La OTAN prepara para Septiembre su cumbre en Gales. Si bien el asunto Ucrania y la relación con Rusia es una preocupación central, los sucesos en Irak están cambiando la agenda. Turquía ha pedido una reunión urgente del Consejo Atlántico para buscar el apoyo de los otros aliados y hacer llegar su perspectiva sobre la situación en Mosul. El Cónsul turco ha sido secuestrado. El Secretario General de la OTAN va describiendo el escenario, el danés Anders Fogh Rasmussen se despedirá en Gales tras finalizar su mandato. En su lugar, el Secretario General de los 28 miembros aliados de la OTAN será el noruego Jens Stoltenberg.
No es muy fácil compartir este enfoque, Rassmusen pone a Afganistán como prioridad en Gales: “Vamos a destacar los avances logrados en una década de compromiso con el pueblo afgano a través de la ISAF”. Pero la realidad en Afganistán es muy triste como para “hablar de éxitos” ya que el país tiene una dependencia total para establecer por sus propios medios la seguridad. No se ha alcanzado una reconciliación y la firma de un “pacto” bilateral entre Washington y Kabul representará otros diez años de ocupación de fuerzas militares foráneas en territorio afgano.
Objetivos económicos.
Pero el hecho trascendental para la geopolítica será el impulso que la cúpula de la OTAN lance con la «Declaración Transatlántica». Se espera que norteamericanos y europeos reafirmen su compromiso mutuo con la seguridad de cada uno. La OTAN busca un compromiso formal para “compartir” la carga económica de la seguridad, es decir de sostener la estructura de la Alianza, de manera más equitativa.
¿Que quiere decir esto? En la etapa más pesada de la crisis económica que afectó al Viejo Continente, las dificultades de los socios europeos en destinar partidas financieras para la OTAN han sido muy serias. Muchas presiones internas en los estados europeos han tenido efecto político en la agenda doméstica de cada país europeo. En este sentido, resultaron pertinentes los argumentos que apuntaban al sinsentido de tener que financiar soldados a miles de kilómetros de distancia. Sobre todo, cuando la gente no observa los resultados positivos que esto representa mientras hay necesidades sociales por cubrir.
Así se fueron agigantando las diferencias entre la partida presupuestaria que destinaba Estados Unidos para la OTAN, frente al humilde aporte de los socios europeos. Por lo tanto, la cúpula de la organización empezó un peregrinaje para que las autoridades políticas de Europa no reduzcan sus aportaciones financieras. Sumando también algunas ideas marketineras como las de “una OTAN más ágil”, con el objetivo de cubrir la misma presencia de tropas en el mundo pero disponiendo de menos dinero.
Sin mayores preámbulos, Anders Fogh Rasmussen manifestó: “Espero que esta declaración transatlántica se pueda traducir en un compromiso de los aliados europeos a aumentar progresivamente sus gastos de defensa, ahora que sus economías están empezando a recuperarse, y vayan moviéndose hacia el punto de referencia de la OTAN, que es el de destinar una cuota del 2 por ciento del PBI».
Y una vez más la OTAN va a discutir sobre su propia razón de ser. Van varios encuentros donde esto se disfraza como un replanteamiento del “concepto estratégico”. Ahora Rassmusen avisa que la discusión será bajo la consigna: «El futuro de la OTAN». Esta cumbre de Gales debatirá sobre la cuestión temas que son repetidos: asegurarse de que la OTAN esté preparada para lo que el futuro pueda deparar, dispuesta a afrontar cualquier reto dondequiera que sea y siempre que se produzca.
Rasmussen describe “tres lecciones” en los preparativos de esta cumbre que nos permiten conocer la lectura de la OTAN sobre la agenda geopolítica del presente.
El factor de la disuasión y la necesidad de sostener una fuerte defensa en territorio europeo, como uno de los puntos. Luego de la disputa con Rusia en torno a la crisis en Ucrania, donde la Alianza jugó a la par de Moscú con la movilización de tropas. “La agresión de Rusia nos ha llevado a ir a un ‘back to basics’, es decir, a enfatizar el propósito original de defensa colectiva de la Alianza”, declaró Rasmussen pese a aclarar que esto no quiere decir una vuelta a la postura mantenida durante la Guerra Fría.
