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El “factor Afganistán” viene siendo uno de nuestros ejes comunicacionales, de atención y seguimiento en los contenidos de Equilibrium Global, de cara a la etapa clave para Kabul en este 2014 con la anunciada retirada de las tropas internacionales y el desafío en la conformación de un poder estatal con el mayor componente de soberanía. La cooperación de la OTAN en todos estos años, esta visiblemente asociada al fracaso y a la responsabilidad de la Alianza Euro-Atlántica en el actual escenario de inestabilidad.
Son tiempos decisivos para Afganistán, el país experimentó en Abril de este año, su tercer proceso de elección democrática con la expectativa de ser la primera transición de poder pacífica. Los resultados preeliminares dieron como ganador a Abdullah abdullah, un médico y ex combatiente a la resistencia contra los talibanes, pero lo cierto es que los votos fueron puestos en una cuarentena por denuncias de fraude electoral. Al parecer, ahora el resultado es otro, Ashraf Ghani, ex funcionario del Banco Mundial, sería el ganador con el 54% del sufragio electoral. Sin embargo, Abdullah no acepta este nuevo recuento y se auto declara ganador dejando abierta la posibilidad de formar unilatelatermanete su propio gobierno. Esto nos permite observar que ya hay una debilidad en el liderazgo del nuevo mandatario, sea quien sea.Afg POP
La preocupante realidad afgana se profundiza con esta crisis de institucionalidad ante su vulnerable sistema político. Esta situación que se agrava con el pasar de los días, responde a la inacción y el efecto de incertidumbre política que contagian las fuerzas externas instaladas en territorio afgano con la finalidad de ayudar al establecimiento de la seguridad del país, pero que en mas de diez años no han logrado estos objetivos.
Lo cierto es que estos indicadores que dilatan la crisis amplían aún más el tablero de mando de los talibanes, quienes insisten en continuar con su lucha sin importar los medios que empleen para alcanzar sus metas de control regional y beneficios en el comercio; esto nos lleva a reflexionar que el tiempo ha pasado, las amenazas de violencia y ataques han sido un mecanismo constante de medición de poder por parte de los talibanes, un aspecto que sigue marcando presencia.

“El plan de no tener plan”
Atestiguamos un escenario de incertidumbre que afecta a Afganistán y tiene implicancias regionales, donde el «plan político es no tener plan», es decir, desde el liderazgo de Washington y sus socios occidentales que predomina la carencia de un eje de acción que pueda dotar de poder soberano al país para garantizar por sus propios medios el control de su seguridad y estabilidad, con el objetivo de alcanzar una reconciliación interna que no desemboque en nuevos focos de tensión. Por consiguiente, nos encontramos con un país destinado a la dependencia constante de la ayuda externa, sin un futuro próximo, donde su sociedad civil es quien padece las peores consecuencias de esta guerra sin fin. Vimos la «operación libertad duradera» que occidente impulsó en el 2001 y que de libertad tuvo poco y de duradero mucho.  Hoy los talibanes han ampliado su influencia, han sostenido su control regional y han mejorado sus finanzas con el constante crecimiento de la producción de opio.
El jefe del Estado Mayor ruso, general Valery Gerasimov describió esta situación como un escenario que no tiene perspectivas de una resolución positiva, debido a que las agencias policiales no son capaces de garantizar la seguridad, inclusive, grandes partes del Estado se encuentran bajo el control de diferentes grupos armados.
A la luz de ello, no debemos olvidarnos que hablamos de un país que sigue sufriendo los efectos de una guerra inconclusa de años que devastó los pilares principales de su Estado: sus instituciones políticas, la economía y sociedad. Consecuentemente, a pesar de la presencia de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF), de las operaciones de paz de ONU y UE, de la supervisión de comunidad internacional, continúa padeciendo los multidimencionales problemas que quedan sin resolverse, como ser la corrupción, la inseguridad ocasionada por confrontación interna y el creciente comercio del opio, alcanzando niveles récord de producción durante el año 2013, siendo considerado como el mayor cultivo comercial y el más importante.[1] Sin embargo, nos preguntamos, cómo se llegó a esta situación teniendo la constante presencia de supervisión de ISAF desde el año 2001.

