El experto en terrorismo y analista internacional Luciano Mondino dialogó con Equilibrium Global sobre la guerra en Medio Oriente, un conflicto que ya cumple 8 meses y ha provocado miles de muertos desde el 7 de octubre. Compartimos la entrevista que realizara el periodista Sebastián Muzi.
El 7 de octubre pasado el grupo terrorista Hamás, en una operación sorpresiva, atacó por aire y tierra amplios sectores del sur de Israel, donde mató, violó y secuestró a numerosas personas, muchas de las cuales aún siguen cautivas. Ese asalto no sólo shockeó al pueblo judío sino también al mundo entero por el inusitado sadismo de los milicianos.
El gobierno hebreo, como era de esperar, no tardó en responder, generándose así una guerra de interminables consecuencias y con un ida y vuelta de misiles donde parece que nadie está a salvo. De hecho, las esquirlas comenzaron a pegar en todos los continentes con posicionamientos a favor o en contra de cada una de las partes.
Para entender este complejo escenario dialogamos con el analista internacional Luciano Mondino, quien explicó qué fue lo que pasó ese día, el enfrentamiento con otras naciones por el reconocimiento a Palestina y por qué no se puede llegar a un acuerdo a pesar de que se cumplen 8 meses del conflicto.
“Es difícil retrotraerse a ese día para ver qué fue lo que falló, pero ningún sistema de defensa es inexpugnable. Sí se sabe que han fallado las primeras líneas de defensa, también la inteligencia, pero ha habido un encadenamiento de sucesos que le han hecho la entrada más fácil a los palestinos para vulnerar el espacio soberano de Israel. Fue una masacre que sin lugar a dudas será recordada como uno de los golpes más negros de la historia moderna”, señaló el experto.
-Van casi 8 meses de conflicto y, lejos de solucionarse, la guerra abrió otro frente como el reconocimiento de Palestina. España, Noruega e Irlanda primero, pero otros países como Venezuela, Costa Rica y Francia también han criticado a Israel por la ofensiva que ha matado a miles de civiles. ¿Cuál es su análisis?
-Bueno, Venezuela es una dictadura y un actor internacional muy violento que no está vinculado a la causa Palestina por una necesidad propia, sino por esa agenda anti-Occidental que tiene, particularmente con sus ataques a Estados Unidos y a Israel. Luego no hay que olvidar que España, Noruega e Irlanda están pasando por procesos electorales, que son las elecciones europeas. En el caso de Pedro Sánchez, pocos días atrás cuando empezó a levantar la bandera palestina, ya era un reconocimiento de lo que dijo en 2019 que iba a hacer. Tardó más de 6 años en concretarlo, pero en la política práctica del Medio Oriente no tiene ningún tipo de alcance. Antes del reconocimiento de estos países, otros 140 ya lo habían hecho, de los cuales, en ese reconocimiento formal a un Estado que no existe que es el palestino, no han podido impedir que el 7 de octubre cientos de gazatíes ingresaran y violaran la soberanía de Israel, tanto terroristas de Hamás como civiles de la Franja de Gaza. Mataron a 1.300 personas, secuestraron a 240, violaron a mujeres antes y después de asesinarlas. Hay un matiz importante que hay que diferenciar entre los países que levantan la bandera de Palestina, porque cada uno sigue su propia agenda de política internacional.
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-Algunos de los países mencionados tienen una evidente alineación ideológica, pero en anglosajones como Canadá, Irlanda e incluso Estados Unidos, más bien sorprende la postura de ponerle límites al gobierno hebreo.
-Por supuesto que sorprende, pero Israel tiene dos objetivos muy claros: primero liberar a los secuestrados que aún están en la Franja de Gaza y segundo destruir a Hamás. Y es algo que no sólo compete a Israel, porque fijate cuál ha sido el posicionamiento de los países árabes desde octubre en adelante. La diplomacia árabe tiene dos fuentes: la pública y la privada. La pública es la que van a esgrimir en foros internacionales como la Liga Arabe o la Conferencia Islámica, pero la privada es cuando se encuentran mano a mano con enviados de Estados Unidos. Ahí los saudíes son muy criteriosos y hábiles. Pueden públicamente criticar a Israel para mantener cierto poder dentro del mundo político islámico (y cierta calma para no posicionarse a favor frente a su gente), pero para Arabia Saudita, que Israel logre una victoria frente a Hamás y que por lo tanto golpee los intereses expansionistas de Irán, es un objetivo que la casa real saudí también saluda y lo ve con muy buenos ojos. Lo mismo pasa con Emiratos Arabes Unidos y hasta con Turquía, que es un actor más particular.
