Comparte este contenido

A lo largo de la historia de la humanidad, y particularmente desde comienzos del siglo pasado, la comunidad internacional ha buscado crear las protecciones fundamentales para concederlas a los civiles en virtud del derecho internacional humanitario.
Y una de las más crueles violaciones al derecho internacional humanitario ha ocurrido en el marco de la agresión de las fuerzas armadas de Armenia contra civiles de Azerbaiyán, el genocidio de Joyalí es una de las páginas más sangrientas de finales del siglo pasado.
El entorno de caos y confusión producto del desmembramiento de la Unión Soviética fue aprovechado por Armenia como una oportunidad de expandir territorios a costa de la agresión.
Armenia inició una estrategia militar para invadir y apoderase de decenas de ciudades y aldeas de Azerbaiyán. Una de ellas era la localidad de Joyalí.
Siguiendo una misma táctica deliberada de atacar a la población civil azerbaiyana en Karabaj, fuerzas armadas de Armenia con la ayuda del 366º Regimiento de Fusileros Motorizados de la ex URSS, cometieron una masacre contra civiles azerbaiyanos en la aldea de Joyalí la noche del 25 al 26 de febrero de 1992. Las atrocidades cometidas dan testimonio de que esta masacre fue, en esencia, un genocidio planificado e intencional.

Como resultado de este impiadoso ataque, murieron en total 613 civiles; entre ellos 106 mujeres, 63 niños y 70 ancianos. Además, los militares armenios capturaron como rehenes a 1275 personas; y nunca se supo nada del destino de 150 personas que, al día de hoy, permanecen como personas desaparecidas.
A lo largo de varios años de investigación, hoy se ha recabado abundante cantidad de evidencias e irrefutables pruebas de la responsabilidad de Armenia en esta masacre. Incluso testimonios de periodistas extranjeros y ONGs internacionales que oportunamente testimoniaron con asombro los hechos en Joyalí. Esta masacre representa un muy penoso episodio de violación de Derechos Humanos; un desprecio de los actos jurídicos internacionales tales como: la Convención de Ginebra, la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Declaración sobre la Protección de Mujeres y niños en tiempos de emergencia y conflicto armado.

Joyalí era un sitio emblemático, desde el punto de vista logístico y de conectividad estratégica para el plan expansionista armenio; también un lugar de fuertes raíces identitarias-culturales del pueblo azerbaiyano. Luego de la ocupación y limpieza étnica, Joyalí fue llevado a la ruina total.

Pasados 33 años, aún el pueblo de Azerbaiyán espera justicia; que los responsables de estas atrocidades compadezcan ante un tribunal.
En Baku, nuestra capital, y en cada rincón del país se realiza un acto conmemorativo.
Una página en la historia de Azerbaiyán se ha cerrado, nuestro país ha podido recuperar la integridad territorial. Las heridas por las víctimas inocentes y los mártires se honran hoy especialmente al conmemorar un aniversario de esta masacre, pero se recuerda siempre en el corazón de cada azerbaiyano.
Poner en valor este acontecimiento es crear conciencia en la comunidad internacional para que no se repitan nunca más estas acciones.

Por Ramzi Teymurov
Embajador de la República de Azerbaiyán en Argentina, concurrente en Bolivia, Chile, Uruguay y Paraguay.

Translate »