Compartimos el testimonio del diplomático Dejan Vukovic en esta charla con la investigadora Dragana Otašević para presentar los contenidos del libro «La luz de la diplomacia montenegrina”. En palabras de Dragana Otašević, nos transmite que: «la primer impresión que me produjó esta obra es la de concluir que cualquier persona interesada en historia y Relaciones Internacionales encontrará muchos contenido de aprendizaje. Y puedo también resaltar el lenguaje acertadamente descriptivo que utiliza el autor para comunicar de forma amena y atractiva para el lector, no sólo información general sobre Montenegro y su diplomacia, sino también sobre su pueblo y lo que define su identidad, y de su eterna lucha por la independencia de Montenegro». El libro «La luz de la diplomacia montenegrina” (o «Luča crnogorske diplomatije» en idioma montenegrino) es un trabajo iniciado en el 2019 y ha sido co-financiado por el Estado de Montenegro. Aquí en esta conversación con su autor podemos enterarnos más de qué se trata y qué tiene de interesante para el público en América Latina.
Dragana Otasevic: Hace algunos meses salió a la venta su nuevo libro «Luča crnogorske diplomatije“, el cual habla sobre la diplomacia montenegrina desde la época del Principado de Montenegro hasta el año 2006, cuando Montenegro volvió a obtener su independencia. ¿Qué pueden esperar los lectores sobre este libro?
Dejan Vuković: la inspiración para el libro «Luča crnogorske diplomatije“ emerge desde la base de mi amor hacía Montenegro; la gloria y el merecido reconocimiento por las varias generaciones de nuestros valientes antepasados. Y desde la base del respeto hacía personalidades que cumplieron el oficio de ser excelentes diplomáticos; quienes han preservado y elevado el nombre y los valores de nuestro país, a la vez que han honrado su profesión.
El libro «Luča crnogorske diplomatije“ es una obra co-financiada junto al Ministerio de cultura de Montenegro, para el año 2019. Mi deseo es que los lectores puedan conocer de la meritoria labor que han tenido los representantes de Montenegro para ejercer la diplomacia a lo largo de varios siglos.
La historia de un país, puede conocerse a través de su diplomacia. Y la diplomacia, ha tenido y tiene mucho para dar a la humanidad.
A lo largo de la historia hay antecedentes y logros de quienes se convirtieron en brillantes diplomáticos, ya en el periodo del Principado, luego, quienes cumplieron ese rol durante lo que fue el Reino de Montenegro y también durante otra etapa de lo que fue la diplomacia de Montenegro, en el periodo en el cual nuestro país formó parte de la Yugoslavia de Tito.
Tiempos muy particulares en donde se sostuvo una raíz estatal e identitaria muy definida, y que se ve a la luz durante la renovación de la independencia de Montenegro el 21 de mayo de 2006.
En lo personal, representa una satisfacción enorme poder imaginar que este libro tenga un eco positivo fuera de mi patria, para que el público en el extranjero pueda conocer más en detalle de la história y de las Relaciones Internacionales de Montenegro.
Dragana Otasevic: en este material de investigación que Ud. ha presentado, aborda a fondo esa “cultura“ que caracteriza a la diplomacia de Montenegro a lo largo de un extenso periodo que incluye también capítulos trágicos. En todo este proceso, en todo el aporte de los diplomáticos para la defensa de los intereses del país, ¿cómo valoraría Ud. el elemento de la búsqueda de libertad e independencia?
Dejan Vuković: para comprender la diplomacia de un país, es necesario conocer la historia y la cultura de ese Estado, teniendo en cuenta sus relaciones indispensables con países vecinos en el pasado y los movimientos geopolíticos caracterizados por ciertas épocas. En el caso de Montenegro, siempre ha sido una fortaleza inaccesible para los enemigos. País de guerreros valientes. Misterioso.
Y desde tiempos muy remotos, otra característica es el espíritu de libertad de su pueblo, algo que esta muy establecido en el Mediterráneo cuando todos hacen referencia a mi país.
Se sabe que la cultura y el idioma son parte esencial de un pueblo, hacen a los pilares de la identidad nacional; y los mismos, están inexplicablemente conectados en el ser estatal de Montenegro.
Así que sobre estos elementos, en Montenegro tenemos muchos antecedentes de antepasados que obtuvieron un resultado victorioso en batallas épicas; debiendo sostener numerosas guerras, pero alcanzando magníficas victorias contra el Imperio Bizantino, Imperio Otomano, Imperio francés de Napoleón, la Monarquía Austro-Húngara y otros conquistadores.
