Entrevista al Ingeniero Ikegaki Akira, presidente de AJA (Asociación Japonesa en la Argentina) y FANA (Federación de Asociaciones Nikkei en la Argentina), una figura representativa de la inmigración japonesa en Argentina. Tomamos su testimonio para simbolizar el caso de miles y miles de ciudadanos que luego de la post-guerra mundial encontraron en Sudamérica una tierra llena de nuevas oportunidades para construir un futuro más fructífero y pacífico. Compartimos la entrevista de la Lic. Soledad Mayansky, que nos permite conocer un ejemplo de integración y del proceso de integración de la comunidad japonesa en Argentina. En el mes de Febrero 2014, la Asociación Civil Amigos Diplomáticos ACAD y el medio «Equilibrium Global» llevaron adelante junto con la Asociación Japonesa en Argentina la proyección del representativo film Sueños-de Akiro Kurosawa en formato cine-debate.
El caso del Ing. Ikegaki Akira, es un ejemplo representativo de los miles de inmigrantes que buscaron en Sudamérica una esperanza para rehacer sus vidas. Llegó a Argentina con tan sólo 13 años de edad en la época de la post-guerra, y ha llevado adelante una intensa actividad de compromiso social e institucional en el colectivo japonés aquí en la Argentina, convirtiéndose en una de las personalidades más relevantes del tejido asociativo que componen las diversas asociaciones nikkei[1] a lo largo de nuestro territorio.
En sus comienzos Ikegaki san y su familia se instalaron en la provincia de Misiones, donde lograron superar las dificultades del idioma y las diferencias culturas, hasta lograr alcanzar la prosperidad social y económica, mediante su cultura de trabajo y esfuerzo. Esto fue posible debido a la capacidad de previsión y administración de su padre, quien provenía de una reconocida familia de maestros en su Japón natal.
Numerosas anécdotas giran en torno a las formas de convivencia los años 70 y 80, particularmente muchas que tienen que ver con la integración del colectivo japonés en Argentina, por momentos el relato se vuelve emotivo.
La hoja de vida del Ing. agrónomo Ikegaki Akira continua con su traslado a la ciudad de La Plata para desarrollar sus estudios universitarios, donde una vez recibido de ingeniero obtuvo un contrato laboral con una importante empresa japonesa. En esta ciudad también dejó su sello, fue fundador de la Asociación Nikkei Universitaria de La Plata. Luego, su nuevo destino sería la Ciudad de Buenos Aires, ya instalado allí, continuó vinculado con el ámbito educativo. Fue uno de los miembros de las primeras etapas del Centro Nikkei Argentino y también de la Federación de Asociaciones Nikkei en Argentina (FANA), de un Centro de estudios del idioma y de la cultura japonesa que aun hoy funciona activamente. Además, formó parte de la Comisión Directiva del prestigioso colegio Nichia Gakuin en sus comienzos. Estas son algunas iniciativas que revelan su liderazgo y el papel fundamental que el Ing. Ikegaki san ha desempeñado. Se podría decir que él fijo un rumbo, que estableció un esquema para darle solvencia, unidad y solidaridad al pueblo japonés en Argentina.
En síntesis, durante toda su vida se dedicó a colaborar con la preservación del patrimonio cultural japonés de su comunidad, y a tejer lazos con la sociedad argentina. A facilitar la integración de los inmigrantes y sus descendientes, sin que estos perdiesen su identidad cultural. Su gran labor fue reconocida por el gobierno japonés que le otorgó un premio por difundir y unir a Japón y Argentina.
Matices culturales
A la distancia, después de tantos años desde su llegada a esta tierra, Akira Ikegaki nos dice que siempre se sintió a gusto aquí, aun desde el inicio y pese a las lógicas dificultades de la adaptación, y afirma que este sentimiento positivo es compartido por la mayoría de los inmigrantes japoneses y de otras colectividades. En su opinión, en el caso de la migración japonesa, esto se debe a diversas razones, entre ellas: la gran apertura cultural de los argentinos en general, una visión idealizada de Japón y de la cultura japonesa y a la coincidencia entre las necesidades del mercado laboral argentino y los oficios de los migrantes japoneses.
