Compartimos otra publicación de la serie de artículos “Perspectiva India”, donde la experta Dra. Lía Rodríguez de la Vega nos acerca mensualmente un material para una proximidad con la agenda actual de la India. Aquí en análisis para seguir la geopolítica en Asia, para seguir de la dinámica de Narendra Modi y su política exterior. La diplomacia de la India y su relación con Asia Occidental, con explicación del entorno regional para comprender de las dimensiones de estos movimientos políticos y los intereses en juego entre los actores-potencia. La académica del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales nos ayuda a desgranar los acontecimientos más significativos de las relaciones internacionales de India, que será la nación más poblada del planeta en un futuro próximo y por ello, tenemos que tomar una proximidad.
En el marco de su activa agenda, el Primer Ministro de la India, Narendra Modi emprendió hacia fines de marzo de 2016 un viaje que lo llevaría a distintos países. El primero de ellos fue Bélgica, donde asistió a la 13ava Cumbre India-Unión Europea (con los ecos de un acuerdo de comercio detenido); el segundo, Estados Unidos, donde asistió a la Cuarta Cumbre sobre Seguridad Nuclear, contando ya con el compromiso de Estados Unidos para apoyar su ingreso al Grupo de Proveedores Nucleares y sostuvo reuniones con otros miembros del grupo para que apoyen ese ingreso -cabe recordar aquí que el representante de Pakistán sostuvo que la no aceptación de ese país en el grupo y la aceptación de India sería considerado discriminatorio y provocaría un desbalance en la región, sumándose de este modo a la oposición de China-. Otro dato coetáneo no menor es que la Cámara de Representantes y el Senado de Estados Unidos parecen avanzar hacia la aprobación de una enmienda a la Ley de Autorización de Defensa Nacional, 2017 (NDAA), que busca facilitar el comercio de equipos de defensa y la transferencia de tecnología de defensa con la India, al nivel de los aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y socios cercanos de Estados Unidos -como Israel y Australia-, antes de la siguiente visita de Modi, en el mes de junio, al tiempo que Pakistán parece no haber podido sellar el acuerdo de U$S 700 millones para la compra a Estados Unidos de 8 aviones de combate F-16.
El tercer país visitado por Modi fue Arabia Saudita -uno de los pilares de la política india en Asia occidental (Medio Oriente), en el marco, precisamente, de la política “Link West” de Modi -región que cobró mayor importancia en la política exterior india con Manmohan Singh, desde 2004 y en cuya gestión se firmara la Declaración de Riyad, en 2010- y su mayor proveedor de petróleo crudo, al tiempo que India es el mayor receptor de las remesas enviadas desde el reino-. Fue esta la segunda visita del Primer Ministro indio a un país miembro del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) -la primera visita fue a los Emiratos Árabes Unidos-, demostrando un cambio en la política más amplia de la India hacia Asia occidental y complementando otras visitas de alto nivel ministeriales a países como Omán, Bahrain y los Emiratos Árabes Unidos.
Mientras India busca reforzar lazos con Arabia Saudita considerando su propia seguridad interna y la fuerza de sus relaciones con el Golfo, convirtiendo la cooperación en contra del terrorismo en un eje de la relación bilateral, busca por otro lado capitalizar acuerdos con tradicionales aliados de Pakistán -como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos-, esperando que un elevado perfil indio en Arabia Saudita le brinde a India la oportunidad de reestructurar sus relaciones con el Golfo, reforzando obviamente los nexos estratégicos y económicos con ese país. Su posterior visita a Qatar, en junio, sigue en la misma línea de refuerzo de la relación con los países del Golfo.
La visita a Arabia Saudita, por supuesto trajo otra vez a primer plano la relación bilateral entre la India e Irán -otro de los pilares en la política india en Asia occidental-. En 2015, en su visita a la India, el Ministro de Relaciones Exteriores iraní, Javad Zarif, invitó a India a desarrollar la segunda fase del puerto de Chabahar -situado en la región sudeste del país, único puerto iraní con salida directa al océano y que forma parte del Acuerdo de Ashgabat, firmado por India, Irán, Kazasthán, Omán, Turkmenistán y Uzsbekiztán para crear un corredor de transporte y tránsito internacional, entre Asia Central y el Golfo Pérsico- y a extender sus inversiones en infraestructura en Irán.