-Es que a partir del 7 de octubre la posición de Turquía ha cambiado enormemente. Al principio fue un acercamiento más consecuente con Israel como ha venido haciendo en los últimos años, pero con las elecciones de marzo en Estambul, Erdogan dio un giro completamente distinto y comenzó a criticar mucho más al gobierno israelí, capitalizando la causa palestina. Ahí también hay un componente de política interna. A lo que voy es que para nosotros, los occidentales, es muy difícil entender que al lado de tu país haya una organización que en su carta fundacional tenga la eliminación de tu pueblo y de tu país. Tampoco entendemos cómo Hamás utiliza escuelas, mezquitas, hospitales o instalaciones de Naciones Unidas para guardar bombas. Ni menos aún cómo un niño de 5 años comienza a recibir información de guerra, ya que va a pasar toda su vida asimilando contenido para destruir al pueblo judío.
-Obviamente que son condenables esas acciones, sin embargo eso no habilita a Israel a atacar un hospital porque es un crimen de guerra.
-El Derecho Internacional alberga condiciones donde los objetivos civiles sí se convierten en objetivos militares legítimos. En el caso de una escuela que está convertida en una red de túneles, el problema no es que Israel la pueda destruir, sino cómo Hamás la ha utilizado durante los últimos 20 años como gobierno de la Franja de Gaza. Hamás no es una organización terrorista cualquiera como puede ser Al Qaeda o los grupos salafistas, sino que también es un gobierno elegido por los gazatíes en 2006/2007 absolutamente violento. Creo que la pregunta debería ser por qué nadie en la comunidad internacional alertó que las escuelas de la ONU eran utilizadas como bases terroristas (aun habiendo notificaciones públicas de la UNRWA, que es el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina). Ha habido negligencia y una falta total de supervisación por parte de la comunidad internacional, como así también de la fiscalización del dinero que se enviaba a Palestina como parte de la ayuda humanitaria.
-La crítica a Israel siempre es la misma: el exceso en su legítima defensa, y esto no quiere decir una postura antisemita.
-No, por supuesto, pero la propia ONU ha dicho que las cifras que daba la organización no son fiables. Si el gobierno de Hamás tiene un Ministerio de Información y un Ministerio de Sanidad de los cuales muchas agencias de noticias del mundo se sirven como fuentes confiables, ¿cómo vamos a tomar en cuenta esos datos si son parte de los números de la guerra informativa? Y que por lo menos deben ser contrastados con la información que las Fuerzas de Defensa de Israel tienen para decir. En los últimos meses el portavoz israelí fue muy claro en sostener que la relación entre los objetivos militares y los daños colaterales es muy baja, casi 1 a 1 (y aclaro que toda guerra es lamentable, trágica y esta guerra en particular era muy evitable).
-El ejército hebreo ha utilizado bombas de Estados Unidos con una precisión quirúrgica, pero pese a ello, en el campamento de Rafah hubo decenas de muertos civiles. De hecho el propio Netanyahu reconoció que hubo un error, por lo tanto, reconoce los números de Hamás.
-No es que reconoce los números de Hamás, sino que los altos líderes terroristas se ocultan dentro de la población civil. En Judea y Samaria también hay liderazgos que están dentro de los campos de refugiados. El objetivo militar de Israel eran esos líderes, pero si estaban contiguos al campo de refugiados donde hay mujeres, niños y ancianos, las muertes de los civiles fue producto de una explosión en los depósitos de armamentos. Claro que fueron trágicas, pero creo que lo que Netanyahu hace minimizar esto que estamos diciendo. El objetivo de Israel no es atacar a la población civil, pero siempre es posible que haya daños colaterales. Si Israel hubiese querido destruir a los palestinos, no a Hamás, lo habría hecho hace muchísimo tiempo. En los últimos 75 años la diplomacia y la política le han permitido a Israel acceder a muchísimos beneficios mutuos con los países árabes. Sin embargo, con los palestinos nunca se ha podido llegar a un acuerdo. A pesar de todo eso, el Estado de Israel nunca persiguió la eliminación de Palestina y nunca lo va a hacer.
