Federación Rusa.
Hasta ahora, Rusia ha ejercido muchas presiones sobre estos tres paises. Moscú ha reaccionado muy duro en lo que se refiere a la firma del Acuerdo de Asociación. Según Grigori Karasin, el viceministro del Ministerio de los Asuntos Exteriores de Rusia, la firma del Acuerdo para los tres países (Moldavia, Georgia y Ucrania) y la UE tendrá consecuencias muy graves. El Kremlin ha declarado que adoptará las acciones pertinentes para defender la economía rusa, inmediatamente que emergan consecuencias negativas para sus intereses. También la firma del Acuerdo con la UE es un efecto contrario para las esperanzas del presidente Vladimir Putin de ver a Ucrania y Moldavia participando de la “Unión Euroasiática”, unión creada con las repúblicas ex-soviéticas- Belarús y Kazajstán, para consolidar la influencia de Moscú en la región. Moldova.2
La reacción de Rusia es negativa. En conformidad con la opinión de algunos expertos rusos, Georgia, Moldavia y Ucrania pueden tener graves consecuencias en las relaciones con la Federación Rusa. Muchos medios locales en Chisináu manifiestan su preocupación, ya que en Moldavia quedan rezagos de la época soviética y en Moscú saben como manipular eso.
Esto sucede en un contexto donde la crisis en Ucrania no ha llegado a un punto de estabilidad o de fin de la violencia, lo que en Moldavia se observa con preocupación. Es dable recordar que Moldavia comparte frontera con Ucrania y fuertes lazos de hermandad. El antecedente del refedéndum de Crimea tampoco es menor para los moldavos ya que en su propio territorio se encuentra la región separatista de Transnistria, que hoy goza de considerable autonomía (un espacio geográfico mayoritariamente habitados por ciudadanos que se sienten mas rusos que moldavos). Transnistria, y en menor medida Gagauzia, son territorios que experimentan una compleja dinámica de conflicto separatista con Moldavia. Por ello, cada paso en política exterior que encara Chisináu debe observar la reacción de Moscú.
Finalmente, el acuerdo en si mismo tiene un anuncio, la Unión Europea proyecta que aumente un 16% las importaciones de productos y bienes moldavos, mientras que nuestro país debe aumentar sus compras en un 8%. Se espera que esto impulse el PIB moldavo en un 5,4% anual, si se completan las reformas. Las disposiciones comerciales harán que el mercado moldavo sea más abierto para las importaciones procedentes de la UE. Esto traerá más competencia, que normalmente se traslada a los precios mas bajos para los consumidores. Esto, es sin duda una expectativa que abrazan con entusiasmo gran parte de la población moldava. El poder de turno en Chisináu tiene esta orientación y su acción, esta legitimada. Más allá de las promesas en lo económico y los discursos políticos, hay un simbolismo en este acontecimiento, donde  el pueblo moldavo encuentra en este suceso el horizonte nuevo que ha buscado durante las últimas décadas. Las nuevas generaciones ven el modelo europeo como el camino a seguir, ya que el pasado es Rusia. Ya no desean ser lo más rezagado del continente y la aspiración consiste en orientarse hacia Berlín o París. Se busca encarar una nueva proyección que no tenga que ver con el pasado soviético y Europa representa mucho de este sentimiento generalizado.

Por Svetelana Cebotari  – Chisinau – Moldavia

Desarrollo & Adaptación
Martín Rafael López

Fuentes:
http://europa.eu/rapid/press-release_MEMO-14-430_en.htm
http://eeas.europa.eu/enp/pdf/pdf/action_plans/moldova_enp_ap_final_en.pdf 
http://www.unitedexplanations.org/2014/04/14/transnistria-el-conflicto-en-el-seno-de-europe-que-todos-ignoran-mientras-hablan-de-ucrania/

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