Fueron ellos, quienes defendieron su identidad e independencia por más de mil años; a través de la estadidad de Doclea y Zeta, los nombres antiguos del Montenegro actual (ya que el nombre actual se estableció hace más de siete siglos).
Tenemos que remontarnos a la antigüedad para ver las bases de la alfabetización en los monasterios de los Benedictinos, antes de la división del cristianismo en 1054. Nuestro gobernante Mihailo Vojislavljevic, en el año 1077, recibe la corona real del Papa romano Gregorio VII. Debemos enfatizar con orgullo que durante la gobernación de la dinastía montenegrina Crnojević, en 1494, empezo la impresión de los libros, según muchos datos relevantes, en la primera impresión estatal en el mundo, en el Obod, en la antigua capital de Cetinje.
Y podemos decir que los fundamentos de nuestra estatidad y la independencia tienen esta sólida base que se ha enriquecido por los avances en la cultura, los resultados militares para evitar ser conquistados, y por supuesto, nada de esto se sostiene si no se cuenta con una visión y práctica de la diplomacia. Todos los elementos históricos han moldeado nuestra esencia en la diplomacia.
En el libro, justamente, se abordan esos eventos que ayudan a entender cómo se ha desarrollado nuestra diplomacia. Creo que, al ser un caso específico de un pueblo con tanta historia; es de interés para todos los que se interesan en las Ciencias Políticas, la historia y las Relaciones Internacionales. Ya que pueden leer sobre cómo nace y se desarrolla la diplomacia en el caso de Montenegro.
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Dragana Otasevic: en toda la etapa de la historia de la diplomacia de Montenegro, ¿qué podría contarnos para que podamos comprender los diferentes periodos y cómo han sido estos? Sería esto una buena manera de aprender más de la historia del país conociendo del rol de su diplomacia.
Dejan Vuković: permítame un ejemplo, como si fuera una „máquina del tiempo“ de la diplomacia, donde podamos transladarnos al pasado, a la época en el cual la geopolítica se diseñaba sobre el balance de poder entre las grandes potencias y las monarquías. Allí, la diplomacia era muy activa en tiempos donde alternaban entre guerra y paz los actores dominantes como Francia, Gran Bretaña, Alemania, Rusia o el Imperio Austro-Húngaro. Especialmente durante siglo XIX, que todos tenemos presente, los luminosos y adornados salones, allí se acordaban y se dibujaban las fronteras de Europa y gran parte del mundo. En ese periodo, Montenegro ya estaba presente entre „los colosos“ de la época. Se sabía bien de nuestro país, „de cara al Mediterráneo“, siempre fue un pueblo que se aferró a la libertad para decidir sobre su destino. En las guerras épicas, con numerosos imperios, privado de los poderosos protectores, creyó en el sacrificio y las hazañas heroicas de sus valientes caballeros.
Y forzados a adaptarse, los montenegrinos de entonces supieron desplegar sus tácticas y métodos propios para tejer su actividad diplomática. Donde los resultados no suelen ser muchas veces visibles, pero que se convierten en una especie de „escudo“ para proteger el bienestar, la integridad y la vida de la gente.
Y en este sentido puedo mencionar algunos acontecimientos:
-El Mariscal Marmon de Napoleón, en el año 1808 escribe al gobernante montenegrino Pedro I Petrovic Njegos con la intención de colocar un cónsul en Montenegro. Tengamos en cuenta en qué contexto; era un momento en donde casi toda Europa estaba sometida al dominio de Napoleón. El Imperio Francés negoció con Montenegro para enviar entonces su representante diplomático.
-Luego se logró firmar un acuerdo de paz entre Montenegro y Herzegovina (que en ese entonces era una parte integral del Imperio de Turquía) en 1841.
-En el mismo año, también se firmó el protocolo sobre la demarcación entre Montenegro y Austria.
-También tenemos el antecedente del Príncipe montenegrino Nicolás Petrovic, que durante una visita a Viena en año 1873, fue recibido por el emperador austriaco Francisco José con todos los honores que pertenecen a un soberano, en la misma manera fue recibido por el rey italiano Víctor Manuel.
-Otro evento a destacar ha sido la oficina del principado para asuntos exteriores de Montenegro, que fue fundada en el año 1874.