En abril de 2016, el Ministro de Petróleo y Gas Natural indio, Dharmendra Pradhan, visitó Irán, en lo que constituyó la primera visita de un ministro indio tras el levantamiento de sanciones a Irán en enero, señalando que las inversiones de compañías de su país en Irán podrían alcanzar los U$S 20 mil millones. Pradhan sostuvo encuentros con el Ministro de Petróleo iraní, Bijan Namdar Zanganeh, y el Director del Banco Central de Irán, Dr Valliolah Seif. Mientras se expresó que Irán está listo para aumentar sus envíos de petróleo a la India, luego del levantamiento de las sanciones (India fue el único país que continuó comprando petróleo iraní a pesar de las sanciones, aunque debió recurrir a otras fuentes de importación como Venezuela, Omán, Irak, etc.), también se avanzó en acuerdos sobre los campos de gas Farzab-B (uno de los mayores yacimientos gasíferos que India ha explorado fuera de sus fronteras y cuyo desarrollo espera poder asegurar para la ONGC Videsh Company), joint ventures entre compañías públicas y/o privadas de ambos países, etc.
En continuidad con lo señalado, en el mes de mayo, Modi visitó Irán y firmó allí un acuerdo tripartito para el corredor de comercio con Irán (Presidente Hassan Rouhani) y Afganistán (Presidente Ashraf Ghani), teniendo al puerto de Chabahar como un eje de tránsito, evitando Pakistán, que ha sido hasta ahora la única ruta hacia el Océano Índico para Afganistán. En la ocasión, Modi sostuvo que “el acuerdo puede cambiar el curso de la historia en la región” y contribuirá a “abrir un nuevo capítulo en la relación estratégica (con Irán)”.
Por su parte Rouhani señaló que la firma de este acuerdo enviaba un mensaje crucial desde los tres países, tal es el de que el camino al progreso para los países de la región es aquel que conlleva la cooperación y la utilización de las oportunidades regionales.
Ante la importancia geopolítica de este acuerdo para Afganistán, Ghani señaló que el desarrollo de Chabahar era sólo el inicio de una cooperación y desarrollo omnicomprensivos. Sumado a ello, el ferrocarril Chabahar-Zahedan-Mashhad, que une el puerto de Chabahar con Afganistán y Asia Central, contribuirá, como se prevé, a aumentar la cooperación económica regional. El compromiso de India con la reconstrucción de Afganistán se vería reforzado por una nueva visita de Modi en el mes de junio, en el que inauguró con Ghani la Represa de la Amistad Afgano-India, en la provincia de Herat -limítrofe con Irán y Turkmenistán, muy importante en términos de comercio y lugar por donde pasa el gasoducto Trans-Afgano (TAPI), que llevará gas desde Turkmenistán a Pakistán e India, a través de Afganistán, financiado por el Banco Asiático de Desarrollo, cuya construcción se iniciara en 2015-, en el marco de las inversiones indias en infraestructura de ese país (la represa original fue dañada por los enfrentamientos armados en los ’90).
El puerto de Chabahar, por otro lado, no se encuentra lejos del puerto pakistaní de Gwadar, que está siendo desarrollado por China y forma parte de su estrategia denominada “el collar de perlas”, contestada por India a través de la estrategia del “triángulo de Varuna”, que apuntan a la influencia de ambos en el Océano Índico, vía comercial de capital importancia para estos países y el comercio internacional. Recordemos que China posee los derechos de gestión de Gwadar por las próximas cuatro décadas y que su estratégica ubicación sirve a distintos objetivos chinos. El puerto está localizado en la costa sudoeste del país (provincia de Balochistán), cerca de la frontera iraní y domina el Estrecho de Ormuz, proveyendo una solución alternativa a las cuestiones relativas al gas y petróleo chinos, al tiempo que está cerca de aguas indias y del Estado de Gujarat, mirador estratégico militar que permite controlar las actividades indias. Bien vale agregar que el Embajador iraní en Pakistán, Mehdi Honerdoost, se encargó de asegurar que Chabahar no tiene por qué ser visto como una competencia de Gwadar y que el acuerdo firmado puede sumar a otros países. Por otro lado, la idea de que Irán construyese una refinería en Gwadar parece haber quedado sin efecto.
La dimensión estratégica del proyecto de Chabahar se suma al hecho de que Teherán era el segundo mayor proveedor de petróleo de la India hasta 2011-2012, cuando las sanciones le fueron impuestas y el comercio bilateral entre ambos alcanzó en el último año, U$S 9 mil millones, lo que a su vez motivó un llamado de Modi a doblar el volumen de intercambio en los próximos 5 años.
