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Encuentro en Madrid, el analista Javier Bordón Osorio accedió al testimonio del coronel en reserva Pedro Baños Bajo para conocer de la reflexiones sobre la geopolítica mundial, sobre el factor del poder en las Relaciones Internacionales. En su último libro “Así se domina el mundo: Desvelando las claves del poder mundial», Pedro Baños propone interrogantes muy concretos en su última obra donde se pregunta ¿cómo se relacionan los países?, ¿qué estrategias de poder utilizan?, para ir con un lenguaje directo a desgranar las relaciones interestatales que practican hoy un “nuevo arte de la guerra”, pero en reglas y costumbres que son constantes en la historia de la humanidad. En esta charla del columnista de Equilibrium Global Javier Bordón Osorio, podemos conocer de la opinión del Director www.geoestratego.com sobre asuntos de teoría, de geopolítica y hasta del G20 en este año de Presidencia a cargo de Argentina.

Mientras indagaba cómo llegar al lugar de encuentro acordado, en alguna de las innumerables travesías salientes de la emblemática calle de Alcalá en Madrid, no cesaba de pensar en cómo sería el coronel Pedro Baños. Una de las personalidades más ilustres e influyentes en la disciplina de la geopolítica, autor de uno de los libros más comentados del año –Así se Domina el Mundo, con ediciones en varios idiomas, y en cada vez más países- y con décadas de trabajo en torno a las decisiones más altas en seguridad a las espaldas. Por mi parte, presagiaba una reunión difícil, condicionada por la disparidad de las trayectorias de los interlocutores. Sin embargo, me encontré con una persona entrañable, un aliado en intereses y un experto abierto a la crítica. En la presente entrevista, Pedro comparte con nosotros su opinión sobre las dinámicas sobresalientes del mundo actual, su visión del comportamiento humano y pinceladas de lo que nos tiene preparado el futuro. Admirado por unos y  rebatido por otros, no abandona su estilo conciso y sus tesis directas, las cuales se cerciora de nutrir con argumentos.  

Pregunta: en primer lugar, nos gustaría pedirle que nos ayudase a identificar algunas de las dinámicas perceptibles en el orden global presente. En este sentido, la presidencia de Donald J. Trump, el anunciado viraje a una política exterior aislacionista y las implicaciones de America First, ¿diría que engendra un modus operandi que está dotando de mayor poder a Estados Unidos?
Coronel Pedro Baños: lo primero decir que la idea de America First ha existido para todos los presidentes. No nos debemos de llevar a engaño. En mi libro, incluyo muchos ejemplos de cómo el señor Obama nos intentaba transmitir su deseo de repartir el poder, cesar la participación en las guerras, acabar con las armas nucleares…y vemos que no ha sido así ni mucho menos; y pongo ejemplos de leyes que ha promulgado.

