Explicación práctica de uno de los elementos de medición más referentes sobre el cambio climático. El Índice de Desempeño Ambiental 2018, que se conoce como EPI, por sus siglas en inglés. Un informe anual que ayuda a seguir el proceso de las naciones hacia la sostenibilidad, hacia el cumplimiento de las metas de los ODS. Son diez categorías para la medición de cómo está trabajando cada país, el índice EPI es uno de los recursos más utilizado por la prensa, los gobiernos y las ONGs para seguir lo que sucede con el cambio climático en el mundo, aquí María Emilia Burgos (UCA-Paraná) nos permite conocer de forma muy simple cómo funciona el EPI.
El último informe del “Estado Mundial del Clima” remarca los efectos devastadores de las condiciones meteorológicas extremas en el desarrollo económico, la seguridad alimentaria, la salud y la migración; remarcando que todo este daño ha costado el año anterior unos 320.000 millones de dólares. Es decir, el 2017 (la última medición) ha sido el año más caro de la historia de la humanidad en costos económicos producto de los efectos del clima.
Pero todavía quedan muchos escépticos que dudan del impacto del cambio climático, con un telón de fondo de mucho lobby de grandes corporaciones que llevan información confusa y buscan distorsiones en la opinión pública.
En línea con el objetivo permanente de actualización y comprensión de las dimensiones a escala global de los efectos del cambio climático, vamos a profundizar sobre un recurso oficial, sobre una investigación con datos fácticos. El índice EPI, Índice de Desempeño Ambiental 2018 (EPI por sus siglas en inglés). Se trata de una base de datos donde se miden las tendencias en sostenibilidad de 180 países, seleccionando 24 indicadores en jerarquía con 10 categorías de temas que cubren la Salud Ambiental (calidad del aire, agua y sanidad, metales pesados) y la Vitalidad de los Ecosistemas (biodiversidad y hábitat, bosques, pescas, clima y energía, contaminación del aire, recursos hídricos y agricultura).
¿Qué es el EPI? ¿Por qué es importante?
El Índice de Desempeño Ambiental 2018 (EPI por sus siglas en inglés) es una base de datos donde se miden las tendencias de sostenibilidad mundial. En Enero de este año se realizó en Davos, Suiza, el informe bienal donde la prensa internacional dio repercusión a los datos que arrojó el EPI sobre la advertencia acerca de la calidad del aire como la principal amenaza ambiental para la salud pública.
El EPI es producido por investigadores de las universidades de Yale y Columbia en colaboración con el Foro Económico Mundial, juntos cooperan para obtener información clasificando a 180 países en 24 indicadores de desempeño en 10 categorías de temas que cubren la salud ambiental y la vitalidad del ecosistema.
Durante mucho tiempo EPI se ha basado en dos objetivos de política: la salud ambiental, que mide las amenazas a la salud humana; y la vitalidad de los ecosistemas, que mide los recursos naturales y los servicios de los ecosistemas. Estos objetivos reflejan los focos centrales que adoptan los responsables de la formulación de políticas para dar respuesta los problemas ambientales; es por eso que muchos gobiernos tienen departamentos o ministerios dedicados a la salud pública y los recursos naturales, que precisamente, responden a los objetivos de la política del EPI.
Orientación: Objetivos de Desarrollo Sostenible
El desarrollo sostenible entendido como la capacidad de satisfacer nuestras propias necesidades sin comprometer a las generaciones futuras, ha entrado en una nueva era de formulación de políticas ambientales basadas en datos.
Para alcanzar las ambiciosas metas descriptas en los Objetivos de Desarrollo del Sostenible (ODS) en 2015 de las Naciones Unidas y el Acuerdo Climático de París, es necesario que los países integren las métricas de desempeño ambiental conjuntamente con objetivos de control de la contaminación de los recursos naturales.
Desde una perspectiva política, la profundización en los datos para analizar el rendimiento por tema específico, categoría de política, grupo de pares y país, puede ayudar a clarificar las opciones en materia de política medioambiental. Este análisis ayuda a comprender los determinantes del progreso ambiental y maximizar el rendimiento de las inversiones gubernamentales.