-Correcto. Pero pese a que el gobierno israelí logró evacuar a un millón de personas, Gaza está totalmente destruida. ¿Qué Estado o país se puede formar allí?
-Sí, está inhabitable, pero creo que ahí volvemos a la primera pregunta. Si tenemos que hacer una analogía con lo que fue la salida de la Segunda Guerra Mundial, primero fue la victoria de los Aliados contra la Alemania nazi y luego vinieron las condiciones políticas para volver a integrar a Alemania en el concierto de las naciones. Aquí sucede lo mismo: la eliminación militar de Hamás es condición necesaria para dar lugar a las condiciones políticas que darán gobernabilidad a la Franja de Gaza. Eso es muy distinto a hablar de un Estado palestino, porque ni ellos lo quieren. El liderazgo de Palestina está resumido en dos grandes cabezas: Hamás en la Franja de Gaza y la Autoridad Palestina Fatah en Cisjordania. En el caso de la Autoridad Palestina es un cuerpo político que está fuertemente desintegrado. Y no por Israel, sino por el propio Hamás. ¿Por qué Mahmoud Abbas, el líder de la AP, no convoca a elecciones desde hace dos décadas?
-Porque perdió poder…
-Claro, tiene miedo de que le pase lo mismo que le pasó en la Franja de Gaza. Cuando abrieron las elecciones, los palestinos votaron por Hamás. Y cuando estos tomaron el poder, expulsaron a la Autoridad Palestina a los tiros. La guerra civil palestina es ya una condición determinante de que un Estado palestino no es viable, ni ellos pueden ponerse de acuerdo. La autodeterminación de Palestina, en su visión, es en lugar de Israel, no al lado. E Israel nunca permitirá su desintegración ni la existencia de grupos armados que amenacen al pueblo judío.
-La Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de arresto contra Benjamín Netanyahu y también contra los líderes terroristas. ¿Por qué Israel no acepta esta decisión y menos aún su jurisdicción?
-La jurisdicción de la Corte Penal Internacional no sólo no la acepta Israel sino que tampoco Estados Unidos, Rusia y China. Muchas veces por cálculos políticos y metodologías que estos países deben utilizar para eliminar las amenazas. Cuando EE.UU. operó en Kabul, en Afganistán, para eliminar a las cabezas de Al Qaeda y del Estado Islámico, nadie hubiera apelado a la CPI. O cuando Rusia, en un entendimiento con Israel se adentró en Siria para barrer al EI o Hezbollah. Primero hay una necesidad política de no reconocer este tipo de instituciones, que muchas veces están manipuladas por intereses contrarios. Además, hay algo muy cuestionable de la Corte: Hamás gobierna la Franja de Gaza desde hace poco más de 15 años. ¿Necesitaron casi dos décadas para saber que los combatientes de Hamás son verdaderos criminales? La equiparación con Netanyahu es falsa y no válida, porque es un país democrático que está librando una guerra contra un grupo terrorista que, por su propia naturaleza, es contrario al Derecho Internacional.
PROPUESTA DE PAZ
Mientras Qatar y Egipto están en la mesa de negociaciones intentando poner paños fríos y lograr un alto el fuego en la disputa, Estados Unidos también ofreció un plan de paz que termine con la guerra que se ha llevado miles de víctimas en los dos bandos.
La propuesta del presidente Joe Biden consiste en tres partes: en primer lugar un alto el fuego por seis semanas y retiro de las tropas israelíes de la Franja de Gaza. Segundo, un aumento significativo de la ayuda humanitaria y por último el intercambio de prisioneros. En un principio Hamás aceptó este borrador, pero fue Tel Aviv quien lo rechazó de plano porque primero quiere recuperar a todos los secuestrados y luego seguir con el conflicto, ya que busca la aniquilación del grupo palestino.
A esta condición sine qua non que traba las negociaciones se suma el creciente descontento en Israel contra el primer ministro, ya que los reclamos políticos e internos por parte de aliados, opositores y la propia ciudadanía ponen Netanyahu en una difícil posición que, si bien puede contener el conflicto, también puede costarle su carrera.
Por Sebastián Muzi. Periodista especializado temas internacionales. Creador de «Por las Embajadas» del diario La Prensa. Maestría en Periodismo de PERFIL. En X @srmuziok
Perfil en X del analista internacional Luciano Mondino @lucianomondino_