Estos son algunos de los hechos que componen una larga lista de logros diplomáticos, y debo recordar a los lectores de la comunidad de Equilibrium Global que, por aquellos años, Montenegro no era un Estado independiente, ni formal ni internacionalmente reconocido. Pero en la práctica, todos en aquel entonces tenían una impresión muy clara que se trataba de un pueblo verdaderamente independiente en sus decisiones. Estos hechos mencionados y tantos otros elementos validan y confirman cómo eran las cosas, para todos Montenegro tenía independencia en sus decisiones y soberanía en su territorio.
Dragana Otasevic: en la historia reciente de Montenegro hay dos momentos claves relacionados con su independencia. El primer lugar podemos citar, la pérdida de su independencia en 1918, y luego la restauración de su independencia en 2006. Nos gustaría poder comprender los esfuerzos de la diplomacia montenegrina para evitar ese fenómeno que resulta injusto, que es directamente la desaparición de Montenegro del mapa de Europa en 1918. Y en la segunda lugar, saber de los esfuerzos de la diplomacia montenegrina para recuperar la independencia estatal en 2006.
Dejan Vuković: el Reino de Montenegro fue un Estado aliado a Francia, Gran Bretaña y Rusia; así como los Estados Unidos y otros países que se asociaron en el bando ganador en la Primera Guerra Mundial.
Durante y después, hubo un tiempo muy complejo para la diplomacia de Montenegro; moviéndose desde la emigración se llegó a un nivel nunca alcanzado en actividad. El gobierno de Montenegro en la emigración y sus extraordinarios diplomáticos escriben las significativas cartas y notas diplomáticas, documentos, misivas de protestas, memorandos. Centenares de notas que iban dirigidas hacia los Ministros de Relaciones Exteriores de los gobiernos británico, francés e italiano; comunicaciones escritas con el marqués Curzon de Kedleston, Alexander Mileran, Carlo Sforza; y también con el presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson. Los diplomáticos montenegrinos no ahorraron esfuerzos para conectar con los gobiernos de las grandes potencias, incluso con el lejano Japón.
Y como todo está documentado, también las numerosas redacciones dirigidas a la Liga de las Naciones; y en la labor de hacer llegar la voz y postura de Montenegro, hubo intensa actividad en la posguerra con las conferencias de alto nivel que se celebraron en Londres, París, Cannes, Genova y en San Remo.
En aquel entonces, la diplomacia montenegrina lideró una batalla que parecía imposible por la desproporción de poder al tener que sostener su posición y dirigirla a las élite que monopolizaban el control a nivel mundial. Los diplomáticos montenegrinos se las arreglaron para hacer presencia en las metrópolis más pujantes que aquella época; los centros de decisiones políticas.
Esto, en un ambiente de mucha presión, porque se estaba frente a un oponente despiadado, mucho más poderoso y organizado. Pero, paralelamente en varias oportunidades, los intereses de las grandes potencias se expresaron con actitudes deshonestas y desleales hacia Montenegro, pese a que en la Primera Guerra Mundial, mi país fue un aliado firme. Pero detrás estaban las aspiraciones de los vecinos y sus dinastías; e incluso los enigmáticos movimientos de la masonería europea.
Como resultado, fue el hecho de desaparición del reino de Montenegro: Estado aliado y el ganador en la Primera Guerra Mundial. Pero, pese a esto, el honorable nombre Montenegro todavía existía a través de sus patriotas y komitas quienes eran los más férreos opositores a los conquistadores de Montenegro. Fueron los más rebeldes en la lucha por la libertad y por el retorno de la soberanía.
Después de las luchas de los antifacistas y partisanos montenegrinos contra el fascismo y el nazismo en la Segunda Guerra Mundial, teniendo las acciones en batallas sangrientas en contra de sus ocupantes en las primeras filas de la lucha, se creo la República Federativa Socialista de Yugoslavia, y como miembro de ella la República Socialista de Montenegro.
Nuestro pueblo superó este trágico momento de la humanidad y en las penurias de la post-guerra, su diplomacia se adaptó con eficacia para siempre sostener sus objetivos de independencia, libertad y soberanía.
Repasando la historia del siglo pasado, vemos hoy el bordado de filigrana que nos caracteriza, y después de superar el oscuro periodo y atravezando la guerra, hoy podemos decir que nuestra identidad brilla por completo porque hemos sostenido nuestra libertad y tenemos el Montenegro independiente en pleno siglo XXI.