El encuentro sirvió para reafirmar las expresiones de Rouhani y Modi en lo que hace a la necesidad de aprovechar las oportunidades para profundizar los lazos económicos estratégicos entre ambos países, firmándose 12 acuerdos que aluden a inversiones indias en el establecimiento de diversas industrias en la zona de Chabahar. De igual modo, firmaron acuerdos el Ministro iraní de Finanzas y Asuntos Económicos y el del Banco indio Exim Bank de la India; la Compañía Nacional India de Aluminio (Nalco) y la Organización Iraní de Minas y Renovación y Desarrollo de Industrias Mineras (IMIDRO) y el ferrocarril indio PSU IRCON y la Compañía Iraní de Construcción y Desarrollo de Infraestructuras de Transporte.
Más, Rouhani, tras señalar que la firma del acuerdo de Irán con P5 + 1, abre el camino para la expansión de la relación bilateral con India, sostuvo que Irán, además de proveer a las necesidades indias de gas y petróleo, puede hacer inversiones en distintos sectores, tales como el establecimiento de refinerías en India.
Por lo demás, el tercer pilar de la política india en Asia Occidental es Israel, país al cual se espera visite Modi antes del nuevo aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas completas entre ambos, el 29 de enero de 2017 y con el cual, tras normalizar sus relaciones en 1992, sostiene una relación que ha venido creciendo, de manera particular en términos de defensa, seguridad e inteligencia. Tanto es así que entre 2005 y 2014, Israel fue responsable del 7 % (tomando en cuenta el monto en dólares de las operaciones) de la provisión de equipos militares a India, detrás de Rusia y Estados Unidos, siendo siempre recordada por el gobierno indio la asistencia israelí durante la crisis de Kargil, con Pakistán, en 1999.
De igual modo, los lazos económicos han ido creciendo y se establecieron negociaciones para un acuerdo de libre comercio, mientras crece también el turismo entre ambos países.
Cabe además recordar que la buena relación con Israel se remonta, en el caso de Modi, a los tiempos en que él estaba a cargo del gobierno de Gujarat e impulsó el comercio y cooperación en agricultura con Israel y ese país lo recibió cuando otros países le negaban la visa por los incidentes ya conocidos. A ello se suma el hecho de que la actual Ministro de Relaciones Exteriores, Sushma Swaraj, era la responsable del Grupo Parlamentario de Amistad India-Israel.
A pesar de que India acompañó en 2014 el voto condenatorio a Israel durante la crisis en Gaza, en el marco de las Naciones Unidas, se abstuvo en 2015, cuando se votó un reporte crítico de las acciones israelíes en esas crisis, con la consiguiente crítica pública por parte de los representantes palestinos. Sin embargo, lo que parece evidente es que Modi intenta llevar las relaciones con Israel y Palestina por dos carriles separados, habiendo realizado la primera ronda de consultas de los respectivos responsables de asuntos exteriores con Palestina en 2015 y luego de que el Ministerio de Relaciones Exteriores indio emitiera comunicados separados para referirse a los viajes del Presidente Mukherjee y la Ministro de Relaciones Exteriores a Israel y Palestina (el presidente indio fue el primer mandatario en pasar la noche en Ramallah). Modi además se reunió con Mahmoud Abbas, en ocasión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York y la Cumbre de cambio climático en París en 2015, refiriéndose a él como el «Presidente del estado de Palestina”. El Gobierno indio reiteró su posición tradicional acerca de una solución de dos Estados, lo que indica su creencia en un Estado palestino independiente con Jerusalén oriental como su capital y continúa adhiriendo a las declaraciones de los BRICS en lo que se refiere a la oposición a las actividades israelíes de asentamiento en los territorios ocupados.
La rivalidad existente entre Arabia Saudita e Irán, el financiamiento saudita de grupos islámicos wahabitas -sabiendo que la rama islámica wahabita es tomada como inspiración por varios grupos extremistas-, la política exterior agresiva de Arabia Saudita en Asia occidental con el rey Salman bin Abdulaziz al Saud, las ventas potenciales en el sector de defensa de Israel a China, la sensible cuestión israelí-palestina y el deterioro progresivo de la seguridad en la región representan un desafío para la política exterior india en la zona, una de cuyas prioridades es precisamente la estabilidad en la región, mientras busca un balance extendido con los distintos actores en la misma.
Por Dra. Lía Rodriguez de la Vega
Analista Internacional – Académica
Comité de Asuntos Asiáticos del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales CARI
Ex. Directora de la Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y Africa ALADAA