Desde la red de alianzas con think-tanks y medios de diferentes capitales del mundo, compartimos opinión de Andrei Kortunov, que es Director General of the Russian International Affairs Council (RIAC) publicada en el medio «Rusia Hoy». Kortunov toma una consigna: el presidente ruso ha dicho que la caída de la URSS fue la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX, pero ¿tiene realmente la intención de restablecer el antiguo Estado comunista? Reflexiones para conocer del diseño de la estrategia de Vladimir Putin desde el prisma de Moscú, que difiere de la percepción occidental.
¿Quiere Vladímir Putin restablecer la Unión Soviética? Nadie puede dar una respuesta irrefutable a esa pregunta. Aparentemente Putin se siente nostálgico por el pasado soviético, pero eso es algo natural para una persona de su edad y condición. Yo también me siento nostálgico respecto a los años 70 y 80, que fue la época de mi niñez y juventud, con todo lo maravilloso e inolvidable que está asociado a ese periodo de la vida.
Si dejamos de lado las ensoñaciones y los deseos, ¿puede Putin hacer un plan realista para restablecer la URSS? La respuesta es un «no» definitivo, si pensamos que el líder ruso es un político racional capaz de analizar las actuales capacidades de Rusia así como la naturaleza del sistema político internacional.
El primer lugar, la URSS se fundó en base a una ideología cohesionada y poderosa, por lo menos en la primera mitad del siglo XX-, que contaba con centenares de millones de entusiastas seguidores en todo el mundo.
El énfasis del Kremlin en el concepto de ‘soberanía’ y la preocupación por las ‘revoluciones de colores’ demuestra las intenciones aislacionistas, más que expansionistas, del régimen. Hay más miedo a que las ideologías extranjeras penetren Rusia que a promover una ideología universalista en el exterior.
Por otro lado, la URSS tenía como base un modelo único de modernización. Era cruel y despiadado, pero también era eficiente a la hora de movilizar políticamente y socialmente a la población. El ejemplo más evidente es la Segunda Guerra Mundial, pero también hay otros, como el programa espacial soviético. Eso ya no existe actualmente, Rusia es un estado capitalista, independientemente de las dificultades y las incoherencias ocurridas durante el periodo de transición.
En tercer lugar, simplemente no hay la voluntad política ni el compromiso necesario como para restaurar la antigua URSS. Tras la reunificacion de Alemania, Berlín creó la llamada ‘tasa de solidaridad’ para facilitar la integración de la antigua RDA y la sociedad alemana lo aceptó sin gran oposición. Sin embargo, la misma idea tras la reunificación de Crimea no fue recibida con entusiasmo y pronto fue abandonada.
¿Significa eso que Rusia no trata de mantener su influencia en el antiguo territorio soviético? Evidentemente, no. La crónica de las políticas del Kremlin en el espacio postsoviético en los últimos 25 años es, en gran medida, una serie de intentos -en su mayoría torpes y sin éxito- de crear un ‘cinturón’ de estados amigos a lo largo de la frontera con Rusia, con el objetivo de mantener los lazos económicos, sociales y humanitarios que hay en esta vasta región.
Las consecuencias a largo plazo de las crisis de Georgia y Ucrania dificultan y alejan este objetivo más que nunca, pero estos sangrientos conflictos no cambian una realidad esencial: Rusia solo puede ser segura y próspera si está rodeada de vecinos estables, dinámicos y amistosos.
El intento más reciente para acometerlo ha sido la creación de la Unión Económica Euroasiática. ¿Debería estar Occidente preocupado por este intento? ¿Se trata de una manera oculta de trata de restablecer la URSS?
De nuevo, mi respuesta es ‘no’. Según mi opinión la UEE es inofensiva. Además no tiene futuro si se concibe como una especia de ‘alianza sagrada’ de regímenes económicos y sociales anticuados que no desean hacer reformas significativas. Es inofensiva si la integración euroasiática va de la mano de una profunda transformación de los estados miembro hacia el libre mercado, la innovación social y el pluralismo político. En el caso de Rusia, podrá superar su trauma postimperial sin acumular más costes en sangre y bienes.
Desde «Rusia Hoy». Publicado en: https://es.rbth.com/opinion