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Entre los ejes comunicacionales que seguimos en “Equilibrium Global”, tomamos el “factor Afganistán” como un asunto crucial para determinar la estabilidad regional en Asia Central de cara a la retirada de tropas en el 2014, considerando, por supuesto, el efecto geopolítico y el futuro del pueblo afgano.
Nuestro enfoque ha sido el de buscar elementos para conocer  del “plan político” que se tejía desde Washington y los aliados de la alianza atlántica, que invadió el país en los años 2001. Buscamos compartir la perspectiva de distintos expertos, las voces oficiales de autoridades de la OTAN y de Estados Unidos; también acercar al público la información calificada que generan los Think-Tanks de distintas capitales del mundo al respecto del “factor Afganistán”.
El 2014 llegó, y el interrogante que planteamos desde hace tres años se mantiene latente: “Dónde está el plan político que determine como reconstruir al país afgano para lograr su estabilidad y la necesaria reconciliación interna, con el fin de dotar al gobierno local de un poder estatal con capacidad real de margen de acción para establecer el orden interno y el control de la seguridad.”

El errático Hamid Karzai 
Resulta oportuno tener presente uno de los últimos sucesos como hecho significativo que nos devela cómo es el contexto de la anunciada retirada. Diciembre 2013 evidenció la truncada negociación por el Acuerdo Bilateral de Seguridad entre Kabul y Washington. Como se ha ido informando en la prensa internacional, finalmente el presidente afgano no cumplió con los plazos propuesto por Estados Unidos y por la propia Loya Yirga para firmar antes de fin de año de 2013. Loya Yirga es la gran asamblea que reúne alrededor de 2500 líderes políticos, militares y religiosos del país, no solo a nivel nacional sino también regional.[1] Tras la falta de aceptación de Hamid Karzai, vemos que la decisión de la Loya no es de carácter vinculante, pero si puede ejercer presión sobre el Presidente, presión que se convirtió en un «no ha Washington».
Recordemos que el Tratado en cuestión establece las bases de la presencia militar internacional en Afganistán a partir del 2015 con clausuras especiales para los soldados norteamericanos, para que puedan ser juzgados eventualmente bajo las leyes de Estados Unidos, ello significa que Kabul se niega a aceptar la petición de inmunidad formulada por Washington para sus tropas.[2] Afganistan WAR
A pesar de las amenazas de la OTAN encabezadas por Estados Unidos, en retirar todas las tropas internacionales; Karzai ha seguido firme en su postura, expresando que será su sucesor quien realice la firma al acuerdo, por consiguiente deberemos esperar hasta Abril, mes de elecciones, para buscar un resultado final a estas trabadas rondas de negociación.
En referencia al eje que planteamos desde “Equilibrium Global”  y la carencia de un plan político de occidente, podemos tejer un ensayo que justamente explica que el plan consiste en no tener un plan, para que las cosas sigan bajo la misma situación que vemos hoy: bajo un estado de incertidumbre en todos sus aspectos, donde Afganistán tiene total dependencia del exterior, puesto que al no haber elaborado un plan y no dotar de autonomía, no se ha construido «soberanía».

Opinión pública y crisis financiera
La invasión norteamericana a Vietnam y la medida de llevar esta guerra en el Sudeste Asiático provocó un activo repudio en la población y en los medios de comunicación de los Estados Unidos; pero los tiempos cambiaron, el concepto de guerra ha ido mutando, el formato de guerra hoy es otro, de modo tal que las tropas en Afganistán no sensibilizan a la opinión pública de la misma forma. Por ejemplo, podemos ver que en nivel de prioridad el cierre de la cárcel de Guantánamo se encuentra por encima al retiro de tropas en el territorio afgano. Sin embargo una reciente encuesta realizada por la CNN se muestra que la guerra de Afganistán es la más impopular dentro de la sociedad estadounidense, siendo que el 82% de los encuestados no están a favor de la misma y considera que las tropas deben regresar lo antes posible. [3] Pero estos reclamos no tienen eco en los congresistas, quienes se encuentran más ocupados en la agenda doméstica; consecuentemente quita presión y estira el tiempo en las decisiones.
Asimismo, otro factor sobre el transcurso del 2013 en relación a la confección de un plan para Afganistán ha sido la  crisis económica; con incidencias negativas en la política exterior de los países del viejo continente. Una crisis que ha sumado indicadores de desgaste en los socios occidentales que participan en la ISAF, puesto que muchos Estados europeos han tenido fuertes presiones internas para reducir el presupuesto y el personal efectivo en Afganistán, la opinión de los ciudadanos no avala la idea de destinar dinero y hombres en Asia Central frente a la caída del Estado de Bienestar producto de la debacle económica.

