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El experto sinólogo Gustavo Girado compartió sus opiniones con el equipo de Equilibrium Global sobre las claves 2017 de China para el mundo, para América Latina y para Argentina. En una primera entrega compartimos detallada explicación para entender qué sucede con China y su aspiración como economía de mercado.
Una decena de viajes por todo el territorio chino, una continuidad de vínculos de más de veinte años y una gran pasión todo el fenómeno que representa China y Asia; son para este economista argentino un valor agregado por su experiencia y conocimiento, también por el acceso a información calificada y a entender aspectos del factor cultural-identitario como elemento estratégico para conectar eficientemente con nuestra idiosincrasia sudamericana.

En contexto, el 2016 ha tenido un hecho que marcó la discusión sobre el gigante Asiático ¿China es una economía de mercado? Gustavo Girado nos ayuda a entender esta compleja disputa político-económica considerando que “más allá de las pretensiones de Beijing, es difícil catalogar a cualquier economía del mundo como economía de mercado, porque hay que tener un régimen político determinado y eso en realidad no sucede con muchos países. Dicho de otra forma, la agenda de la OMC está construida en base al espejo del funcionamiento de las democracias liberales, que prácticamente no existen en Asia Pacífico. China pasó a ser parte de la Organización Mundial de Comercio, obtiene una prerrogativa de quince años para que se ajuste, en términos regulatorios, a la forma en la que funcionan “supuestamente” las economías de mercado, lo que taxativamente no está explicitado en la normativa de la OMC, no hay un manual donde se transcriba quién lo es y quién no. Pero en el caso de China es muy particular, porque es el principal exportador del planeta. Entonces, al ser el principal proveedor de productos del mundo, lo cual genera riesgos y temores que sus productos deterioren el mercado doméstico de los países miembros de la OMC; especialmente en aquellos de escala pequeña donde sus manufacturas no están muy desarrolladas. Es aquí, donde se utilizan herramientas para impedir que las importaciones afecten a la economía de un país que se viera invadido por productos “made in China”. 
Ahora, si tomamos una economía de mercado, en este caso China, porque es exportador: el país demandante está obligado a considerar sus precios para hacer la investigación que busque argumentar la defensa de sus manufacturas locales. Si el país no fuera considerado “economía de mercado”, los precios de referencia deben ser de un tercer país. China ha tenido desde hace tres décadas una transformación productiva en todo su territorio, entonces sus precios tienen mayor valoración como de mercado en comparación con una economía centralmente planificada como existía cuarenta años atrás. Es decir, la economía de la posguerra ya no existe más, y los precios hacia el interior de China responden ahora a los de una economía de mercado en mucha mayor proporción que antes. Frente a esas características, qué nos queda entonces por decir de los precios totalmente ficticios en la UE por los subsidios que reciben los productores y las barreras que imponen a la competencia internacional?

El Director de la consultora Asia y Argentina remarca “el asunto es que China es el principal exportador de acero del mundo, el principal exportador de semiconductores, es líder exportador de una gran cantidad de productos manufacturados que el resto del mundo también produce. Por ello, los países tratan de proteger sus industrias, y para ello se utilizan herramientas reguladas por la OMC, para combatir el dumping, estableciendo medidas antidumping y  de salvaguardia.
Ante la pregunta si muchas de estos instrumentos son dirigidos a medida de China, el académico Gustavo Girado nos cuenta “que cuando China ingresa a la OMC claramente no era una economía de mercado, sino en vías de desarrollo. Aquí se comienza el compromiso de China de ir adaptando a los standares y a los requerimientos del organismo multilateral de comercio para llegar a tomar los mismos esquemas que el resto de la economía global. China modernizó sus sistemas aduaneros, reguló su comercio exterior, también los sistemas financieros y bancarios.
Sobre esta respuesta, surge el interrogante de Equilibrium Global por saber si se trata entonces de una acción política, la duda sobre las posibilidades de China en ser reconocida como economía de mercado. A lo que el analista Gustavo Girado considera que …“en el funcionamiento o en la práctica, sobre cómo funciona el sistema en general, la OMC ha sido siempre un ámbito afín a los intereses de las potencias occidentales. Los países del hemisferio norte occidental siempre han llevado su propia agenda al seno de la OMC. Buscando que el funcionamiento del resto de las economías se pauten, se ajusten a los criterios de Estados Unidos y la Unión Europea con preponderancia”.
Para Girado, … “la clave que es China ha progresado muy rápido. Mientras hoy, nos encontramos en el presente con una crisis en Occidente que no se ha superado desde el último trimestre del 2008. Como todos recordamos, con la caída de Lehman Brothers, pero hoy Europa sigue atascada en su crecimiento y Estados Unidos con secuelas que intenta superar con mucha dificultad y en Latinomérica no se logran alcanzar las tasas de crecimiento de los años 90. Y precisamente estos, son en definitiva los “mercados objetivos” para China. Justamente, donde China vende, se está en crisis”.
En esta explicación de contexto que nos ofrece el analista Gustavo Girado, detalla una consecuencia:… “surge entonces una sobreoferta que hace bajar los precios de los productos. Las economías se ven amenazadas, en algunos casos directamente perjudicadas con su propia producción a precios que no pueden competir con el mercado internacional. Pero esto es válido para muchas economías, para muchos sectores, pero no para todos. Cada uno sale a defender sus intereses y por ello se hace una disputa política el aceptar a China como economía de mercado”.
En cada país se produce el debate y la exposición de argumentos que tienen por objetivo contar porqué China pueda o no ser reconocido como economía de mercado. Las reflexiones del analista Gustavo Girado nos aproxima a conocer el contexto, aunque otro capítulo será saber cómo se tejen nuevas estrategias de negociación si esto sucede.
Existe un dilema central, para Argentina, para los países de América Latina y su relación con China. Si se trata o no de una relación inteligente y beneficiosa para las partes, ya que China vende productos con valor agregado y mano de obra, mientras que desde nuestra región se vende alimento y materias primas. Al respecto, Girado observa que… “el debate sobre si hay o no un nuevo tipo de dependencia como la que tuvimos en nuestra relación con Gran Bretaña, me parece excelente que aparezca, si bien desde mi posición sostengo que no es adecuada la comparación, porque los actores (China y G. Bretaña) son muy diferentes. Si se quiere, Argentina es la economía sudamericana que menos primarizó sus exportaciones en su comercio con China pero además, y esto no es menor, … qué otra cosa que aquello en lo que somos competitivos, estamos en condiciones de venderle a China? Vendemos lo que el mundo está dispuesto a comprarnos, y evidenemtemente somos competitivos con productos agroalimenticios. China no tiene prohibido comprarnos otro tipo de productos … pero ¿se los podemos vender?”.

Gustavo Girado es economista. Mastría en FLACSO, profesor en la UBA y en la UNLaM, investigador. Coordinador de la Diplomatura “Negocios con China” en el Centro de Estudios de la Universidad Nacional de Córdoba. Miembro del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales. Site: http://www.asiayargentina.com/

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