En todo este proceso, mucho debemos a quienes ejercieron la labor diplomática, porque finalmente, el 21 de mayo de 2006, reafirmamos nuestra voluntad popular para ser un Estado independiente.
Dragana Otasevic: en su relato, vamos comprendiendo de la historia de nuestro país. Y en línea con esto, puede Ud. citarnos algunos de los que a su criterio son precisamente logros para la diplomacia montenegrina.
Dejan Vuković; logros hay muchos, pero debemos tener en cuenta algo, somos un territorio pequeño que siempre ha estado rodeado por imperios, ejércitos muy poderosos y grandes conquistadores. Y en línea con esto, un dato fáctico que habla de la performance que ha tenido nuestra diplomacia, Montenegro siempre sostuvo su espíritu de independencia y nunca se sometió a ningún conquistador. Todos los que cumplieron un papel en la diplomacia de Montenegro a lo largo de la historia, han tenido determinación para defender los intereses de nuestro pueblo frente a vecinos muy ambiciosos. Por ello, los diplomáticos supieron actuar con sabiduría y visión, para entender el contexto en cada momento, y hacer lo posible por sostener la lengua, la cultura, la identidad montenegrina. Aún en tiempos muy adversos donde muchas veces el futuro próximo no representaba expectativas favorables para la misma subsistencia de los montenegrinos.
Algunas decisiones y logros tuvieron alto componente estratégico, como el acuerdo de comercio y navegación entre el Principado de Montenegro y Gran Bretaña en 1882 y luego con Italia en 1883. Nuestra diplomacia concretó contratos similares con grandes poderes de ese tiempo como Francia, Rusia, el imperio Austro-Húngaro, Alemania, Bélgica.
Montenegro introdujo el servicio regular de telégrafo en 1870 y el de correos, a principios de 1873. Y para 1874, el Principado de Montenegro se integró a la Unión del Correo Mundial.
Se destaca también las gestiones para que Montenegro se convierta en el vigesimo segundo miembro de la Cruz Roja, el primero en ser parte de esta organización desde la península de los Balcanes.
Pero sin duda es más relevante de los logros, que expone visión y tenasidad en el oficio diplomático, ha sido la confirmación de la independencia y el reconocimiento legal en el Congreso de Berlín en el año 1878. Así, Montenegro se convertía oficialmente en el vigesimo septimo Estado en adquirir reconocimiento del sistema jurídico internacional vigente.
Luego vendría el „Concordato“ sellado entre Principado de Montenegro y Santa Sede, firmado en el año 1886.
Y finalamente puedo mencionar una valoración política hacia la sociedad montenegrina cuando, por recomendación de las grandes potencias, se solictó al Principado de Montenegro el envio de un escuadrón del ejército para participar de una misión especial por el mantenimiento de la paz en Creta (Grecia) en 1897. La misma, se realizó con éxito.
Para 1903, Montenegro fue el primero en la región que introdujo el transporte automotriz para el servicio de correo y de pasajeros. Durante ese período, en la capital montenegrina de Cetinje, se instalaron las embajadas de Austro-Hungría, Turquía, Gran Bretaña, Italia, Alemania, Rusia, Francia, Bulgaria, Serbia.
Dragana Otasevic: etonces podemos observar que muchas actividades de la diplomacia de Montenegro han tenido influencia en el posicionamiento del país en el escenario mundial. ¿Quiénes fueron precisamente algunos de los representantes de la diplomácia más destacados?
Dejan Vuković: durante el Principado y el Reino de Montenegro, por razones de la falta de fondos, solo teníamos cuatro embajadas; en Estambul, París, Belgrado y Washington. Aunque contabamos con varios consulados, una red numerosa de cónsules honorarios en casi todos los continentes fue sin dudas un elemento estratégico para el despliegue de nuestra diplomacia a escala global.
Después del Congreso de Berlín en 1878, el primer ministro de relaciónes exteriores fue Stanko Radonjic educado en Francia. Después de él, el ministro fue el fundador y visionario de la política exterior montenegrina Duque Gavro Vukovic, el primer jurista graduado montenegrino que desempeñó este puesto durante dieciséis años.