El plan, es no tener plan
Si recordamos el motivo principal por el cual se invadió Afganistán en el 2001, vemos que se ha ido mutando en el tiempo y los cambios en el escenario internacional consecuentemente, también, provocaron cambios en la proyección política de Estados Unidos en el mundo. Bajo el concepto de «cooperación» hoy se busca el argumento de «quedarse» en el territorio afgano, puesto que «quedarse» es ganar influencia en un espacio geográfico con una fuerte dinámica geopolítica en el espacio euroasiático.
Citando a Karl Von Clausewitz, “la guerra es un acto de fuerza para imponer nuestra voluntad al adversario. Es la prolongación de la política por otros medios y su aplicación no tiene límites.” [4] Hay muchos esfuerzos por descifrar el plan estratégico, pero el asunto parece más simple a la perspectiva de los intereses geopolíticos. En esta línea podemos considerar que  Estados Unidos no han logrado los objetivos anunciados, pero sostiene «ganancias» sin importar cómo se mida este fracaso que paga el pueblo afgano. Puesto que no solo ha fallado en la elaboración e implementación de sus estrategias; sino también en la intensión de imponer valores occidentales en un país que le son totalmente ajenos. Son muchos los indicadores que muestran que la situación de Afganistán se ha mantenido caótica.
A pesar de este panorama, la Casa Blanca se ha estado inmutable en una “postura rígida”, en el sentido de no realizar concesiones, de hecho en algunas ocasiones ha utilizado la extorsión como forma de amenazar su abandono total. Las críticas parecen no afectar a Washington, pero en el camino quedaron algunas muestras de debilidad: haber dicho que no se negociaba con los talibanes y finalmente  tener que hacerlo,  cuando en la realidad son las bandas de caciques locales las que controlan parte del país.

Este 2014 también es año de elecciones y el errático Karzai dejará su puesto, pero es una incógnita cómo será su reemplazo. ¿Cómo logrará Washington buscar un perfil político afín? Hoy el sentimiento generalizado es de mucha hostilidad frente a quien es considerado «el invasor», no el «liberador». Estas circunstancias  serán utilizadas por el líder afgano como una nueva herramienta política para intentar negociar con sus “socios” occidentales, influyendo en el convenio de cooperación post-2014 donde el presidente de Afganistán tendrá la decisión de dar o no el visto bueno a las clausuras y aceptar concesiones que pide Washington para que sea garantizada la inmunidad de sus tropas.
Desde aquel 2001 en el que se instauró la administración transitoria dirigida por Karzai el 22 de Diciembre de ese mismo año, vemos que la relación con Estados Unidos ha sido pendular, oscilando entre dos puntos: un gobierno actuando bajo el margen de tomas de decisiones de Washington y por otro lado una administración que pretende llevar a cabo una propia acción política, ignorando y/o desobedeciendo los pedidos de occidente, ejemplo de ello la ya mencionada negativa de Karzai de aceptar los puntos planteados por Estados Unidos en el Acuerdo Bilateral de Seguridad . Sin embargo, lo cierto es que Washington ha sostenido a Karzai desde el 2001, también porque éste ha servido entre tantas cuestiones, tanto como para negociar con los talibanes (cosa que se negó durante años) como para la “mutación” de esa razón central por la cual se ha intervenido en Afganistán.