Pregunta: Usted habla de conceptos como la “Divina Providencia” o el “Destino Manifiesto”…
Coronel Pedro Baños: sí, y eso ha sido así siempre. La última Estrategia de Seguridad Nacional de EE.UU., firmada por Trump a mediados de diciembre pasado, codifica en uno de sus apartados, de manera bastante sorprendente, que los principios y valores del pueblo norteamericano han venido dados por Dios. Por el contrario, si eso lo viéramos  en la estrategia nacional de un Estado de confesión musulmana, probablemente diríamos que son unos yihadistas y fundamentalistas…Al final, la religión tiene un peso muy importante en Estados Unidos.
EE.UU. pretende seguir siendo la gran superpotencia, y al mismo tiempo, minar a aquellos otros países que están intentando que se distribuya el poder, como Rusia o China, pero no exclusivamente, habiendo ejemplos como India a la que no tiende a prestarse suficiente atención y que sitúa al poder emergente chino como principal adversario.
En cuanto al tema del aislacionismo, personalmente no estoy nada convencido de que ésa sea la actitud dominante en política exterior: Trump lleva meses diciendo que va a retirar las tropas de Siria, prácticamente desde que ascendió a la presidencia, y de momento no lo ha hecho y no lo va a hacer mientras siga habiendo una gran pugna geopolítica en ese escenario. También sigue manteniendo un pulso en Corea, donde se está produciendo una aproximación que todavía hay que matizar y ver el camino que toma el asunto, pero el elemento aislacionista aquí queda más que en entredicho. Creo que está intentando revolucionar el mundo para dar una vuelta de tuerca al poder de Estados Unidos, e incrementarlo, pues EE.UU. viene perdiendo su influencia parcialmente a raíz del auge de otras potencias.  Tiene que reformar dicho poder.
Esto no choca con el hecho consumado de que, en caso de que viviéramos en un orden internacional autárquico, EE.UU. sería el único país del mundo que pudiera permanecer como superpotencia. Dispone de todo: una infinidad de recursos y una población acostumbrada a un gran consumo, con lo cual seguiría siendo una superpotencia. Posee energía, minerales estratégicos, agua…Son un país que podría prescindir de la necesidad de importar nada. Por ejemplo, a través del fracking y la exploración pendiente de Alaska aún le dejan un margen amplísimo para maniobrar. Un gran porcentaje de la actividad económica del campo está robotizada, y además tiene un volumen de tierras cultivables que supera con creces a la media del mundo. Ni siquiera la Unión Europea en conjunto podría permitirse una independencia en todos los órdenes tal y como es plausible para Estados Unidos.

Pregunta: bueno, pero muchos indicadores apuntan a que el eje geopolítico dominante se está desplazando hacia Oriente, ¿qué implicaciones prevé usted en el ascenso de China?
Coronel Pedro Baños: China lo que pretende es dominar el mundo a su manera: primero, con vistas a muy largo plazo siguiendo las bases de su filosofía oriental, y luego a través de la economía. Sabe que si quiere ser verdaderamente una superpotencia, con capacidad militar, en el espacio, el ciberespacio…necesita en primera instancia consolidarse económicamente. Esto tampoco es nuevo, lo lleva haciendo desde la época de Deng Xiaoping que arrancó a finales de los setenta, con el cambio de mentalidad absoluto en el plano económico. Y ahora mismo, China goza de una influencia económica impresionante en todo el mundo. Hay claros ejemplos de dicha presencia económica en Europa, por supuesto en África, también en Iberoamérica. Gradualmente pretende reafirmarse económicamente para más adelante dar el salto como auténtica superpotencia.
De manera muy visual, podemos remontarnos a los conflictos entre Roma y Cartago, o Atenas y Esparta. El miedo que tenía Roma era que Cartago se consolidara económicamente, porque los romanos sabían que una vez que afianzaran esa solvencia, inmediatamente iban a poder disponer de un buen ejército y serían los cartagineses quienes tomarían la iniciativa en el control del mar Mediterráneo.
En el caso actual de la rivalidad EE.UU.-China, el conflicto adquiere una escala global, e incluso podríamos decir extraplanetaria, pues estamos hablando igualmente del lanzamiento de la conquista del espacio. Entonces, China pretende ser quien gane la batalla, y así el contrincante central para los Estados Unidos, en los niveles geopolítico y geoeconómico principalmente, sería efectivamente China.

Pregunta: ¿podría darnos su opinión sobre la relación entre Moscú y Occidente? ¿Son fundadas las voces que califican la coyuntura actual de nueva Guerra Fría?
Coronel Pedro Baños: la guerra está ahí, y es permanente. Como acabábamos de comentar, hay una guerra que transcurre en la economía, otra que se libra en el ciberespacio, básicamente a través de los servicios de inteligencia…
Cuando se materializa la disolución de la Unión Soviética en 1991, lo que ocurre es que uno de los grandes contrincantes queda tocado de muerte, hasta que a comienzos de siglo se produce la llegada de Putin, quien reaviva esa proyección de Rusia. En este sentido, la rivalidad sigue estando muy vigente. Rusia es una gran potencia, que también cuenta con un elevado número de recursos, población, así como posee historia y cultura que es algo a tener muy en cuenta.
Evidentemente, Estados Unidos no desea el resurgimiento de este rival, habiendo además quedado en la década de los noventa como el gran poder omnímodo. Y a partir de aquí, nos encontramos ante un enfrentamiento “normal”, clásico, quizás con un componente novedoso por las tecnologías que se emplean –el campo de batalla del ciberespacio-, donde además las acciones de propaganda y las operaciones de desinformación se sitúan en un nivel planetario, con una naturaleza inmediata y un alcance que nos afecta a todos.

