Comparte este contenido

La Canciller Susana Malcorra expresa un liderazgo nuevo en el campo de Política Exterior Argentina el cual da cuenta de la complejidad y multidimensionalidad de la política internacional, además de ideas que no necesariamente son nuevas pero sí para una Argentina que necesita entrar en el Siglo XXI de manera funcional. La política exterior -eje de la Gran Estrategia Nacional- parece orientarse a la reconstrucción de la posición de Argentina en el mundo, lo cual solo puede hacerse recuperando poder a los efectos de proteger y hacer avanzar su interés nacional. Mejorar nuestra posición en el sistema internacional, con prudencia y sin sobreactuaciones, son dos premisas de “realpolitik” necesarias para esta etapa.
Sin embargo, las herramientas para llevar a cabo dicha acción provienen del campo del liberalismo institucional, como se lo conoce en la disciplina de las relaciones internacionales, las cuales se pueden condensar en el pensamiento de dos autores: Joseph Nye -de Harvard- y Anne Marie Slaughter de la universidad de Princeton.
La visión del primero es perfectamente conocida: Sin capacidad de atracción no hay forma de un ejercicio sostenido del poder ni de construcción de legitimidad en el accionar. Las ideas y la conducta importa e influye en la construcción de la política exterior, siendo una premisa válida tanto para potencias hegemónicas como actores medios y menores en el sistema internacional dado que afecta las percepciones y afinidades de los actores en el sistema internacional, además de ayudar a definir el contenido de aquello que llamamos interés nacional.
Anne Marie es menos conocida, pero es una de las mujeres más brillantes que hay en el mundo académico actual. Fue la arquitecta académica de la estrategia de política internacional de EE.UU. cuando Hillary Clinton era Secretaria de Estado –y asesora en su camino a la Casa Blanca- Sus ideas son varias pero la de mayor importancia es la de construir poder y administrar un orden internacional basado en redes. La clave es controlar nodos de contactos y ampliarlos trabajando en dos niveles, la diplomacia tradicional Estado a Estado y la llamada diplomacia pública, Estado y sociedad civil.

Para lograrlo hay dos tipos de redes que son centrales: las redes verticales, las cuales son formales y se crean al interior de las instituciones internacionales cambiando así el concepto de soberanía ya que pasa por los límites y las posibilidades que estas redes generan, un uso inteligente de la misma fortalece a la soberanía nacional.
En segundo lugar aparecen las redes horizontales las cuales pueden ser formales o informales y se crean a partir de experiencias y diálogos entre funcionarios y cuadros medios que interactúan por distintas razones en el ámbito internacional. La lógica no es más la del Estado centralizado y totalizador sino la de liderazgos interagenciales dinámicos con objetivos coincidentes que expresan mejoras para todos los involucrados frente a problemas transnacionales como lo representan los distintos tipos de tráficos ilegales existentes. La cooperación es central porque beneficia a todos, aunque el beneficio de la misma no necesariamente sea igual para todos.
Estas son dos ideas que revelan por donde pasa el pensamiento en materia de política exterior a saber: una discusión inteligente y prudente sobre la cuestión Malvinas, un uso amplio de las capacidades argentinas en las instituciones internacionales, un diálogo proactivo y pragmático con las democracias occidentales, actuar de conector geográfico entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico, mantener relaciones productivas con Rusia y China, acceder a fuentes alternativas de financiamiento sustentable, e involucrar al país en los desafíos competentes con sus intereses en el campo de la seguridad internacional. Anclar la inserción argentina en las ventajas competitivas que tenemos y que podemos crear, generando el bienestar que la política exterior puede crear al interior de un país. Poder Blando, redes de contacto y capacidades materiales permitirán a la Argentina tener un rol constructivo en el orden internacional del S.XXI.

Por Mg. Juan Battaleme
Analista Internacional. Director de la Carrera de Gobierno y RR.II. de la Fundación UADE.

Publicado originalmente en www.clarin.com

Translate »