El máximo cargo fue luego ocupado por el doctor en Ciencias Médicas Anto Gvozdenovic, que fue también el general en tres ejercitos: el montenegrino, el francés y el ruso. Además de tener la responsabilidad de ser el primer embajador de Montenegro en los Estados Unidos; para más tarde, convertirse en el presidente del gobierno real de Montenegro en el exilio.
El Dr. en ciencias jurídicas Evgenie Popovic fue otra figura destacada. Fue el Cónsul de Montenegro en Roma, y luego se convirtió en ministro de asuntos exteriores.
En general, una gran mayoría de los que formaron nuestro cuerpo diplomático accedían a la lujosa educación en las más prestigiosas universidades de Europa, dominaban varios idiomas e incluso participaron en las guerras de liberación de Montenegro. Lo cual nos describe el profesionalismo, pero también la lealtad de ellos hacía su Patria.
Con la creación de la República Federativa Socialista de Yugoslavia después de la Segunda Guerra Mundial, bajo el manejo del presidente Tito y en su marco la República Socialista de Montenegro; otra camada de diplomáticos se aferró al mismo espíritu de trabajo.
Y una muestra de esto fue la trayectoria de Vladimir Popović, que fue la única persona en toda Yugoslavia, que fue embajador en Washington, Moscú y Beijing, los tres miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Y como resultado, se convirtió colaborador del ministro de Asuntos exteriores de Yugoslavia.
Por otro lado el carismático Veljko Mićunović, que fue embajador en Moscú durante dos periodos y en Washington. Supo tener una relación personal de amistad con quienes fueran los líderes de la Unión Soviética, Nikita Jruschov y Leoned Brézhnev.
Y en la lista no puede faltar el refinado el filósofo Danilo Lekić, que fue embajador en las Naciones Unidas en la sede de Nueva York; luego cumplió funciones como Embajador en Brasil y llegó a convertirse en subsecretario de Estado para Asuntos Exteriores.
También, jurista Mišo Pavićević, fue embajador en las Naciones Unidas en Nueva York, y con la misma responsabilidad en Roma. Luego fue Subsecretario de Estado de Asuntos Exteriores, Presidente Adjunto del Consejo Ejecutivo Federal.
El diplomático Obrad Cicmil fue embajador en Londres y Sofía, luego Subsecretario de Estado para Asuntos Exteriores.
Y la primera mujer embajadora de Yugoslavia fue la filósofa montenegrina, heroina Stana Tomašević; cumpliendo ese cargo en Noruega, luego en Dinamarca.
A fines de la década de 1970 y principios de la década de 1980, el embajador en Naciones Unidas en Nueva York fue Miljan Komatina, quien por su meritoria carrera llegó a ser colaborador del Secretario General de las Naciones Unidas.
Considerando la labor y aporte de estos diplomáticos, quienes son sólo algunos de los más destacados, podemos ver que la diplomacia de Montenegro fue esencial para la columna vertebral de la política exterior de la Yugoslavia de Tito. Fue un tiempo en el cual, en el mundo bipolar de la época, Josip Broz Tito se convirtió en una figura protagonista en la política mundial, siendo uno de los fundadores del Movimiento de no alineados al que pertenecieron países de Asia, América Latina y África.
En conclusión, un detalle, el perfil de los diplomáticos montenegrinos fue mayoritariamente de postura anti-facista, muchos se convirtieron en comandantes partisanos en la lucha contra los ocupantes durante la Segunda Guerra Mundial, para luego cumplir una labor como embajadores y trabajar por la paz en el mundo.
Dragana Otasevic: gran parte de la audiencia de Equilibrium Global son estudiantes y graduados de la carrera de Historia, de Ciencias Políticas y de Relaciones Internacionales. Aquí podemos acceder al testimonio de un diplomático de carrera como Ud., que ha tenido una trayectoria y una experiencia en su país y en el mundo. Nos gustaría saber cómo usted describe la diplomacia montenegrina moderna en la actualidad, los objetivos; y alguna referencia general sobre la diplomacia en el mundo de hoy.
Dejan Vuković: la segunda mitad del siglo XX marca la etapa de desarrollo más pujante de la diplomacia, porque fue un periodo de gran impulso para la internacionalización del interés nacional de cada Estado y donde se consolidaron las instituciones multilaterales. Los países, sin importar su escala, supieron integrarse y tener protagonismo en los múltiples desafíos que se sucedieron a escala global. Por ello, el desarrollo de la diplomacia fue sobre la base de diversificarse y adaptarse, para expandir la presencia en todos los continentes.