Pregunta: Usted dedica particular atención en libro al factor de la comunicación como elemento de poder, ¿puede sintetizar en unas líneas que nos ayuden a  conocer la tesis que desarrolla en el mismo?
Coronel Pedro Baños: claro. Hoy en día todo es comunicación, de hecho estamos “hipercomunicados”. Somos el homo conectus, de manera inmediata y en todo momento. Así, lo que se ofrece a aquellos que nos quieren manipular es un campo maravilloso para jugar. Tampoco es una estrategia nueva, únicamente que en el pasado se dirigía sobre una parte limitada de la demografía, fundamentalmente contra los dirigentes. Mientras que actualmente, el ataque a dichos dirigentes se ha visto reemplazado con el enfoque sobre el pueblo o ciudadanía, con objeto de que sea la gente de a pie la que presione sobre los decisores, pues el pueblo se ha convertido en el instrumento de canalización de esta comunicación.

Pregunta: el refrendador del poder sería, pues, ¿el pueblo?
Coronel Pedro Baños: del pueblo hay que pensar que tenemos un poder solamente teórico. En la práctica, somos asiduamente controlados, manipulados y dirigidos. A mí me parece demasiado ingenuo pensar que somos libres, pues no lo somos para nada. Es decir, estamos sumamente condicionados, y lo que hacemos toma un sentido y no otro porque alguien quiere que sea así. Nosotros –los seres humanos- lo que hacemos es replicar ejemplos: vamos vestidos de una forma determinada, andamos de una manera concreta o realizamos cualquier tipo de acto, lo más probable es porque estemos replicando algo que hemos visto. Muy poca gente es tan original como para hacer algo que no haya visto jamás. Al final, todos replicamos. Y replicamos aquellos modelos que nos están imponiendo.

Pregunta: este año 2018, el 30 de noviembre y 1 de diciembre, se celebra la cumbre del G20 en Buenos Aires, y por ende, Argentina ejerce la presidencia, ¿qué parecer tiene respecto al liderazgo del G20? Por ejemplo, el experto estadounidense Ian Bremmer habla de “G cero”, argumentando que no existe liderazgo en tal encuentro, ¿lo secundaría?
Coronel Pedro Baños: al día de hoy, el G20 carece de un peso específico, tal y como lo podría tener el G7, o el G8 si incorporamos a Rusia.
El caso de Argentina es muy interesante ya que goza de unas potencialidades, que no potencias, muy atractivas para otros países. En su momento, la Argentina de la señora Kirchner estuvo muy próxima a Rusia y China. Ahora con Mauricio Macri se percibe un revitalizado acercamiento a Estados Unidos…Y en cualquier caso, hay que pensar que ya de por sí en el sector del fracking, probablemente sea uno de los Estados con mayor potencialidad. Además, tiene un territorio rico en recursos y, sin lugar a dudas, posee un activo sobresaliente en el control de los accesos a la Antártida. Por todo ello, no extraña que la influencia sobre Argentina sea deseada y esté teniendo lugar una pugna geopolítica. Hay muchos países de América donde existen escenarios nublados por las grandes potencias –EE.UU., Rusia y China-, y desde luego Argentina es uno de esos campos de batalla.