Otra “lección” se interpreta que es en sí misma la relación con Rusia, como desafío que ha llegado a un nivel de alta complejidad para encarar en conjunto riesgos y amenazas globales. Esto reposiciona a Moscú, lo que nos demuestra otra señal de que los problemas son de carácter transnacional y que no tienen espacio para iniciativas unilaterales. Esto, nos permite arribar a una primera conclusión: sin Rusia muchos de esos problemas no se pueden afrontar. Desde el terrorismo y la piratería a la proliferación, la seguridad energética y la guerra cibernética, no sólo la defensa colectiva, sino también la gestión de crisis y la seguridad cooperativa. Todos los componentes que, en los papeles, están descriptos en el “Consejo Rusia-OTAN” como espacio de diálogo informal entre las partes, en la práctica producen fricciones reales que dejan de lado las buenas intenciones.
Finalmente, una tercera lección es la forma de extender lazos, expansión y mayor capacidad de influencia para la OTAN, que ha construido una red de asociaciones con más de 40 países de todo el mundo en las últimas dos décadas. Pero todo esto abre argumentos para una mayor obtención de competencias, donde el objetivo de la seguridad avanza en varias dimensiones. También, acotar las divergencias entre los socios y abrir posibilidades para que la OTAN obtenga presencia en diferentes foros. Por ejemplo, la OTAN reconoce que países como Brasil, China y la India están desempeñando un papel cada vez más importante no sólo económicamente, sino también como actores de la seguridad. Motivo por el cual, hay que “abrir un diálogo”. Tengamos presente: La OTAN fue creada originalmente como un contrapeso al poderío de la Unión Soviética después de la Segunda Guerra Mundial. Las profundas raíces, aún díscolas, que permitieron la alianza para prosperar también son hoy significado de desafíos para el liderazgo y la gestión. Más que una organización, la OTAN está concebida como una estructura de conjunto, compuesta por piezas individuales, autónomas, y donde cada socio tiene diferentes procesos de pensamiento, competencias e imperativos. Sin embargo, la OTAN se ha sabido adaptar para sobrevivir más allá de la Guerra Fría, y muchas voces de expertos entienden que su propia existencia sigue bajo amenaza. Por ello sus líderes buscan argumentos para sostener la gestión de esta alianza que tiene dos brazos de acción, uno político y otro militar. Estamos de acuerdo: “La seguridad del siglo XXI tiene que ser la seguridad cooperativa. Las amenazas como el terrorismo, la proliferación y la seguridad cibernética requieren un nuevo nivel de consulta y cooperación entre las naciones y organizaciones”, como remarca Anders Fogh Rasmussen.
De cara a la cumbre de Gales, la situación conflictiva en el norte de África y en la región de Oriente Medio abren nuevas urgencias y la OTAN puede buscar esta cumbre para lanzar nuevas medidas. Si es así, los medios de comunicación masiva “prepararán el terreno” subiendo el nivel de alerta de la agenda o crisis que les resulte conveniente.
Todavía, en torno a la crisis de Ucrania, en Occidente se preguntan por el nuevo paradigma en la actividad de las fuerzas rusas para ver como se adapta la iniciativa de la OTAN para reforzar la defensa colectiva. En materia de capitalización de beneficios desde el uso del poder, la OTAN no ha logrado disuadir a Rusia en el conflicto desatado por la crisis en Ucrania.
Seguramente compartirán nuestros lectores que en América Latina poco se nombra en la prensa a la OTAN, pero ello no debería significar un límite para acceder a la información que permita tomar una visión más completa de lo que sucede en el mundo. Es importante buscar canales alternativos para acceder a lecturas que sumen a una interpretación mas clara del rol que esta alianza juega en el sistema internacional. Aquí estamos tomando interpretaciones desde las fuentes oficiales de la misma OTAN, para identificar qué lectura se toma de las circunstancias actuales de cara a la cumbre de Gales. Pero los medios de comunicación deben proveer elementos que sirvan como conocimiento para que todos los interesados en las cuestiones globales puedan saber de este actor, siendo que la OTAN es protagonista y ha sido un instrumento para moldear e incidir en procesos del curso de las relaciones internacionales desde la etapa de la post-guerra al presente.
Desarollo – Contenido
Marín Rafael López – UCALP – Relaciones Internacionales APB
Fuentes:
http://www.nato.int/cps/en/natolive/opinions_111056.htm
http://equilibriumglobal.com/stoltenberg-el-nuevo-rostro-de-la-otan/
http://www.irgamag.com/component/k2/item/8720
http://www.blog.rielcano.org/el-espectador-global-despues-de-crimea-hacia-una-nueva-disuasion/