Los Estados salieron a ganar espacio y llevar su voz al seno de las organizaciones internacionales, y así tener presencia en los centros decisorios del mundo; los diplomáticos montenegrinos y los de todos los Estados se establecieron en Nueva York, Ginebra, Viena, Santiago, El Cairo, Washington, Adis Abeba.
Ya avanzado el siglo XX, la globalización impuso otra dinámica. Por que, la política exterior de los Estados la ejecutan los gobiernos, pero fue necesario un adaptación que fue muy particular para un país pequeño. Hablamos de la labor de desarrollar otras esferas como la cooperación parlamentaria, cultural, etc. Y en el caso de Montenegro, nuestra estructura y capacidades, nos vimos obligados a acomplarnos a esa nueva ampliación de las esferas de la diplomacia, pasamos de movernos en la actividad internacional de cuando era sólo monopolio del Presidente o de Monarcas.
El siglo pasado fue intenso en la forma en la que se desplegó la presencia para tener influencia y seguir objetivos de política exterior. Los temas centrales de la diplomacia se focalizaron en la economía, la construcción de la paz y la promoción de la cultura; y en el caso de Montenegro, nos fuimos involucramos en la agenda internacional en temas de derechos humanos, migración, terrismo y otras esferas que son asuntos de caracter multilateral.
A medida que la globalización fue penetrando en todos los ámbitos de las relaciones humanas y las relaciones inter-estatales, Montenegro diseñó su diplomacia para seguir el tren de la integración económica y fortlecer lazos estratégicos.
Así, no sólo fue esencial el papel de nuestro Ministerio de Exteriores, sino también otras carteras del gobierno, desde donde se ha estado generando un gran trabajo para todos los asuntos internacionales que alcanzan a las instituciones de cooperación, y áreas como la ciencia y la cultura.
Pero por sobre todo, la diplomacia es el mecanismo más sólido para sostener la paz y la prosperidad para toda humanidad. El escritor Ralph G. Feltham, quien publicó varias obras sobre la diplomacia, señala que «el fundamento de la diplomacia es la comunicación, la transferencia de pensamientos e ideas entre los Estados y los gobiernos; y cada vez más, entre ellos y las organizaciones internacionales».
En esta línea encontramos los nobles ideales que eran el pilar de la conformación de la antigua Liga de las Naciones, y luego en las Naciones Unidas; donde los símbolos de la diplomacia multilateral son la columna vertebral de la diplomacia moderna. Estos valores y principios están profundamente arraigados en Montenegro, incluso antes de la proclamación oficial como país.
La lucha de la liberación de Montenegro contra los conquistadores y el imperialismo se extendión por varios. Supimos organizar una resistencia contra el fascismo con el levantamiento del pueblo el 13 de julio de 1941. Nuestro pueblo contribuyó a todos los que lucharon por sostener los ideales y la esencia de la humanitaria y los valores y principios universales establecidos en la Carta de las Naciones Unidas.
Y con la independencia Montenegro se abre un nuevo capítulo de transición para nuestra diplomacia, ya que se restauraron las embajadas y oficinas consulares; también se nombraron nuevos cónsules honorarios, justamente, en los países en los que existían representaciones diplomáticas del Principado y del Reino de Montenegro. Tiempo donde las directrices de la diplomacia estableció misiones permanentes en organizaciones internacionales en con sede Europa y en Estados Unidos. Fue cuando nuestro país se convierte en miembro de pleno derecho de la OTAN, fortaleciendo los lazos euroatlánticos.
La determinación de la diplomacia de Montenegro estuvo focalizada con mucha determinación para cumplir con todos los stándares que nos permitió avanzar en todo el proceso para convertirnos en aspirante a miembro de la Unión Europea, abrazando los valores de la democracia y la libertad; y como símbolo de los ideales de unidad, solidaridad y armonía entre los pueblos europeos.
Y puedo resaltar con orgullo que Montenegro sostiene los principios de la armonía multiétnica y multiconfensional; que tienen que ver con el diálogo y la tolerancia del antiguo Estado mediterraneo. Estoy convencido de que Montenegro es un vecino muy considerado para todos los países, debido a los valores que abraza hisóricamente nuestro pueblo.
Dragana Otasevic: y para un país que tiene una geografía pequeña, pero que tiene una numerosa diáspora en el exterior, ¿qué representa esto en términos de política exterior?