Pregunta: acerca del concepto de geopolítica. El siglo pasado nos dejó una visión fundamentada en el Estado y las relaciones interestatales, la importancia de las variables de la conquista territorial y la competencia; y autores hoy tildados de deterministas como Mackinder o Haushofer. En nuestro tiempo, ¿qué dinámicas describirían la geopolítica?
Coronel Pedro Baños: en mi libro, subrayo que tenemos que hablar de una geopolítica radicalmente diferente en el tiempo presente. Por un lado, tenemos algo así como una “pequeña geopolítica”, esto es, cada Estado según sus condiciones. Por ejemplo, España con su carácter peninsular, rodeada casi enteramente de mar, no es lo mismo que Suiza en su condición de landlock, sólo con fronteras terrestres. Entonces, cada país desarrolla una actividad geopolítica particular a pequeña escala, en el marco regional.
Y por otro, estaría la geopolítica de las grandes potencias, cuyo objetivo último queda representado por el dominio mundial, el geopoder, el cual va mucho más allá de las cuestiones más puramente geográficas. Volvemos al campo del ciberespacio, que es totalmente etéreo y que no tiene nada que ver con las posiciones geográficas pero acoge una evidente lucha política. Ésta sería la transformación principal  y el elemento diferenciador de la geopolítica moderna, innegablemente propiciada por la tecnología.

Pregunta: en relación con esto último, ¿decimos que han cambiados los medios, pero no los fines?
Coronel Pedro Baños: los finales eventualmente permanecen siendo los mismos. Intentar conquistar todo lo posible, y que me conquisten lo menos posible. Si bien, las conquistas actuales ya no se abordan físicamente, avanzando con grandes ejércitos. Al fin y al cabo, se ha generalizado la creencia de que ello es contraproducente.
Hoy en día, el conflicto anhela el dominio de otros países y sus recursos, fuerzas y capacidades a través de una jugada mucho más indirecta, lo que exime de cualquier tipo de responsabilidad con respecto a su población. Simplemente, el objetivo es beneficiarse de esos activos sin responsabilizarse de ellos.

Pregunta: eero, ¿dónde clasificaríamos aquí a las llamadas geografía y geopolítica crítica, que tienen un papel destacado en las últimas décadas y plantean una revisión del discurso y la retórica…?
Coronel Pedro Baños: eso es un instrumento más de la geopolítica. En cada momento, quien ha sido el geopolítico de referencia ha sido aquel que beneficiaba a los intereses del país en un momento determinado. Si hablamos de Mahan, su geopolítica naval coincidía con los intereses estadounidenses de tener un control sobre los estrechos marítimos y el tránsito de las mercancías mundiales. Si hablamos de Haushofer, su teoría era conveniente para la Alemania de la Segunda Guerra Mundial, ya que legitimaba la política expansionista. Allí donde existía un alemán, era Alemania. Así, se justificaban los objetivos de conquista.
En cualquier caso, esto que me comentas sobre la geografía política crítica, considero que no dejan de ser instrumentos o geopolíticas parciales.

Pregunta: como experto en materia de terrorismo, si tuviera que identificar a la organización terrorista más eficaz en la consecución de sus objetivos, extinta o actual ¿cuál sería?
Coronel Pedro Baños: yo creo que la gran amenaza sigue siendo Al Qaeda. Su naturaleza continúa siendo algo inmaterial. Recuerdo perfectamente cuando el mundo estaba asistiendo al auge del Estado Islámico, a finales de 2014 más o menos. Por aquel entonces, mantenía una conversación telefónica con un compañero, considerado uno de los mayores expertos en materia de terrorismo, y él afirmaba que Daesh era una organización mucho más peligrosa que Al Qaeda. Yo le dije que no, por lo siguiente:
En primer lugar, se sabía dónde estaba el Estado Islámico, el territorio que tenía. Al tener territorio, tenía población. De una manera u otra, la organización quedaba localizada físicamente. Y al contrario, ¿Al Qaeda dónde está? El espíritu de Al Qaeda sigue vigente en muchísimos lugares. Por su parte, Daesh, desde el momento en que posee población pasa a acarrear un lastre. Las necesidades de la población debían ser tenidas en cuenta, o  correrían el riesgo de volverla en su contra.
En cambio, Al Qaeda se reproduce como algo intangible y abstracto. Por lo tanto, ¿cómo luchas contra ello? Constituye una idea, y las ideas son muy difíciles de combatir.

