El río Ganges tiene 2525 kilómetros de largo –es el más largo de la India- y nace en los Himalayas. Siendo uno de los ríos más importantes de Asia del sur, atraviesa los límites tanto de India como de Bangladesh y posee ríos tributarios originados en China, India misma o que atraviesan Nepal. Alrededor del 40 % de la población india vive en asentamientos (ciudades, poblados, etc.) en sus márgenes y dependen de él para el agua que consumen, aquella que usan para irrigación, su vida en general, etc.
Ganga Mata (la Madre Ganga), como es conocido popularmente, es además venerada por los hindúes, que consideran sus aguas puras y purificadoras; de hecho este río es la corporalización de las aguas sagradas de la mitología hindú (celebrándose hacia mayo/junio, el avatarana o descenso del Ganges a la tierra) y como tal, el río es un punto de cruce para todos los seres vivos, por lo que sus aguas son usadas también en los ritos mortuorios. A propósito de ello, el texto del Mahabharata expresa que:
“Si sólo (un) hueso de una persona (difunta) debiera tocar el agua del Ganges, aquella persona morará honrada en el cielo”.
Consorte de los dioses de la trilogía más importante del Hinduismo (Brahma, Vishnu y Shiva), Ganga es la diosa que a todos acepta y perdona y en el plano material, sus aguas son escenario de festivales multitudinarios que reúnen peregrinos de todo el mundo (Kumbh Mela, cada 3 años, Ard Kumbh Mela cada 6 años, Purna Kumbh Mela cada 12 años y Maha Kumbh Mela cada 144 años). La geografía sagrada se completa con quienes meditan en sus orillas y quienes toman baños rituales en sus aguas (un baño en el Ganges, se dice, limpia todos los pecados).
Sumado a ello, en lo que hace al ámbito económico, su suelo fértil resulta instrumental tanto a la agricultura de la India como de Bangladesh, ofrece oportunidades de pesca, atrae a miles de peregrinos y turistas, etc. Además, en lo que hace al panorama hidroeléctrico, se construyó, en uno de los ríos himalayos de Uttarakhand, el Baghirati, tributario del Ganges, la presa más elevada de India, Theri Dam, que genera 1000 megawatts de hidroelectricidad, beneficiando a algunos y perjudicando a otros, generando innumerables tensiones.
Pero su materialidad da cuenta también de aguas residuales domésticas (que constituyen el 85 % de su polución), desechos industriales, cenizas de piras funerarias, carcasas de animales y cuerpos humanos, siendo sus aguas tóxicas. Sumado a ello, ciudades como Unnao y Kanpur poseen industrias relacionadas a curtiembres, que contribuyen con sus desechos a la polución del río.
La limpieza del Ganges dista de ser una idea innovadora y registra acciones anteriores: en 1985, el entonces Primer Ministro, Rajiv Gandhi, estableció el “Plan de Acción Ganges”, para el cual destinó $ 226 millones. En 2008, fue declarado “río nacional” del país y en 2009, el Primer Ministro Manmohan Singh anunció la “Misión Limpia el Ganges” (y de hecho, ese año, el Banco Mundial accedió a hacer un préstamo a la India, de 1000 millones de dólares a lo largo de los siguientes 5 años, para la tarea de limpieza). A pesar de ello, los problemas no solamente persisten sino que parecen haberse multiplicado. Hasta el presente, India ha invertido 111 millones de rupias (U$S1.9 mil millones) desde el primer plan destinado a este fin.
Existen también otros agentes sociales que abordan el tema. Entre ellos, cabe señalar que en 1985, Mahesh Chander Mehta, llevó el caso a la Corte Suprema del país, iniciando acciones legales para la limpieza de Ganga. Con igual objetivo, en 1998, surgió el movimiento “Save Ganga”, sumándose a la iniciativa distintos activistas “gandhianos”, como Shri Sunderlal Bahuguna y el Dr. Kanchanlata Sabarwal, Prof. G. D. Agrawal, Acharya Jitendra.
La tarea de salvar a Ganga se ha llevado incluso algunas vidas, como la de Swami Nigamananda Saraswati, quien ayunó durante meses hasta morir (2011), en protesta por la minería ilegal en el distrito de Hariwar (Uttarkhand), que derivaba en polución sobre el Ganges, alcanzando su acción la respuesta de prohibición de tal minería, por parte del gobierno. Lo mismo sucedió con Baba Nagnath Yogeshwar (en ayuno desde 2008, que falleció en 2014). Por supuesto, otros activistas han seguido el mismo curso de acción, logrando llevarlo a buen término y continúan desarrollando tareas con el mismo objetivo.