Dejan Vuković: en Montenegro el vículo con su diáspora es vital, y son un como un capital; porque no importa a qué país hayan emigrado, todos se mantienen muy aferrados a su identidad montenegrina. Y no es algo sólo del presente, también ha sido así a lo largo de la historia cuando los montenegrinos emigraron durante las guerras de la liberación y en la Primera y Segunda Guerra Mundial.
Pero hablamos de un gran número y en cientos de países. Donde están, le dan un respaldo al país. Sea en la promoción de su patria, en apoyar la inversión y la economía; o en proyectos y actividades de cooperación y humanitarias. Hay verdaderamente una red, conexiones, que en la práctica ayudan al desarrollo de Montenegro en el exterior. Muchos de los miembros de la diáspora lograron tener posiciones destacadas en diferentes áreas en los países donde hoy residen.
El mayor flujo de migración lo encontramos especialmente durante la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del siglo XX, cuando se fundan numerosas comunidades montenegrinas en el mundo, especialmente en América del Norte, también en Argentina, Chile, Uruguay, Bolivia, Perú.
Por ello, uno de los constructores de barcos más famosos es el propietario de una exitosa empresa naviera en Buenos Aires, Milos Vukasovic; que fue nombrado cónsul honrario en Argentina. No es el único caso de progreso empresarial, pero sí uno que tiene una conexión con la actividad diplomática.
Pero como se han mantenido unidos, cercanos a la realidad de Montenegro, supieron tener influencia y voz en la agenda política local.
Dragana Otasevic Y finalmente, acerca de relaciones de Montenegro con Latinoamérica, ¿cuál sería su opinión teniendo en cuenta el potencial presente y futuro, pero también los lazos históricos.
Dejan Vuković: América Latina, aunque geográficamente lejos de Europa, pero como todos saben es una región que está conectada históricamente a nivel cultural y social; la migración del Mediterráneo ha sido muy considerable.
Así se entrelazaron y se integraron muchos pueblos desde ambos lados del Atlántico.
Por ello, todos hablan de la diversidad y hospitalidad característica de América Latina. Tierra tan rica en su cultura, donde tanto se aprecia en Europa de las reconocidas personalidades de la literatura como Jorge Luis Borges, Ernesto Sabato, Gabriel Márquez y, por supuesto, Pablo Neruda y Octavio Paz, ganadores del Premio Nobel. Algunos de los cuales ocuparon responsabilidades diplomáticas, como los ex Embajadores de Chile y Mexico.
Las comunidades de Montenegro ya establecidas en Argentina y otros países de América Latina constituyen un pilar fundamental para acercar a los Estados. Teniendo en cuenta que a lo largo de la vida de las relaciones bilaterales siempre ha existido una hermandad y una amistad sin alteraciones.
La clave a futuro, dar a conocerse más mutuamente.
Finalmente, permítanme agradecer la oportunidad de presentar mi libro «Luča crnogorske diplomatije» a los lectores del respetado portal «Equilibrium Global», y estaré especialmente muy contento si alguno de Uds. Desea visitar mi Patria, Montenegro mágico.
Dejan Vuković nació el 30 de septiembre de 1972 en Titograd, actual Podgorica. Fue el portador del diploma «Luča». Se graduó de la Facultad de Derecho, en el programa de derecho internacional, Universidad de Montenegro. Se graduó de la Academia diplomática de Montenegro «Gavro Vuković», la primera generación.
En la Secretaría General del Gobierno de la República de Montenegro, trabajó de 1998 a 2004.
En el Ministerio de Asuntos Exteriores de Montenegro desde 2004; Diplomático en la Embajada de Montenegro en Londres. Director de la Dirección para privilegios diplomáticos e inmunidades, legalización y asuntos de pasaportes y visas. Fue Cónsul en el Consulado General de Montenegro en Frankfurt. Ahora está a cargo de la Dirección de privilegios diplomáticos e inmunidades y cooperación con la diáspora en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Montenegro.
Publicó libros «Londonski zapisi» y «Luča crnogorske diplomatije». Publica frecuentemente textos en el periódico «Pobjeda» y en revistas como «Komuna» y «Diplomarius».
Desarollo & Producción.
Dragana Otašević. Maestría en políticas y gestión de las migraciones internacionales en UNTREF, Argentina. Maestría en Política y Economía Internacionales en UDESA. En Twitter: @drayot11