Afganistán: costo de la permanencia estadounidense
Con tantos elementos para observar que el plan es no tener plan, entonces el resultado es “quedarse” para ganar influencias y no perder presencia en la Región. Para lo cual hay que observar acerca del costo de «permanecer», un costo no solo político sino también reflejado en el presupuesto estadounidense. Numerosos análisis hacen una comparativa del gasto que se realiza aportando tropas en Afganistán con la utilidad de ese mismo dinero para cuestiones sociales de la agenda estatal.
La Escuela de Gobierno Kennedy de la Universidad de Harvard junto al Centro de Investigación “Global Research”, realizaron un informe en el 2013 que analiza el gasto de Estados Unidos en  Irak y Afganistán en la actualidad.[5]  Allí se estima que alrededor de U$s 6.000 mil billones fueron los gastos, lo que equivale a 75.000 dólares por cada hogar estadounidense. El costo ha sido tan semejante que representa el 20% de la totalidad de la deuda económica  de 2001 y 2012. El informe expresa que se ha pagado U$s 260 millones en intereses de deuda de guerra. Con el paso del tiempo y su permanencia en Afganistán hará que esos intereses se incrementen a miles de millones de dólares. Por consiguiente, se señala que los conflictos de Irak y Afganistán serán las guerras más costosas en la historia país, teniendo presente la actual permanencia en el país afgano. Muchos de esos costos se deben no sólo al mantenimiento de tropas, sino también en cuidar y compensar a los centenares de miles de soldados heridos física y psicológicamente. Si bien con la crisis financiera, detonada con el quiebre del sistema bancario de Bretton Woods, se ha recortado estos gastos, los enormes costos se vuelven a elevar al momento de reemplazar el equipo militar en Afganistán. La suma relativa de tropas estadounidenses en ése país es de alrededor de 60.000 personal oficial, lo que equivale a un gasto anual de 1 millón de dólares por soldado.Afg WAR
Y a todo esto, ¿Cuál es el costo que paga Afganistán?, cuestión que nos lleva a preguntarnos si en el 2014 vamos a esperar lo mismo que en los años anteriores. Al encontrarnos con un país que debe ser reconstruido en su totalidad, un país que es totalmente dependiente de la ayuda internacional y su nivel de seguridad actual es totalmente bajo, nos deja entrever que los resultados serán sumamente negativos y desalentadores.

El año de la retirada de tropas internacionales ha llegado, es el tiempo de aquellas promesas de Obama; pero aun nos encontramos muy lejos de poder definir  o imaginar un futuro para Afganistán. No hay un futuro próximo muy claro, es decir el escenario de hoy es carente de certezas. Por consiguiente, no habrá un cambio sustancial en la estrategia estadounidense, por esta razón lo más certero y predecible es la continuidad de su presencia, en beneficio a los intereses occidentales. Es importante tener presente que Afganistán vive un momento crucial en su historia y por ello será imprescindible la búsqueda de una real estrategia que pueda lograr una reconciliación interna, procurando no sólo una estabilidad afgana sino también una regional; esto debería ser únicamente a través de los más aptos medios políticos de resolución de controversias: la cooperación, la práctica de la negociación y el ejercicio de la diplomacia.

Desarrollo – Contenido
Vanina Soledad Fattori


[1] Sitio Web Oficial Loya Jirga. http://jirga.gov.af/en/
[2] Medio de Comunicación, Deutsche Welle. “Karzai se resiste a firmar Acuerdo de Seguridad con EE.UU.” http://www.dw.de/afganist%C3%A1n-karzai-se-resiste-a-firmar-acuerdo-de-seguridad-con-eeuu/a-17248839
[3] Medio de Comunicación, CNN Poll. “Afghanistan war arguably most unpopular in US history.” http://politicalticker.blogs.cnn.com/2013/12/30/cnn-poll-afghanistan-war-most-unpopular-in-u-s-history/
[4] Karl Von Clausewitz, De la Guerra. Naturaleza, Teoría, Estrategia, Combate, Defensa y Ataque. Ed. Distal,  Buenos Aires, 2011. Pág. 19
[5] Centro de Investigación, Global Research. Informe Costo de Estados Unidos en Irak y Afganistán. http://www.globalresearch.ca/us-wars-in-afghanistan-iraq-to-cost-6-trillion/5350789
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