En este sentido aclara que si bien existe una idealización de la cultura japonesa, esta se basa en la admiración real que despiertan los valores morales y éticos japoneses, globalmente difundidos por la práctica de las artes marciales y el bushidō (Código de conducta de las artes marciales japonesas o “Camino del guerrero”). Él también cree que la población argentina, ha reafirmado esta admiración al observar el desarrollo de la vida cotidiana de los migrantes y sus familias, su cultura de trabajo y la convivencia práctica con la comunidad. Asimismo observa que actualmente las principales fuentes de admiración hacia Japón son los valores culturales, las artes marciales y la comida.
Otro aspecto interesante para remarcar tal vez sea que, según el ingeniero, la migración ha brindado un nuevo escenario de convivencia socio cultural para la comunidad japonesa. Así, se ha dado una mejora de las relaciones interpersonales entre aquellos inmigrantes provenientes de Okinawa (una de las prefecturas de Japón con una origen étnico-cultural mixto chino-japonés, producto del devenir histórico de esta área geográfica) y el resto de la colectividad japonesa. Si en el pasado pudo haber habido algún tipo de roce entre ellos, hoy en día, gracias a este nuevo contexto geográfico y socio-cultural, estas diferencias han desaparecido y la comunidad japonesa está muy unida.
En menor medida el mismo efecto también fue observado por él, en relación a la convivencia con la comunidad coreana y china en la Argentina. Pero admite que esto todavía se puede mejor y manifiesta el respeto que siente por estas colectividades.
Nuevas migraciones
Existe una especie de desgaste de la cultura japonesa en las sucesivas generaciones en Japón mismo, producto de la globalización. El mismo fenómeno también se produjo en la comunidad nikkei en el mundo, y la Argentina no es la excepción.
Aquí, el ingeniero agrónomo Ikegaki pudo apreciar que durante el proceso de integración a la sociedad argentina, muchos nikkeis y sus descendientes eligen distanciarse de la práctica de las costumbres y valores tradicionales japoneses, para lograr una mejor asimilación y de alguna forma se genera un proceso de “dilución” cultural de su identidad japonesa. Él estima que este proceso se acentúa de generación en generación, especialmente con la práctica de matrimonios entre nikkeis y miembros de otras colectividades[2]. Aun así, estos descendientes eligen que sus hijos aprendan japonés. Ikegaki Akira considera que este es un factor decisivo para la preservación de su patrimonio cultural, que el idioma actúa como un elemento unificador para la comunidad. Así las siguientes generaciones envían a sus hijos de regreso al Japón para que aprendan correctamente el idioma. Esta experiencia conlleva implícitamente la experimentación de la vida tradicional japonesa moderna dentro de la comunidad japonesa y, en consecuencia, la reabsorción de estos valores y costumbres. Así, se renueva el vínculo generacional con el Japón.
De todas formas, con el paso del tiempo, la migración japonesa a la Argentina se redujo y se produjo un reflujo migratorio. Muchos jóvenes pertenecientes a la comunidad nikkei argentina decidieron migrar a Japón en busca de un futuro mejor, y de una reconexión con sus raíces culturales. Pero, tras la crisis económica japonesa y el tsunami, al gobierno japonés le resulto muy difícil ubicar y sustentar económicamente a esta población que aumentaba año a año. Con la imposibilidad de absorber a los migrantes dentro del mercado laboral, Japón comenzó a otorgarle tickets gratuitos de regreso a todos aquellos que deseasen retornar a los países de los provenían.
A partir de entonces, se presentó un nuevo desafío: ¿Cómo reintegrar a estos jóvenes a la comunidad? AJA afronta esta nueva prueba característica de la vida de las instituciones en el presente que necesitan de las nuevas generaciones, AJA busca abrir sus puertas planificando diferentes tipos de actividades que ayuden a estos jóvenes a su reinserción cultural y laboral, y los revalorice como argentinos, como nikkeis.
Desarrollo & Contenido
Lic. Soledad Mayansky.