Retirada de tropas: perspectiva rusa en proyección regional
Rusia tiene serias preocupaciones, las mismas de hace un par de años, en cuanto a las conexiones de las bandas criminales y los terroristas, también la expansión del comercio de opio hacia el Cáucaso. Afganistán no es para Moscú algo de «naturaleza cambiante», sino un escenario de permanente inquietud donde las amenazas parecen consolidarse. Además del contagio de rebeldes que alteren el delicado equilibrio regional en las sociedades políticas de los países de Asia Central, Rusia ha llevado a cabo en el ultimo tiempo diferentes maniobras de operación de mantenimiento de paz asociadas a la retirada de tropas internacionales de Afganistán; se trata de una estrategia del Ministerio de Defensa ruso para expandir bases en Asia Central proporcionando ejercicios y entrenamientos militares que movilizan más de 65 mil soldados con un equipamiento subvencionado, con fines de apaciguar los posibles efectos que puede generar la crisis en los límites de los países vecinos que son parte de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC).[2]  
Consecuentemente, aunque Moscú no comparte una frontera directa con Afganistán, sí deposita gran preocupación en esta región de Asia Central, preocupación que tiene nombre: tras retirada de la coalición de tropas internacionales la exportación de inestabilidad afgana a los «Estados tapón” de Tayikistán, Uzbekistán y Turkmenistán. Mientras que el primero cuenta con tropas rusas, las dos últimos proporcionan por su cuenta la seguridad militar en la frontera sur de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), representando un problema en materia de seguridad para la Federación Rusa.[3] Destinado a compensar de este panorama, Rusia prevé socavar amenazas provenientes de Afganistán a través de sus bases militares en Tayikistán y Kirguistán. Inclusive, en Septiembre de 2013 se negoció una prórroga sobre la base Kant (ubicada en territorio kirguís) hasta el 2032, aumentando también el número de aviones, helicópteros y oficiales, conservando al mismo tiempo el puesto de comunicaciones ubicado al sur del país.[4]
Siguiendo la línea de maniobras militares para contrarrestar los efectos afganos en el Asia Central post retirada, en este mes de Julio se materializaron prácticas de mando y control en las fronteras Afganistán – Tayikistán como así también en Kirguistán bajo la premisa de preparación y realización de mantenimiento de paz de la OTSC como fuerzas de paz colectiva en Asia Central. “En el escenario, cuando está prevista la retirada de las fuerzas de la coalición en Afganistán para 2014, tenemos que hacer todo lo posible para garantizar la máxima seguridad de nuestros aliados, de nuestros socios en la Organización del Tratado de Seguridad”[5] fue la expresión del Ministro de Defensa de Rusia, Sergéi Shoigu.
Entonces, no debemos desviar el eje de atención sobre el cual Rusia emplea una proyección a corto y largo plazo en relación al probable futuro afgano. Por el momento, cuando se habla de Kabul, Putin piensa en prevenir todo tipo de inestabilidad que contagie a la propia región. Por esta razón hablamos de movimientos operacionales no sólo por parte de Moscú, sino que también de los propios países que proporcionan participación colectiva  en la OTSC, para poder alcanzar una efectiva preparación de Fuerzas de Reacción Rápida en el campo de acción que le es de sumo de interés para esta organización. Una acción que dota de legitimidad a las acciones motorizadas por el Kremlin.
Sin embargo, también es cierto que este tipo de medida no involucra a Uzbekistán ni a Turkmenistán, teniendo ambos una relativa “autonomía” militar. Los uzbecos no están de acuerdo con la formación de fuerzas de coalición en Asia Central, tal es así que han suspendido su membresía de la OTSC y por su parte los turkmenos se declaran en “neutralidad”. El desprendimiento de estos dos países hacia la cooperación militar activa con Rusia y sus aliados conlleva a riegos potenciales; el jefe de la Dirección General de Inteligencia del Estado Mayor General de Rusia, teniente general Igor Sergunov, sostiene que esto se debe a la probabilidad significativa de la llegada al poder del movimiento taliban, aumentando las amenazas de transferencia de hostilidades hacia los gobiernos vecinos o periféricos de Afganistán. Esta alternativa podrá materializarse si nos encontramos con dos realidades: una falla total de las tropas de colación internacional o un poder limitado de estas tropas extranjeras.[6]

Muchas de estas cuestiones pueden relativizarse de acuerdo a quien asuma definitiva y legítimamente como nuevo líder afgano. Los medios rusos son los que más han relatado cómo han jugado los diplomáticos de Washington en este proceso electoral, no eligiendo a nadie y esperando negociar con el ganador mientras sostenían las presiones para acordar la continuidad de tropas moldeada a los intereses propios. Así, ésta cuestión de “quien es el nuevo líder afgano” poco será determinante en el curso del país, porque lo cierto es que no importa quién termina siendo el ganador de esta crisis electoral, el curso político-militar de Kabul no sufrirá cambios importantes. Esto se debe a que el país estará determinado por un largo tiempo a una dependencia de ayuda financiera y militar extranjera, siendo funcional a los actores externos que depositan sus intereses en Afganistán a través de la contribución de tropas en la ISAF; reafirmando lo ya mencionado al principio de este escrito: el plan es no tener plan.

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Vanina Soledad Fattori – Relaciones Internacionales Universidad del Salvador

[1] “Afghanistan Opium Survey 2013” – United Nations Office on Drugs and Crime.  http://www.unodc.org/documents/crop-monitoring/Afghanistan/Afghan_report_Summary_Findings_2013.pdf
[2] “Huge Russian Military Exercises Test Readiness For Central Asia Deployment” – EurasiaNet http://www.eurasianet.org/node/68801
[3] “The Regional Dimension of Central Asian Security Cooperation” – ISN ETH Zurich http://www.isn.ethz.ch/Digital-Library/Articles/Detail/?lng=en&id=181867
[4] “Moscow’s Afghan Endgame” – The Diplomat http://thediplomat.com/2014/06/moscows-afghan-endgame/
[5] Ibíd.
[6] “Moscow Conference on International Security 2014: The Plenary Speeches and Panels” –  Valdai Discussion Club http://valdaiclub.com/blogs/69342.html

Official Election Afghanistan: http://www.iec.org.af/results/en/elections

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