Entre otros agentes sociales que actúan en defensa del Ganges, un proyecto del Worldwide Fund for Nature (WWF) recuerda la importancia religiosa del río, con su trabajo en el curso alto del mismo, asociando la conservación a la protección de Ganga. En esa tarea colaboran distintos maestros religiosos que dan cuenta de tal asociación en sus diversas lecciones a los pobladores. De hecho, se logró evitar la caza de los delfines del Ganges y el gobierno indio reconoció a este animal como el animal acuático nacional de India. Tales acciones resultan, por supuesto de años de sostenido activismo en esta causa.
La limpieza del rio Ganges forma parte también de las promesas electorales del actual Primer Ministro de la India, Narendra Modi y del manifiesto de elección de su partido (Bharatiya Janata), habiendo constituído este tema su primer anuncio sobre política relativa al agua. Para ello, en julio de 2014, se anunció el Proyecto de Desarrollo Integral del Ganges, denominado “Namami Ganga”, para el que se dispusieron $ 334 millones, sosteniendo que en pocos años el río estaría limpio (para llegar al 150· aniversario de Gandhi, en 2019, con ese objetivo cumplido). De hecho se nombró una Ministro específica para ello: Uma Barthi, Ministro de Recursos de Agua, Desarrollo de ríos y Rejuvenecimiento de Ganga. Sin embargo, poco se conoce del proyecto, accediéndose más bien a una telaraña retórica acerca de él.
La dimensión internacional de la cuestión evidencia en primer lugar el tema de la cooperación regional de los países de la Cuenca del Ganges –India, Nepal y Bangladesh-, pudiendo sumar a China, con India como el jugador principal de la cuestión. Por otro lado, distintos países han ofrecido su experiencia y conocimiento para tamaña operación (Alemania –en base a la experiencia de la limpieza del río Rin-, Japón –en creciente colaboración con India en diversos aspectos y con una sintonía personal entre sus líderes-, Israel –poseedor de un gran desarrollo tecnológico en desalación e irrigación de goteo al tiempo que de las mayores plantas de desalación del mundo, reciclando el 90 % del agua para necesidades agrícolas- y el Reino Unido –que ofrece su experiencia ligada a la limpieza del río Támesis-) pero muchos han señalado que no alcanzará con aprender de otras experiencias dada la particularidad del Ganges en la India.
Modi ha llamado recientemente a un movimiento masivo para rejuvenecer al Ganges, con grupos de voluntarios en todo el país ayudando a crear/reforzar la conciencia pública sobre la temática y realizar “Ganga seva” (servicio al Ganges). Sin embargo, algunos creen que aunque la idea parece muy buena, existe siempre el riesgo de que la extrema derecha nacionalista refuerce sobre esta cuestión su retórica de violencia comunal (recordemos aquí que las “geografías sagradas” han generado ya este tipo de violencia en distintas circunstancias anteriores en el país).
De este modo, Ganga “cartografía” hoy un escenario que da cuenta de una nueva fuerte apuesta al interior de India –mediante la renovada promesa de su limpieza-, sobre un relevante elemento de la identidad hindú (comunidad mayoritaria de creyentes en India), mientras desgrana dimensiones de distintas dinámicas bilaterales, que refieren a experiencias de limpiezas de otros cursos de agua importantes, préstamos internacionales, intercambio de tecnología y una cuenta pendiente en el panorama de Asia del sur en materia de recursos hídricos. Se da entonces un contrapunto entre la industrialización y el fragor de lo mítico ó la relación entre economía, cuidado del medio ambiente y espiritualidad, que hacen al delicado equilibrio de la calidad de una vida buena, graficando, en definitiva, otro aspecto de una India, que reforzando su propio relato sobre sí, busca su destino en el nuevo siglo.
En el marco de una lógica específica de la situación, Modi señaló que: la Madre Ganga “necesita alguien que la saque de esta suciedad y me ha elegido a mí para hacer el trabajo”. Puede que Modi, como Ganga, se constituya por un momento al menos, en “patita pavani” (liberador de pecados) y diluya las numerosas cuentas pendientes, que las aguas de Ganga traen una y otra vez.
Por Dra. Lía Rodriguez de la Vega
Analista Internacional – Académica
Comité de Asuntos Asiáticos del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales CARI
Ex. Directora de la Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y Africa ALADAA