Los formuladores de políticas públicas, académicos, ONG´s y los medios de comunicación se han basado en la publicación bienal del EPI para conocer las políticas y hacer un seguimiento de las tendencias en sostenibilidad. El EPI convierte los últimos análisis en ciencia ambiental con conjuntos de datos mundiales para formar un poderoso resumen del estado de sostenibilidad mundial.
¿Dónde están parados algunos países?
Para medir qué tan bien se está desempeñando un país a lo largo del tiempo, EPI proporciona resultados actualizados individuales de cada país. Estos muestran cómo puntajes de un país usando los datos más recientes y cómo éstos se obtuvieron utilizando la metodología 2018 con datos históricos de referencia.
De los 180 países analizados por EPI, Suiza lidera el mundo en sostenibilidad, seguida de Francia. Suiza cuenta con una población de 8,4 millones de habitantes, mientras que en Francia es de 66,9 millones. El índice de ODS en Suiza es del 81,2 %, en Francia es del 80,3%. Dentro de las categorías de problemas encontramos por un lado a la salud ambiental, donde Suiza ocupa el puesto n° 18, con una puntuación del 93,57%, Francia el n°11 con el 95,71%; y la vitalidad del ecosistema donde Suiza ocupa la primera posición con una puntuación del 83, 32 %, Francia el segundo lugar con el 76,11%.
Es importante observar la clasificación más alta de Suiza que refleja un sólido desempeño en la mayoría de los problemas, los altos puntajes exhiben compromisos de larga data para proteger la salud pública, preservar los recursos naturales y desacoplar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de la actividad económica.
Burundi está en la parte inferior de la clasificación donde entre los 180 países analizados es el n° 180, le sigue Bangladesh con el puesto n°179.
Burundi cuenta con una población de 10,5 millones de habitantes, mientras que en Bangladesh es de 163 millones. El índice de ODS en Burundi es del 52 %, en Bangladesh es del 56,2 %. Dentro de las categorías de problemas, en lo que es la salud ambiental Burundi ocupa el puesto n° 173 con una puntuación del 25,69%, Bangladesh el n°178 con el 11,96%; y en la vitalidad del ecosistema donde Burundi ocupa la última posición ubicándose en el n°176 con una puntuación de 28,59%, Bangladesh en el n° 153 con el 41,29%.
Según los investigadores, muchos factores afectan el desempeño ambiental, se deben considerar los puntajes bajos en el EPI como indicativos de la necesidad de lograr mayores esfuerzos nacionales de sostenibilidad, especialmente la limpieza de la calidad del aire, la protección de la biodiversidad y la reducción de las emisiones de GEI.
El cambio climático está cada vez más considerado como una urgencia en las políticas públicas, a nivel local, regional y global; y como se trata de un asunto de responsabilidad compartida entre ciudadanos, empresas y gobiernos, cuando se habla de esto queremos que se conozca la existencia del EPI. Porque como dice Daniel C. Esty, Director del Centro de Derecho y Política Ambiental de la Universidad de Yale: «a medida que la comunidad mundial persigue nuevos objetivos de desarrollo sostenible, los responsables políticos deben saber quién lidera y quién se está quedando rezagado respecto de los desafíos energéticos y medioambientales»…. «el EPI 2018 confirma que el éxito con respecto al desarrollo sostenible requiere tanto del progreso económico que genera los recursos para invertir en infraestructura ambiental y una gestión cuidadosa de la industrialización y urbanización que puede conducir a la contaminación que amenaza la salud pública y los ecosistemas».
María Emilia Burgos
Relaciones Internacionales – UCA Paraná. Entre Ríos
Recursos:
https://public.wmo.int/es/media/comunicados-de-prensa/estado-del-clima-en-2017-condiciones-meteorol%C3%B3gicas-extremas-y-efectos
https://epi.envirocenter.yale.edu/