Pregunta: el caso de organizaciones como Hezbolá, a medio camino entre partido político y milicia armada, como modelo organizativo bastante frecuente entre los proxies de Irán, ¿está siendo un arquetipo eficaz en la consecución de sus objetivos?
Coronel Pedro Baños: son prácticamente Estados paralelos, de manera que a menudo proporcionan mejores servicios sociales que los ofertados por el propio Estado. Aprovechando este vacío, pueden tener un gran predicamento entre la población, sobretodo entre los sectores más desfavorecidos. Esta estrategia es otro clásico, de hecho todas las religiones han tendido a apoyarse en los desfavorecidos durante su fase incipiente.
En mi opinión, existe una amenaza mucho más preocupante que el terrorismo. Éste se encuentra identificado y ubicado. El problema de fondo reside en la radicalización mental o psicológica, cercana a las  concepciones fundamentalistas, que está cogienda fuerza a lo largo y ancho de Europa y a la que no se está prestando la atención que exige su gravedad.

Pregunta: los caminos divergentes que se están allanando entre EE.UU. y la UE, la ambivalencia estratégica de Turquía hacia la alianza…y por otro lado, el incremento efectivo de la participación de los Estados europeos en el presupuesto de defensa, ¿hacia dónde se dirige la OTAN?
Coronel Pedro Baños: la OTAN se está convirtiendo en una organización mundial. Ejemplo de ello es que países como Colombia, u organismos como la Iniciativa de Cooperación de Estambul, denoten gran actividad en torno a la Alianza. Quizá aún más importante, es el hecho de que la OTAN está constantemente redefiniendo y relegitimando su misión.
EE.UU. sigue siendo el miembro que controla la organización. Por supuesto, quien paga es el que decide. Pero además de eso, hay que interpretar que al gigante norteamericano no le interesa desprenderse de un instrumento geopolítico con esas características. Si en su momento fuimos a Afganistán, fue porque Estados Unidos tocó el silbato, nos pusimos todos en “firmes” y acudimos en fila.
Otro asunto distinto, que tampoco es nuevo y único de la legislatura de Trump, es la colaboración de Europa hacia la organización. No obstante, como con todo lo demás, el actual presidente estadounidense utiliza un modo más abierto, directo y asertivo, que contrasta con el “buenismo” de Obama. Para Trump es simple: si queréis que cumpla con el artículo 5 del Tratado que establece la defensa colectiva, vosotros debéis cumplir con lo que tenemos pactado, que es nada más y nada menos que vuestra contribución a la defensa alcance, al menos, el 2% del PIB nacional correspondiente a cada país. Finalmente, consiste en un tema económico.
Es una baza que atrae mucha aceptación en el interior de Estados Unidos, ya que para la audiencia nacional, traduce el mensaje de la siguiente forma: no podemos proveer servicios sociales a nuestros ciudadanos porque los recursos van destinados a la defensa de Europa, y son ellos los que invierten su dinero, libre del gasto en defensa, en mantener sus Estados de bienestar. Es un discurso que obviamente vende.

Pregunta: ¿dónde ubicaríamos hoy en día la legitimidad de la OTAN?
Coronel Pedro Baños: tienen que surgir nuevas amenazas. Para que una organización de esta naturaleza funcione, tiene que haber una amenaza. Hasta hace poco, el empuje venía de la amenaza del terrorismo. Ahora parece ser que esta fuente va perdiendo importancia o interés, por lo que habrá que crear un nuevo enemigo. Rusia esta alzándose nuevamente como ese peligro central, y nos lo intentan recordar todos los días, independientemente de lo que haga. Esto no quiere decir que la Federación no tenga intereses, como cualquier otra gran potencia. Sin embargo, la percepción que se está moldeando actualmente pareciera decirnos que Rusia va a atacar e invadir mañana mismo Europa, cuando no tiene capacidades suficientes para ello en absoluto. No tiene capacidades, y asimismo, ¿cuál sería el objetivo? No tiene sentido. En el momento en que desapareció el Pacto de Varsovia, debería haber ocurrido lo mismo con la OTAN, pero la alianza persiste en reconfigurar su misma razón de ser.

Por Javier Bordón Osorio.
Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid
En Twitter: @javierBordonOs

 

 

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